Un vertido de 11.000 litros de gasóleo junto al Miño amenazó el agua potable de Lugo
Mar, 08/02/2011
Un amplio dispositivo vigiló que el derramamiento procedente de una empresa de gestión de biodiésel, instalada en el Polígono de Begonte, no llegase hasta el río más copioso de Galicia. El Ayuntamiento de Lugo, que supedita su abastecimiento a este caudal, colocó barreras anticontaminantes y paró las dos plantas potabilizadoras como medida de precaución ante el vertido de 11.000 litros de gasóleo A, en un humedal cercano al Ladra (afluente). Se taponaron dos arquetas con tierra. El epicentro de la contaminación se localizó en la compañía Biocarburantes de Galicia, después de que se estropease una llave de paso en un depósito de 70.000 litros empleado para hacer biodiésel mezclado con aceite doméstico usado. Una vecina fue la que se puso en contacto con Emergencias para alertar de lo sucedido, identificando en esta misma llamada la raíz del problema. La empresa colaboró en todo momento con el operativo desplegado.
Este líquido contaminante se esparció por la canalización de pluviales del recinto industrial y fue a parar a una braña cercana al colegio, donde consiguieron aislarlo operarios de Protección Civil y del concello. El carburante deambuló por un espacio de, al menos, dos kilómetros. Al lugar del suceso, acudió el alcalde, el concejal de Protección de la Comunidad y efectivos de Tragsa. El edil municipal de Medio Ambiente, Lino González Dopeso, comentó que a mediodía se reinició lentamente la captación y producción de agua potable, pero sin eliminar las barreras de protección. Comentó que el carburante no había llegado, en el momento de su alocución, al cauce que peligraba, «pero aún así se sigue con las medidas preventivas de protección en las áreas de captación de agua», manifestó contumaz.
El portavoz del grupo socialista, Xosé Rábade, apeló a la tranquilidad a la hora de consumir líquido de la traída. El consistorio destacó la «diligencia y rapidez» con la que se actuó. La guardería fluvial de la Confederación Hidrográfica del Miño-Sil colocó mantas absorbentes y skimmers (filtradores que se utilizan para recuperar petróleo derramado en la superficie del agua). El vertido quedó confinado en una zona inundable situada entre el polígono industrial de Begonte y el río Ladra, en la que se instalaron barreras de contención y de absorción, todo con la idea de impedir que llegase al río, según informó la propia CHMS. El balance sí que varía.
La empresa estima que se vertieron 12.000 litros, mientras que el organismo de cuenca calcula que «la cantidad es mayor y se aproxima a unos 20.000 litros». Se sabrá cuando la misma sea determinada por los técnicos. A la espera de este informe, no se prevén muchos daños medioambientales, al quedar el vertido en la red de pluviales y no llegar al río. «Trabajamos con todos los medios posibles y no hubo problemas para la salud de las personas», dijo la CHMS. El vertido se encuentra confinado en una zona inundable entre el polígono industrial y el Ladra Reventó una tubería y quedaron descontrolados tres millones de litros de agua. Ocurrió en la capital de Galicia y los efectos se tradujeron en un supermercado inundado, garajes anegados y calles sin suministro. Hasta las 6 no pudo repararse la avería. «Salía a chorros, la presión era enorme», contó la titular de Seguridad Ciudadana, Marta Álvarez Santullano, que situó entre las prioridades la «necesidad de que se restableciese el suministro». Ahora habrá obras en la zona afectada por la tromba, entre Romero Donallo y la Plaza de Vigo.
Este líquido contaminante se esparció por la canalización de pluviales del recinto industrial y fue a parar a una braña cercana al colegio, donde consiguieron aislarlo operarios de Protección Civil y del concello. El carburante deambuló por un espacio de, al menos, dos kilómetros. Al lugar del suceso, acudió el alcalde, el concejal de Protección de la Comunidad y efectivos de Tragsa. El edil municipal de Medio Ambiente, Lino González Dopeso, comentó que a mediodía se reinició lentamente la captación y producción de agua potable, pero sin eliminar las barreras de protección. Comentó que el carburante no había llegado, en el momento de su alocución, al cauce que peligraba, «pero aún así se sigue con las medidas preventivas de protección en las áreas de captación de agua», manifestó contumaz.
El portavoz del grupo socialista, Xosé Rábade, apeló a la tranquilidad a la hora de consumir líquido de la traída. El consistorio destacó la «diligencia y rapidez» con la que se actuó. La guardería fluvial de la Confederación Hidrográfica del Miño-Sil colocó mantas absorbentes y skimmers (filtradores que se utilizan para recuperar petróleo derramado en la superficie del agua). El vertido quedó confinado en una zona inundable situada entre el polígono industrial de Begonte y el río Ladra, en la que se instalaron barreras de contención y de absorción, todo con la idea de impedir que llegase al río, según informó la propia CHMS. El balance sí que varía.
La empresa estima que se vertieron 12.000 litros, mientras que el organismo de cuenca calcula que «la cantidad es mayor y se aproxima a unos 20.000 litros». Se sabrá cuando la misma sea determinada por los técnicos. A la espera de este informe, no se prevén muchos daños medioambientales, al quedar el vertido en la red de pluviales y no llegar al río. «Trabajamos con todos los medios posibles y no hubo problemas para la salud de las personas», dijo la CHMS. El vertido se encuentra confinado en una zona inundable entre el polígono industrial y el Ladra Reventó una tubería y quedaron descontrolados tres millones de litros de agua. Ocurrió en la capital de Galicia y los efectos se tradujeron en un supermercado inundado, garajes anegados y calles sin suministro. Hasta las 6 no pudo repararse la avería. «Salía a chorros, la presión era enorme», contó la titular de Seguridad Ciudadana, Marta Álvarez Santullano, que situó entre las prioridades la «necesidad de que se restableciese el suministro». Ahora habrá obras en la zona afectada por la tromba, entre Romero Donallo y la Plaza de Vigo.