The CHE publishes the final report on the impact of human activity on water status
Sat, 26/11/2011
La Confederación Hidrográfica del Ebro (CHE) ha publicado su último informe de impactos, presiones y riesgos en la Cuenca, el denominado "Impress", el cuarto de este tipo que realiza el Organismo, que permite obtener una foto fija de las masas de agua y analiza su situación frente a los retos de la Directiva Marco del Agua.
De hecho, es esta Directiva Europea la que obliga a la realización de un estudio de estas características para cada cuenca en todos los países miembros. En el caso del Ebro se ha decidido ampliar el trabajo y se elabora periódicamente para mejorar así la metodología.
Además, en esta cuenca el documento compila datos que de forma continua y desde hace más de dos décadas, ya recoge y analiza la Confederación a través de las distintas redes de control de aguas superficiales y subterráneas.
El "Impress 2010" se ha elaborado a lo largo del pasado año y su reto frente a los tres anteriores ha sido la evaluación cuantitativa de los riesgos de incumplimiento de los objetivos para alcanzar el buen estado ecológico y químico.
El anterior trabajo, que analizaba los datos de 2008, se centró en una descripción exhaustiva de todas las formas de actividad humana que suponen una presión directa sobre las masas de agua (desde los vertidos puntuales y la contaminación difusa, pasando por todos los usos del agua, y por la presencia de especies invasoras y de infraestructuras en el cauce, entre otros) y con ello identificar los impactos que producimos.
Por su parte, en el nuevo informe se valoran los impactos a partir de datos de estado ecológico, del estado químico y en zonas protegidas y se evalúa así los riesgos de incumplimiento de forma cuantitativa. Sus conclusiones sirven de referencia para redefinir los puntos de control en el resto de redes de seguimiento del estado de las aguas y además, es una herramienta para fijar la periodicidad más conveniente para ese control.
Como novedad este año, además, la información recogida en el "Impress 2010" se ha querido hacer más accesible y útil a todo aquel con relación directa en la gestión hidráulica y con la sociedad en general y por ello se han elaborado fichas de caracterización sobre cada masa que se pueden consultar en el portal con visor geográfico de la Confederación, el SITEbro, al que se accede desde la página web del Organismo, www.chebro.es.
En líneas generales los resultados obtenidos, siguiendo la línea del resto de informes sobre el estado general de las masas de agua y de los anteriores informes de impactos, indican una tendencia positiva. Principalmente, se debe al aumento de la depuración de los vertidos urbanos en toda la cuenca; a los programas de control de las autorizaciones de vertidos que realiza la Confederación Hidrográfica del Ebro y también por los trabajos de recuperación ambiental realizados.
A pesar de ello, se destaca la existencia de masas de agua con riesgo alto de incumplimiento, en las que se considera que debe haber un mayor control. El estudio se ha realizado sobre casi 800 masas de agua superficiales, incluyendo ríos, lagos y embalses.
En cifras, un 43% de las masas de agua presenta una presión nula y se alcanza el 72% si se trata de aguas con media, baja o nula presión. Sólo el 18% del total presentan presiones altas, siendo el principal problema las fuentes puntuales de contaminación y la alteración de caudales.
Cuando se analizan las masas sobre las que se ha realizado un diagnóstico de estado general, las presiones existentes presentan un impacto nulo o bajo en el 55%, mientras que algo menos del 45% de las masas recibe un impacto entre medio y alto. Estas últimas conforman el grupo de masas de agua con mayores riesgos de incumplimiento.
El último análisis es el de riesgo de incumplimiento de objetivos medioambientales. Se trata de cuantificarlo y detectarlo entre las masas con mayor impacto. En concreto, un 11% de las masas se encuentra en ese caso.
