Salt, nitrates, and the poison that dives underground
Wed, 04/01/2012
El 37% de las masas de agua subterráneas de Mallorca están contaminadas por nitratos o por cloruros derivados de la intrusión de agua marina. Si atendemos al total de masas del archipiélago y sumamos los acuíferos de Menorca y las Pitiüses, el porcentaje se eleva al 43%.
Se trata de unas cifras que, aunque elevadas, son comprensibles dada la fuerte presión sobre los acuíferos de las Islas y los fertilizantes utilizados en agricultura, las principales causas de una contaminación que encuentra sus principales exponentes en las zonas de Palma, Campos, Manacor y Sa Pobla.
La contaminación por intrusión de agua marina se debe al exceso de extracciones de agua subterránea cerca de la costa. Cuando la explotación de un acuífero es mayor de lo debido, el agua de mar llega a alcanzar el fondo de los pozos. Mallorca, nea existentes en Mallorca -90 en todo Baleares- un total de 24 se hallan contaminadas bien por nitratos o bien por intrusión salina. Asimismo, hasta siete de estos mismo acuíferos padecen ambas afecciones: Sa Pobla, Llubí, Pla de Sant Jordi y Son Reus (Palma), Pont d'Inca (Marratxí), Son Real (Santa Margalida) y Pla de Campos. En este último caso, la cuña de agua salada introducida en el acuífero ha alcanzado hasta siete kilómetros en años recientes.
Con el objetivo de solucionar (o en su defecto controlar y minimizar) los problemas de contaminación que padecen las Islas, los técnicos del departamento de Recursos Hídricos del Govern elaboraron un programa de protección de las aguas. Este proyecto fue integrado en el Plan Hidrológico aprobado por el Pacte y que el actual Govern tumbó antes de poder acceder a la ratificación definitiva del Ejecutivo central.
La Conselleria de Agricultura, Medio Ambiente y Territorio que dirige Biel Company argumentó que el Plan Hidrológico escondía algunos aspectos «demasiado intervencionistas» que hacían necesaria una revisión exhaustiva con tal de evitar «una mayor carga burocrática que comportaría efectos negativos para los agentes implicados».
Sea como fuere, lo cierto es que dicha revisión deberá incluir una batería de medidas para la protección de las aguas sino análoga similar a la del plan rechazado. Ésta integra puntos como un mapeado de las zonas más vulnerables y análisis de presiones e incidencias de las fuentes de contaminación.
Asimismo, el programa hace hincapié en el control sobre la política de gestión de residuos y sobre las explotaciones ganaderas, con la necesidad de llevar a cabo estudios acerca de los efectos que tienen las granjas sobre su entorno.
Por otra parte, el plan preveía una línea de actuación concreta en relación a las fosas sépticas; una normativa que definiera el uso de los sistemas individuales de tratamiento de aguas residuales en edificaciones aisladas y que delimitara su instalación en función del número de habitantes. Según lo señalado, las fosas sépticas solo serían autorizadas para viviendas unifamiliares con un máximo de cinco habitantes, mientras que las de un número superior deberían recurrir a las estaciones depuradoras.
De cara a contener el problema del exceso de extracción se plantea la creación de perímetros de protección para determinadas zonas ya muy castigadas. Otro aspecto importante de un estudio que concluía que muy probablemente el territorio balear sea incapaz de soportar la carga contaminante que se genera sobre el mismo.
El 37% de los acuíferos de Mallorca está contaminado por la intrusión de agua marina y el uso de fertilizantes El Plan Hidrológico prevé mayores controles al concluir que las islas no pueden asumir esta carga de polución
Se trata de unas cifras que, aunque elevadas, son comprensibles dada la fuerte presión sobre los acuíferos de las Islas y los fertilizantes utilizados en agricultura, las principales causas de una contaminación que encuentra sus principales exponentes en las zonas de Palma, Campos, Manacor y Sa Pobla.
La contaminación por intrusión de agua marina se debe al exceso de extracciones de agua subterránea cerca de la costa. Cuando la explotación de un acuífero es mayor de lo debido, el agua de mar llega a alcanzar el fondo de los pozos. Mallorca, nea existentes en Mallorca -90 en todo Baleares- un total de 24 se hallan contaminadas bien por nitratos o bien por intrusión salina. Asimismo, hasta siete de estos mismo acuíferos padecen ambas afecciones: Sa Pobla, Llubí, Pla de Sant Jordi y Son Reus (Palma), Pont d'Inca (Marratxí), Son Real (Santa Margalida) y Pla de Campos. En este último caso, la cuña de agua salada introducida en el acuífero ha alcanzado hasta siete kilómetros en años recientes.
Con el objetivo de solucionar (o en su defecto controlar y minimizar) los problemas de contaminación que padecen las Islas, los técnicos del departamento de Recursos Hídricos del Govern elaboraron un programa de protección de las aguas. Este proyecto fue integrado en el Plan Hidrológico aprobado por el Pacte y que el actual Govern tumbó antes de poder acceder a la ratificación definitiva del Ejecutivo central.
La Conselleria de Agricultura, Medio Ambiente y Territorio que dirige Biel Company argumentó que el Plan Hidrológico escondía algunos aspectos «demasiado intervencionistas» que hacían necesaria una revisión exhaustiva con tal de evitar «una mayor carga burocrática que comportaría efectos negativos para los agentes implicados».
Sea como fuere, lo cierto es que dicha revisión deberá incluir una batería de medidas para la protección de las aguas sino análoga similar a la del plan rechazado. Ésta integra puntos como un mapeado de las zonas más vulnerables y análisis de presiones e incidencias de las fuentes de contaminación.
Asimismo, el programa hace hincapié en el control sobre la política de gestión de residuos y sobre las explotaciones ganaderas, con la necesidad de llevar a cabo estudios acerca de los efectos que tienen las granjas sobre su entorno.
Por otra parte, el plan preveía una línea de actuación concreta en relación a las fosas sépticas; una normativa que definiera el uso de los sistemas individuales de tratamiento de aguas residuales en edificaciones aisladas y que delimitara su instalación en función del número de habitantes. Según lo señalado, las fosas sépticas solo serían autorizadas para viviendas unifamiliares con un máximo de cinco habitantes, mientras que las de un número superior deberían recurrir a las estaciones depuradoras.
De cara a contener el problema del exceso de extracción se plantea la creación de perímetros de protección para determinadas zonas ya muy castigadas. Otro aspecto importante de un estudio que concluía que muy probablemente el territorio balear sea incapaz de soportar la carga contaminante que se genera sobre el mismo.
El 37% de los acuíferos de Mallorca está contaminado por la intrusión de agua marina y el uso de fertilizantes El Plan Hidrológico prevé mayores controles al concluir que las islas no pueden asumir esta carga de polución