La escasez de agua dulce es un problema de importancia creciente, especialmente en los países empobrecidos del África subsahariana. Las tecnologías de desalación se han ido incorporando progresivamente como una contribución al suministro de agua potable. Canarias, región pionera en estas instalaciones, es un ejemplo evidente en donde la desalación desempeña un papel clave en el suministro de agua dulce.
El inconveniente principal asociado a la desalación es su elevada demanda energética (eléctrica o térmica) que implica un consumo de recursos fósiles, el consiguiente incremento de la dependencia energética exterior y el impacto ambiental asociado. Una forma de superar esta problemática es el empleo de las energías renovables en el suministro energético. La idea principal del curso es ofrecer al alumnado una visión inicial y práctica de las tecnologías de desalación con renovables y de sus aplicaciones.
El ITC, consciente de esta realidad, lleva investigando en estas tecnologías desde 1996. Por su parte, la ULPGC dispone de personal docente investigador con amplia experiencia en este sector, lo que permite abordar el presente curso con suficiente garantía.