Expertos señalan nuevas tecnologías para revisar peligrosidad geológica

Vie, 18/03/2011

EFE

La revisión de los estudios de peligrosidad geológica en torno a estructuras críticas como las centrales nucleares es necesaria y oportuna aún sin el terremoto de Japón, sostienen investigadores geólogos españoles.
Construidas entre los años 60 y 70, las plantas españolas incluyeron factores de seguridad muy elevados, por encima incluso de los escenarios supuestos entonces, pero la ciencia aporta hoy metodología más actual que no se puede dejar de tomar en cuenta, señalaron.
Desde el Área de Investigación en Peligrosidad y Riesgos Geológicos del Departamento de Investigación y Prospectiva Geocientífica del Instituto Geológico y Minero de España (IGME) apuntan la paleosismicidad y la paleohidrología, disciplinas que llegan a España en el siglo XXI, como imprescindibles para proyectar escenarios de peligro, el valor objetivo de un riesgo posible.
El trabajo de Andrés Díez, Raúl Pérez y Miguel Ángel Rodríguez, geólogos del IGME, se fundamenta en el estudio de la corteza terrestre para recabar datos anteriores a los registros escritos que recomiendan luego a diferentes gestores de emergencias de la administración.
"Si no se ha hecho antes no ha sido por falta de interés ni voluntad, sino por falta de memoria histórica", dijo a Efe Raúl Pérez, geólogo especializado en terremotos.
"Lo que ha pasado en Japón ha desbordado todas las proyecciones, lo que nos da la razón para pensar que actualizar los planteamientos teóricos es necesario", insistió, tras valorar los estudios sobre los que se sustenta la construcción de las seis nucleares españolas como "bien hechos para entonces".
El terremoto y maremoto de Japón, agregó, han sido un "catalizador" que se debe aprovechar para abrir el debate sobre seguridad, que hace tiempo pedían los académicos.
El riesgo sísmico en España es bajo, sostuvo, pero no hay que olvidar el tsunami de 1755 que afectó a Cádiz y otras zonas vulnerables de Andalucía, como Málaga. El planeta tiene memoria, agregó.
"El riesgo se debe analizar con las técnicas de ahora. El problema sería pensar que no va a pasar nada", subrayó el experto.
Pérez reconoció que la construcción de una central implica ya un riesgo, una vulnerabilidad para el entorno, pero que es importante cuantificar el potencial peligro que se afronta, en todos los escenarios posibles para elaborar planes adecuados de contingencia.
Sobre posibles inundaciones en la península, Andrés Díez citó como ejemplo estudios que registran y cuantifican las inundaciones que han tenido lugar en los últimos mil años en la cuenca del Tajo, río referente de las centrales de Almaraz, en Cáceres y Trillo, en Guadalajara.
Publicado en la prestigiosa revista "Climatic Change", el trabajo en el que participó Díez incluye "paleoinundaciones" para contemplar supuestos remotos, pero no imposibles a la hora de tomar medidas de precaución.
Para prevenir, la única garantía ante accidentes nucleares, a los riesgos de inundación se deben añadir como complemento el registro ordinario de caudales y el cálculo hidrometeorológico.
Lo que se ha conocido en los últimos 20 años del pasado del planeta arroja nuevas luces para interpretar su evolución y los expertos coincidieron que para todo fenómeno natural parece haber siempre una primera vez.
El Consejo de Seguridad Nuclear, responsable de encargar los estudios que ha solicitado en gobierno español sobre peligro sísmico y de inundaciones cerca de las plantas españolas, sostiene que la información estará lista en los próximos meses.