Técnicos de la Confederación Hidrográfica del Júcar, Protección Civil y Dirección General de Emergencias de la Generalitat han constatado el óptimo funcionamiento del plan de emergencias de la balsa con capacidad para 20 hm3 que regulará las aguas del Júcar-Vinalopó antes de su reparto por la provincia. El visto bueno representa el paso previo a iniciar las pruebas de carga de agua en el embalse.

La balsa de San Diego, ubicada en Villena (Alicante), a 620 metros sobre el nivel del mar, ha sido clasificada como presa de categoría A por la Dirección General de Obras Hidráulicas, y puede almacenar hasta 20 millones de m3 de aguas superficiales procedentes del curso bajo del río Júcar, agua suficiente para regar más de 10.000 hectáreas de cultivo. Su perímetro supera los 4 kilómetros de longitud; presenta una altura máxima de 38,5 metros; su ancho de coronación es de 7,5 metros y la base del talud llega a alcanzar en algunos puntos los 200 metros de anchura. El agua almacenada, en su cota máxima, tendrá 22 metros de profundidad. El vaso de la balsa tiene una superficie de 800.000 m3, equivalente a 80 campos de fútbol, y cuando la lámina de agua llegue a su cota máxima su superficie alcanzará 1.150.000 m3.


La calidad y el precio siguen en el aire

Mientras la Confederación del Júcar sigue dando pasos firmes a través de la sociedad Acuajúcar para inaugurar el trasvase antes de las elecciones autonómicas y municipales de la próxima primavera, sigue sin conocerse si el proyecto valorado en 350 millones de euros de fondos públicos tendrá finalmente usuarios. Las negociaciones entre el Ministerio de Medio Ambiente y la Junta Central están en punto muerto al no haberse solucionado ni la calidad, ni el precio del agua.