Toxic are found in groundwater of La Selva
Mon, 05/03/2012
El sistema geotermal de la comarca de la Selva, en Girona, presenta contaminación, sobre todo por arsénico, aunque funcionan mecanismos para evitar que afecte al consumo humano. Los investigadores de la Universitat Politècnica de Catalunya y de la Universitat de Barcelona proponen vigilar la construcción de pozos, evitar la sobreexplotación de las aguas subterráneas frías cerca de las calientes y controlar la extracción de agua mineral para evitarla, teniendo en cuenta su abundancia en balnearios y plantas embotelladoras. Asimismo, también han detectado niveles de uranio en las aguas por encima de lo que recomienda la Organización Mundial de la Salud.
Según el estudio, publicado en la revista Geothermics, las aguas subterráneas, especialmente en Caldes de Malavella, presentan altas concentraciones de arsénico, antimonio y otros contaminantes. El profesor y coautor del trabajo, Andrés Navarro, ha explicado que «el sistema funciona por la recarga de las aguas meteóricas frías que se infiltran en las zonas de topografía alta, circulan en profundidad y llegan a un foco térmico profundo, donde se calientan, se cargan de CO2 y también de metales».
Los niveles de arsénico detectados alcanzan los 0,069 mg/l, cuando el límite legal en España y en la UE es de 0,01 mg/l para aguas de consumo humano. «Hace unos años se legisló sobre este tema, y el agua que se embotella está controlada», tranquiliza Navarro. Además Caldes construyó una planta para eliminar el arsénico de las aguas de abastecimiento público.
Según el estudio, publicado en la revista Geothermics, las aguas subterráneas, especialmente en Caldes de Malavella, presentan altas concentraciones de arsénico, antimonio y otros contaminantes. El profesor y coautor del trabajo, Andrés Navarro, ha explicado que «el sistema funciona por la recarga de las aguas meteóricas frías que se infiltran en las zonas de topografía alta, circulan en profundidad y llegan a un foco térmico profundo, donde se calientan, se cargan de CO2 y también de metales».
Los niveles de arsénico detectados alcanzan los 0,069 mg/l, cuando el límite legal en España y en la UE es de 0,01 mg/l para aguas de consumo humano. «Hace unos años se legisló sobre este tema, y el agua que se embotella está controlada», tranquiliza Navarro. Además Caldes construyó una planta para eliminar el arsénico de las aguas de abastecimiento público.