Algunos ejemplos son los de aquellos tramos de río con una mayor concentración humana y por tanto mayor presión general (tramo medio del Ebro, tramos del río Segre); aquellos que tienen una especial presencia industrial (río Zadorra) o aquellos con una mayor presencia de actividad agrícola y por tanto efecto de contaminación difusa (tramos de los ríos Queiles, los Arbas y el Jalón, entre otros).
De hecho, es esta Directiva Europea la que obliga a la realización de un estudio de estas características para cada cuenca en todos los países miembros. En el caso del Ebro se ha decidido ampliar el trabajo y se elabora periódicamente para mejorar así la metodología.
Además, en esta cuenca el documento compila datos que de forma continua y desde hace más de dos décadas, ya recoge y analiza la Confederación a través de las distintas redes de control de aguas superficiales y subterráneas.
El "Impress 2010" se ha elaborado a lo largo del pasado año y su reto frente a los tres anteriores ha sido la evaluación cuantitativa de los riesgos de incumplimiento de los objetivos para alcanzar el buen estado ecológico y químico.
El anterior trabajo, que analizaba los datos de 2008, se centró en una descripción exhaustiva de todas las formas de actividad humana que suponen una presión directa sobre las masas de agua (desde los vertidos puntuales y la contaminación difusa, pasando por todos los usos del agua, y por la presencia de especies invasoras y de infraestructuras en el cauce, entre otros) y con ello identificar los impactos que producimos.
Por su parte, en el nuevo informe se valoran los impactos a partir de datos de estado ecológico, del estado químico y en zonas protegidas y se evalúa así los riesgos de incumplimiento de forma cuantitativa. Sus conclusiones sirven de referencia para redefinir los puntos de control en el resto de redes de seguimiento del estado de las aguas y además, es una herramienta para fijar la periodicidad más conveniente para ese control.
Como novedad este año, además, la información recogida en el "Impress 2010" se ha querido hacer más accesible y útil a todo aquel con relación directa en la gestión hidráulica y con la sociedad en general y por ello se han elaborado fichas de caracterización sobre cada masa que se pueden consultar en el portal con visor geográfico de la Confederación, el SITEbro, al que se accede desde la página web del Organismo, www.chebro.es.
En líneas generales los resultados obtenidos, siguiendo la línea del resto de informes sobre el estado general de las masas de agua y de los anteriores informes de impactos, indican una tendencia positiva. Principalmente, se debe al aumento de la depuración de los vertidos urbanos en toda la cuenca; a los programas de control de las autorizaciones de vertidos que realiza la Confederación Hidrográfica del Ebro y también por los trabajos de recuperación ambiental realizados.
A pesar de ello, se destaca la existencia de masas de agua con riesgo alto de incumplimiento, en las que se considera que debe haber un mayor control. El estudio se ha realizado sobre casi 800 masas de agua superficiales, incluyendo ríos, lagos y embalses.
En cifras, un 43% de las masas de agua presenta una presión nula y se alcanza el 72% si se trata de aguas con media, baja o nula presión. Sólo el 18% del total presentan presiones altas, siendo el principal problema las fuentes puntuales de contaminación y la alteración de caudales.
Cuando se analizan las masas sobre las que se ha realizado un diagnóstico de estado general, las presiones existentes presentan un impacto nulo o bajo en el 55%, mientras que algo menos del 45% de las masas recibe un impacto entre medio y alto. Estas últimas conforman el grupo de masas de agua con mayores riesgos de incumplimiento.
El último análisis es el de riesgo de incumplimiento de objetivos medioambientales. Se trata de cuantificarlo y detectarlo entre las masas con mayor impacto. En concreto, un 11% de las masas se encuentra en ese caso.
Algunos ejemplos son los de aquellos tramos de río con una mayor concentración humana y por tanto mayor presión general (tramo medio del Ebro, tramos del río Segre); aquellos que tienen una especial presencia industrial (río Zadorra) o aquellos con una mayor presencia de actividad agrícola y por tanto efecto de contaminación difusa (tramos de los ríos Queiles, los Arbas y el Jalón, entre otros).