Medio Ambiente atribuye a incendios y vertidos el deterioro del Umia
Mar, 29/03/2011
El conselleiro de Medio Ambiente, Agustín Hernández, anunció ayer en Pontevedra un plan de actuación integral para el río Umia y su cuenca. Su discurso y las medidas anunciadas evidenciaron que ni el conselleiro ni el presidente de Augas de Galicia, Francisco Menéndez, que le acompañó en el acto, creen que el polémico embalse de A Baxe, en Caldas de Reis, sea la causa de los problemas de contaminación bacteriana que en los últimos veranos han afectado a la traída y obligado a contratar cisternas que suministrasen agua potable. "El problema no es del embalse", repitieron ambos, que alegan que la falta de mantenimiento de los ríos y los malos usos agropecuarios -como el vertido incontrolado de purines- son los principales responsables de que el alga microcystis prolifere en la presa.
El plan, al que la Xunta prevé destinar 22,4 millones de euros hasta 2015, será una alternativa independiente a la traída en el caso de que el problema de la cianobacteria se repita este año, cuando con la llegada del verano y la subida de las temperaturas se crea el caldo de cultivo ideal para su aumento. Así, se filtrará el agua a través de pozos, paso previo a una "modernización" de la planta de tratamiento que se construirá en dos fases. Esta medida fue aplaudida al terminar el acto por el alcalde de Caldas, el socialista Juan Manuel Rey, presente ayer en Pontevedra junto a los regidores de otros municipios de la cuenca del Umia y el presidente de la Diputación Provincial, Rafael Louzán. "Quiero expresar mi satisfacción por que se aceptase el proyecto de saneamiento; un proyecto que es nuestro, tal como demuestran los trabajos técnicos de la asesoría que contrató la Xunta", aseguró.
Esta actuación no será necesaria si tiene éxito la principal medida de la consellería, un tratamiento con corteza de eucalipto que limitará, si sale bien, que la microcystis se aproveche de la eutrofización: la sobreabundancia de nutrientes -fósforo y nitrógeno- que provoca que su número se dispare hasta cifras peligrosas. Hernández anunció que publicará en los próximos días la licitación de esta actuación, para que se ponga en funcionamiento antes del verano.
La tercera medida sobre la presa será elevar su caudal en la época estival, para que llegado el caso y si persiste la presencia de microcystis, la toma de agua esté por debajo de la superficie, donde se acumula esta alga microscópica, y no entre directamente en la red de abastecimiento. Hernández aseguró que el caudal ecológico mínimo del río no se verá comprometido con la medida. Un portavoz de la consellería aclaró más tarde que este aumento de caudal no repercutirá en la cantidad de agua que pueda aprovechar la empresa Cortizo, concesionaria de la explotación hidroeléctrica.
Los responsables autonómicos insistieron en que el embalse poco tiene que ver con la contaminación. "El Umia es un río peculiar que necesita un cuidado especial. Es importante decir que este no es un problema tanto del embalse como del río, que tiene consecuencias en el embalse", adujo Menéndez, que señaló que Augas de Galicia entiende que el problema está en la ausencia de una vegetación de ribera que absorba el exceso de nutrientes, así como en el vertido excesivo de purines por parte de las explotaciones de agricultores y ganaderos. Anunció, en ese sentido, un plan de recogida de purines y la publicación de una guía de buenos usos para las explotaciones ribereñas.
Menéndez señaló incluso a la ola de incendios de 2006 y la consiguiente desaparición de los bosques de las márgenes de los ríos como una de las responsables del fenómeno. El conselleiro abundó en esta tesis, y descartó que aun a largo plazo se opte por echar abajo la presa, como vienen reclamando desde hace años varios colectivos vecinales. Hernández defendió la presa como "garantía de abastecimiento y mayor protección frente a las crecidas". "Es una pieza imprescindible para gestionar la cuenca", zanjó, sin abordar la influencia que el agua estancada del embalse puede tener en los aumentos estacionales de la bacteria. La consellería planea una campaña de limpieza de fosas sépticas en la cuenca, y apuesta por mejorar la red de depuración en Cuntis. La Diputación de Pontevedra también contribuirá a recuperar la vegetación de ribera.
El plan, al que la Xunta prevé destinar 22,4 millones de euros hasta 2015, será una alternativa independiente a la traída en el caso de que el problema de la cianobacteria se repita este año, cuando con la llegada del verano y la subida de las temperaturas se crea el caldo de cultivo ideal para su aumento. Así, se filtrará el agua a través de pozos, paso previo a una "modernización" de la planta de tratamiento que se construirá en dos fases. Esta medida fue aplaudida al terminar el acto por el alcalde de Caldas, el socialista Juan Manuel Rey, presente ayer en Pontevedra junto a los regidores de otros municipios de la cuenca del Umia y el presidente de la Diputación Provincial, Rafael Louzán. "Quiero expresar mi satisfacción por que se aceptase el proyecto de saneamiento; un proyecto que es nuestro, tal como demuestran los trabajos técnicos de la asesoría que contrató la Xunta", aseguró.
Esta actuación no será necesaria si tiene éxito la principal medida de la consellería, un tratamiento con corteza de eucalipto que limitará, si sale bien, que la microcystis se aproveche de la eutrofización: la sobreabundancia de nutrientes -fósforo y nitrógeno- que provoca que su número se dispare hasta cifras peligrosas. Hernández anunció que publicará en los próximos días la licitación de esta actuación, para que se ponga en funcionamiento antes del verano.
La tercera medida sobre la presa será elevar su caudal en la época estival, para que llegado el caso y si persiste la presencia de microcystis, la toma de agua esté por debajo de la superficie, donde se acumula esta alga microscópica, y no entre directamente en la red de abastecimiento. Hernández aseguró que el caudal ecológico mínimo del río no se verá comprometido con la medida. Un portavoz de la consellería aclaró más tarde que este aumento de caudal no repercutirá en la cantidad de agua que pueda aprovechar la empresa Cortizo, concesionaria de la explotación hidroeléctrica.
Los responsables autonómicos insistieron en que el embalse poco tiene que ver con la contaminación. "El Umia es un río peculiar que necesita un cuidado especial. Es importante decir que este no es un problema tanto del embalse como del río, que tiene consecuencias en el embalse", adujo Menéndez, que señaló que Augas de Galicia entiende que el problema está en la ausencia de una vegetación de ribera que absorba el exceso de nutrientes, así como en el vertido excesivo de purines por parte de las explotaciones de agricultores y ganaderos. Anunció, en ese sentido, un plan de recogida de purines y la publicación de una guía de buenos usos para las explotaciones ribereñas.
Menéndez señaló incluso a la ola de incendios de 2006 y la consiguiente desaparición de los bosques de las márgenes de los ríos como una de las responsables del fenómeno. El conselleiro abundó en esta tesis, y descartó que aun a largo plazo se opte por echar abajo la presa, como vienen reclamando desde hace años varios colectivos vecinales. Hernández defendió la presa como "garantía de abastecimiento y mayor protección frente a las crecidas". "Es una pieza imprescindible para gestionar la cuenca", zanjó, sin abordar la influencia que el agua estancada del embalse puede tener en los aumentos estacionales de la bacteria. La consellería planea una campaña de limpieza de fosas sépticas en la cuenca, y apuesta por mejorar la red de depuración en Cuntis. La Diputación de Pontevedra también contribuirá a recuperar la vegetación de ribera.