Solo la presa hidroeléctrica de Playa sigue sin plan de emergencia en la provincia
Mar, 15/11/2011
La Opinión. El Correo de Zamora
Solo el pequeño embalse de Playa, enclavado en la alta sierra sanabresa, está pendiente de contar con la aprobación de los planes de emergencia que deben disponer todas presas para ofrecer fiabilidad en sus estructuras y mantenimientos, para evitar -en caso de venirse a pique la presa por cualquier motivo-desastres que provoquen daños o estragos aguas abajo, y para permitir que las poblaciones y patrimonios afectados puedan responder y salvaguardarse en orden y con eficiencia.
El resto de los embalses zamoranos, divididos en tres categorías según la afectación a la población y los riesgos para los servicios esenciales o bienes materiales, tiene sus planes aprobados.
El responsable de Endesa, Ramón Laguna, expresó al respecto que la sociedad eléctrica tiene presentados todos los planes de emergencia, pero queda pendiente de su aprobación el referido al embalse de Playa. Esto significa, dijo, «que los encargados de la supervisión de estos planes los han mirado, algo que me parece bien, señaló, y precisó que las objeciones tienen que ver con detalles que no son de gran calado.
Destacó que la presa de Playa «es la más pequeña y la implantación de las medidas de emergencia será muy rápida por cuanto que chupa de todos los planes de emergencia de alrededor». Playa fue terminada de construir en el año 1955, y se trata de una presa de tipo de gravedad. Su capacidad es de 500.000 metros cúbicos y forma parte del sistema Moncabril, que suministra a la central de Ribadelago.
Debido a la ubicación y concatenación de la mayoría de los embalses configurados en la alta sierra Sanabresa, Endesa pensó en el diseño «de una conexión del conjunto, con doble vía de seguridad».
Ramón Laguna pone de manifiesto que los embalses de la sierra afectan «de forma lateral, y todos los planes están unidos y disun de ponen de tratamiento aviso a la población general, con puntos de conen centración, caso de problema, a puntos comunes». Sostiene el responsable de Endesa que «los riesgos serían pequeños, en caso de fallo de una presa, porque vienen de muy arriba».
En la alta sierra sanabresa el mayor embalse es de del Puente Porto, construido en el curso del río Segundera y con una capacidad de 23 hectómetros cúbicos de agua. En estos momentos está a menos del 10% de su capacidad, pues alberga unos dos hectómetros cúbicos. Durante los pasados años Endesa ha realizado importantes trabajos encaminados a la seguridad, menguando el nivel de almacenamiento con un rebaje del aliviadero «para que la lámina de agua no cargara sobre la presa más de lo considerado por los estudiosos». La inversión rondó el millón de euros. Laguna insiste en «la seguridad absoluta» de Puente Porto, que responde a las mismas características de la siniestrada Vega de Tera.
Los planes de emergencia conllevan «la identificación» de los diferentes fenómenos que puedan desencadenar un incidente y no sólo deben tenerse en cuenta los inherentes a la propia construcción de la presa y los efectos del embalse, sino a otros factores como puedan ser seísmos, terrorismo, actos de sabotaje, avenidas extremas que puedan provocar una situación de gravedad.
Dichos planes contemplan una zonificación de exposición potencial y la información y la comunicación con organismos y con las poblaciones integradas en los escenarios de impacto constituye una de las claves del operativo.
Ramón Laguna hace hincapié en este aspecto y señala que un plan de emergencia va más allá de instalar unas sirenas en una localidad, de cambiar unas baterías o unos intede rruptores, blindar un depósito.
El resto de los embalses zamoranos, divididos en tres categorías según la afectación a la población y los riesgos para los servicios esenciales o bienes materiales, tiene sus planes aprobados.
El responsable de Endesa, Ramón Laguna, expresó al respecto que la sociedad eléctrica tiene presentados todos los planes de emergencia, pero queda pendiente de su aprobación el referido al embalse de Playa. Esto significa, dijo, «que los encargados de la supervisión de estos planes los han mirado, algo que me parece bien, señaló, y precisó que las objeciones tienen que ver con detalles que no son de gran calado.
Destacó que la presa de Playa «es la más pequeña y la implantación de las medidas de emergencia será muy rápida por cuanto que chupa de todos los planes de emergencia de alrededor». Playa fue terminada de construir en el año 1955, y se trata de una presa de tipo de gravedad. Su capacidad es de 500.000 metros cúbicos y forma parte del sistema Moncabril, que suministra a la central de Ribadelago.
Debido a la ubicación y concatenación de la mayoría de los embalses configurados en la alta sierra Sanabresa, Endesa pensó en el diseño «de una conexión del conjunto, con doble vía de seguridad».
Ramón Laguna pone de manifiesto que los embalses de la sierra afectan «de forma lateral, y todos los planes están unidos y disun de ponen de tratamiento aviso a la población general, con puntos de conen centración, caso de problema, a puntos comunes». Sostiene el responsable de Endesa que «los riesgos serían pequeños, en caso de fallo de una presa, porque vienen de muy arriba».
En la alta sierra sanabresa el mayor embalse es de del Puente Porto, construido en el curso del río Segundera y con una capacidad de 23 hectómetros cúbicos de agua. En estos momentos está a menos del 10% de su capacidad, pues alberga unos dos hectómetros cúbicos. Durante los pasados años Endesa ha realizado importantes trabajos encaminados a la seguridad, menguando el nivel de almacenamiento con un rebaje del aliviadero «para que la lámina de agua no cargara sobre la presa más de lo considerado por los estudiosos». La inversión rondó el millón de euros. Laguna insiste en «la seguridad absoluta» de Puente Porto, que responde a las mismas características de la siniestrada Vega de Tera.
Los planes de emergencia conllevan «la identificación» de los diferentes fenómenos que puedan desencadenar un incidente y no sólo deben tenerse en cuenta los inherentes a la propia construcción de la presa y los efectos del embalse, sino a otros factores como puedan ser seísmos, terrorismo, actos de sabotaje, avenidas extremas que puedan provocar una situación de gravedad.
Dichos planes contemplan una zonificación de exposición potencial y la información y la comunicación con organismos y con las poblaciones integradas en los escenarios de impacto constituye una de las claves del operativo.
Ramón Laguna hace hincapié en este aspecto y señala que un plan de emergencia va más allá de instalar unas sirenas en una localidad, de cambiar unas baterías o unos intede rruptores, blindar un depósito.