Expertos abogan por tejados que recojan el agua de lluvia
Mar, 25/10/2011
Es importante tener en cuenta la captación de aguas pluviales en el planeamiento y diseño de las ciudades, ya que supone una fuente alternativa de agua, con múltiples usos, y además sirve para ahorrar agua potable», destaca a SINC Ramón Farreny, coautor de diversos trabajos desarrollados en la Universidad Autónoma de Barcelona (UAB).
En uno de ellos, que publica la revista 'Water Research', se señala que los tejados «constituyen la primera opción para captar aguas pluviales en zonas urbanas, pero que no todas las cubiertas se comportan igual y hay que seleccionar las más adecuadas».
Los resultados reflejan que las cubiertas inclinadas lisas, como las fabricadas de metal o plástico, facilitan la captura de hasta un 50% más de agua de lluvia que las que son planas y rugosas. Los datos se obtuvieron entre 2008 y 2010 en cuatro tipos de tejados del campus de la universidad: tres inclinados (de teja, de chapa metálica y de policarbonato) y otro horizontal de grava.
Para analizar la información, los autores han desarrollado un modelo que estima el volumen de escorrentía (cantidad de agua que discurre por una superficie) así como las pérdidas iniciales de cada cubierta, que han resultado ser mayores en las de grava debido a su rugosidad.
Respecto a la calidad físico-química del agua, la obtenida en los tejados inclinados es mejor en casi todos los parámetros (conductividad, carbono orgánico total y carbonatos) que la recogida en la cubierta de grava. En esta última se produce una mayor meteorización, deposición de partículas y colonización por plantas. «La inclusión de criterios relacionados con la pendiente y rugosidad de la cubierta en la planificación urbana puede ser útil para promover la captación de aguas pluviales como fuente alternativa de agua, a la vez que puede ayudar a prevenir inundaciones y la escasez de este recurso», comenta Farreny. Los resultados tienen un significado «importante» -según el estudio- para los gobiernos locales y planificadores urbanos en el diseño de edificios y ciudades desde la perspectiva de la gestión sostenible de agua de lluvia. Con un filtrado y tratamiento adecuado se podría emplear en la limpieza de suelos y vehículos, el riego de zonas ajardinadas, calles e incluso para rellenar la cisterna o la lavadora.
El aprovechamiento de este recurso requiere la instalación de un sistema de captación, filtros, tuberías y depósitos, que debe ser independientes del de agua potable para evitar el riesgo de conexiones cruzadas. En el campus de la UAB se están probando instalaciones de este tipo, así como en proyectos piloto promovidos por algunos ayuntamientos.
«Pero también hay evaluar los costos y el impacto ambiental de estos sistemas», señala Tito Morales-Pinzón, otro de los autores del estudio e investigador en la UAB y de la Universidad Tecnológica de Pereira (Colombia), «porque un material puede ser muy eficiente para recoger o almacenar el agua de lluvia pero demasiado caro o contaminante».
El equipo ha calculado cuál es la estrategia más 'costo-eficiente' de captura de agua en una barriada del municipio barcelonés de Granollers, como ejemplo de área urbana densa (600 habitantes/ha) del entorno mediterráneo (con una precipitación media de 650 mm/año).
Los resultados de este estudio, que publica 'Resources, Conservation and Recycling', revelan que con los precios actuales del agua existen dudas sobre la viabilidad económica de este tipo de proyectos, pero si su valor alcanzase 1,86 ¤/m3 se podrían rentabilizar. «Bajo la aplicación de la Directiva Marco del Agua los precios locales de este recurso aumentarán para incluir los costes reales del suministro, y esto podría fomentar el interés en las estrategias de captación de aguas pluviales desde el punto de vista económico», comentan.
Respecto al impacto de estos sistemas sobre el medio ambiente, científicos del equipo han realizado un tercer trabajo que revela que las infraestructuras óptimas son las que incorporan un depósito en el tejado y un diseño tipo aljibe.
En uno de ellos, que publica la revista 'Water Research', se señala que los tejados «constituyen la primera opción para captar aguas pluviales en zonas urbanas, pero que no todas las cubiertas se comportan igual y hay que seleccionar las más adecuadas».
Los resultados reflejan que las cubiertas inclinadas lisas, como las fabricadas de metal o plástico, facilitan la captura de hasta un 50% más de agua de lluvia que las que son planas y rugosas. Los datos se obtuvieron entre 2008 y 2010 en cuatro tipos de tejados del campus de la universidad: tres inclinados (de teja, de chapa metálica y de policarbonato) y otro horizontal de grava.
Para analizar la información, los autores han desarrollado un modelo que estima el volumen de escorrentía (cantidad de agua que discurre por una superficie) así como las pérdidas iniciales de cada cubierta, que han resultado ser mayores en las de grava debido a su rugosidad.
Respecto a la calidad físico-química del agua, la obtenida en los tejados inclinados es mejor en casi todos los parámetros (conductividad, carbono orgánico total y carbonatos) que la recogida en la cubierta de grava. En esta última se produce una mayor meteorización, deposición de partículas y colonización por plantas. «La inclusión de criterios relacionados con la pendiente y rugosidad de la cubierta en la planificación urbana puede ser útil para promover la captación de aguas pluviales como fuente alternativa de agua, a la vez que puede ayudar a prevenir inundaciones y la escasez de este recurso», comenta Farreny. Los resultados tienen un significado «importante» -según el estudio- para los gobiernos locales y planificadores urbanos en el diseño de edificios y ciudades desde la perspectiva de la gestión sostenible de agua de lluvia. Con un filtrado y tratamiento adecuado se podría emplear en la limpieza de suelos y vehículos, el riego de zonas ajardinadas, calles e incluso para rellenar la cisterna o la lavadora.
El aprovechamiento de este recurso requiere la instalación de un sistema de captación, filtros, tuberías y depósitos, que debe ser independientes del de agua potable para evitar el riesgo de conexiones cruzadas. En el campus de la UAB se están probando instalaciones de este tipo, así como en proyectos piloto promovidos por algunos ayuntamientos.
«Pero también hay evaluar los costos y el impacto ambiental de estos sistemas», señala Tito Morales-Pinzón, otro de los autores del estudio e investigador en la UAB y de la Universidad Tecnológica de Pereira (Colombia), «porque un material puede ser muy eficiente para recoger o almacenar el agua de lluvia pero demasiado caro o contaminante».
El equipo ha calculado cuál es la estrategia más 'costo-eficiente' de captura de agua en una barriada del municipio barcelonés de Granollers, como ejemplo de área urbana densa (600 habitantes/ha) del entorno mediterráneo (con una precipitación media de 650 mm/año).
Los resultados de este estudio, que publica 'Resources, Conservation and Recycling', revelan que con los precios actuales del agua existen dudas sobre la viabilidad económica de este tipo de proyectos, pero si su valor alcanzase 1,86 ¤/m3 se podrían rentabilizar. «Bajo la aplicación de la Directiva Marco del Agua los precios locales de este recurso aumentarán para incluir los costes reales del suministro, y esto podría fomentar el interés en las estrategias de captación de aguas pluviales desde el punto de vista económico», comentan.
Respecto al impacto de estos sistemas sobre el medio ambiente, científicos del equipo han realizado un tercer trabajo que revela que las infraestructuras óptimas son las que incorporan un depósito en el tejado y un diseño tipo aljibe.