Miles de personas se manifiestan contra la construcción de una megrapesa en la Amazonia
Mar, 23/08/2011
Miles de personas se han manifestado en decenas de ciudades de más de quince países para protestar contra la construcción de la megapresa de Belo Monte, en el río Xingu --Amazonia brasileña-- y para pedir a la presidenta de Brasil, Dilma Roussef, que pare esta construcción, que califican de "destructiva".
Según informa la organización Survival International, las protestas se han producido, además de en Brasil, en países como Australia, Canadá, Estados Unidos, Alemania, Irán, México, Turquía y, "al menos", en nueve países más. Asimismo, señala que simpatizantes de la ONG entregaron unas cartas en las embajadas de Berlín, Londres y Madrid.
En estas misivas, expresan "su preocupación por los pueblos indígenas que viven en la zona" de Belo Monte", según concreta Survival International, que agrega que las acciones internacionales "son una manifestación de la indignación que ha provocado el comienzo de la construcción de la presa".
El director de la organización, Stephen Corry, ha comentado este lunes que "es gratificante ver tanto apoyo internacional a los indígenas del río Xingu". "Estaría bien que su propio gobierno mostrara la misma preocupación. El banco de desarrollo estatal de Brasil no debería financiar proyectos que se llevan por delante el derecho de los indígenas a la propiedad de sus tierras y recursos", ha agregado.
Por su parte, la portavoz indígena Sheyla Juruna, ha afirmado recientemente que los indígenas "no están en contra del desarrollo, pero hay otras formas de generar energía". "Consideramos el río como nuestro hogar. Si el gobierno insiste en Belo Monte, habrá guerra", ha advertido.
Igualmente, Survival International denuncia que el inicio de la construcción se ha producido "a pesar de las numerosas violaciones medioambientales y de derechos humanos", así como de la "oposición masiva" que, en su opinión, "el proyecto genera entre la población local".
"La presa destruirá grandes extensiones de tierra de las que depende la supervivencia de numerosos indígenas, entre ellos indígenas aislados altamente vulnerables", ha explicado. En este sentido, afirma que los indígenas kayapós de la región han advertido de que "el Xingu podría convertirse en un río de sangre si se construye la presa".
Según informa la organización Survival International, las protestas se han producido, además de en Brasil, en países como Australia, Canadá, Estados Unidos, Alemania, Irán, México, Turquía y, "al menos", en nueve países más. Asimismo, señala que simpatizantes de la ONG entregaron unas cartas en las embajadas de Berlín, Londres y Madrid.
En estas misivas, expresan "su preocupación por los pueblos indígenas que viven en la zona" de Belo Monte", según concreta Survival International, que agrega que las acciones internacionales "son una manifestación de la indignación que ha provocado el comienzo de la construcción de la presa".
El director de la organización, Stephen Corry, ha comentado este lunes que "es gratificante ver tanto apoyo internacional a los indígenas del río Xingu". "Estaría bien que su propio gobierno mostrara la misma preocupación. El banco de desarrollo estatal de Brasil no debería financiar proyectos que se llevan por delante el derecho de los indígenas a la propiedad de sus tierras y recursos", ha agregado.
Por su parte, la portavoz indígena Sheyla Juruna, ha afirmado recientemente que los indígenas "no están en contra del desarrollo, pero hay otras formas de generar energía". "Consideramos el río como nuestro hogar. Si el gobierno insiste en Belo Monte, habrá guerra", ha advertido.
Igualmente, Survival International denuncia que el inicio de la construcción se ha producido "a pesar de las numerosas violaciones medioambientales y de derechos humanos", así como de la "oposición masiva" que, en su opinión, "el proyecto genera entre la población local".
"La presa destruirá grandes extensiones de tierra de las que depende la supervivencia de numerosos indígenas, entre ellos indígenas aislados altamente vulnerables", ha explicado. En este sentido, afirma que los indígenas kayapós de la región han advertido de que "el Xingu podría convertirse en un río de sangre si se construye la presa".