«El Tribunal de las Aguas es un modelo de gestión hídrica en el mundo»

Vie, 11/11/2011

Levante

El Atlas de Patrimonio Cultural Valenciano recoge un detallado apartado sobre el patrimonio relacionado con el agua y el regadío histórico. La unidad de investigación Estepa -Estudios del Territorio, Paisaje y Patrimonio-, que pertenece al Departamento de Geografía de la Universitat de València, ha abordado esta tipología.

Tras estudiar en los últimos quince años los regadíos históricos en la Comunitat Valenciana, se puede afirmar que se trata de una modalidad del patrimonio caracterizado «por su universalidad, su variedad, su trascendencia y su significado socia», afirma un portavoz de Estepa.

Durante las diversas etapas de la historia valenciana las soluciones técnicas adoptadas por las sociedades para el aprovechamiento del recurso agua han sido variadas y en ocasiones distintas: «romanos, musulmanes (período andalusí), cristianos...han dominado el agua mediante técnicas propias y singulares, o en ocasiones por técnicas mejoradas», enfatizan.

El agua es o era captada por azudes, presas, norias, ruedas, galerías drenantes o pozos. Es conducida por acequias, minas, acueductos, o sifones. Se distribuye mediante partidores, lenguas, edificios como los canos, las fesas...; y se usó para regar, moler (molinos harineros, arroceros), generar energía eléctrica, etc. Además se pueden hallar otros elementos que obedecen a funciones determinadas: abrevaderos, lavaderos, balsas, arcos o puentes.

La trascendencia del patrimonio hidráulico valenciano, en relacionado con el regadío histórico, es muy alta. En términos generales el regadío histórico valenciano se puede considerar un referente de los regadíos tradicionales en el ámbito mundial. L'Horta de Valencia, o el Tribunal de las Aguas, es decir un paisaje milenario de regadío mediterráneo, y un modelo de gestión del agua, reconocido como Patrimonio de la Humanidad, hito del patrimonio inmaterial, respectivamente, constituyen hoy por hoy los mejores embajadores de esa realidad.

De la misma manera hay que subrayar la transcendencia social de esa modalidad de patrimonio cultural: los miles de agricultores que se sirven de los sistemas de irrigación tradicionales, o las comunidades de regantes, que constituyen las bases sociales del regadío.

En definitiva, el regadío histórico es un patrimonio universal y diverso, que destaca tanto en su vertiente material como inmaterial, y en un amplio abanico de elementos patrimoniales.