ONU: In 2025 two thirds of population will have shortage of water
Thu, 22/03/2012
En el año 2025 dos tercios de los habitantes del planeta vivirán en zonas con escasez de agua, según la Oficina de la ONU de la Década del Agua, cuya directora, Josefina Maestu, ha recordado que se requieren entre 2.000 y 5.000 litros para producir los alimentos diarios de cada persona.
Así lo ha señalado Maestu en una rueda de prensa celebrada hoy en Zaragoza, sede de la Oficina de Naciones Unidas de apoyo al Decenio Internacional para la Acción "El agua, fuente de vida", 2005-2015, con motivo de la celebración mañana, 22 de marzo, del Día Mundial del Agua.
Una fecha que este año tiene como lema "Agua y la Seguridad Alimentaria" porque el recurso hídrico es la clave de la seguridad alimentaria, ya que todavía hoy más de 925 millones de personas que pasan hambre, ha informado la Oficina de la ONU.
En este sentido, Maestu ha recordado que, aunque el ser humano necesita consumir de 2 a 4 litros de agua al día, se requieren entre 2.000 y 5.000 litros para producir los alimentos diarios de cada persona.
Y como todas las actividades humanas utilizan agua, ha insistido en que mientras crece la demanda de alimentos, la escasez de este recurso y el cambio climático están afectando a la producción de alimentos.
De hecho, se estima que en el 2025 dos tercios de los habitantes del planeta vivirán en zonas con escasez de agua, ha afirmado.
Entre las soluciones, Naciones Unidas destaca la intensificación sostenible para producir más con menos agua, y la necesidad de proteger los recursos mediante la agricultura de conservación, que incluya la diversificación y asegurar la cobertura vegetal permanente, además de la adaptación al cambio climático.
Por su parte, para la reducción de las necesidades de agua se debe apostar por la reutilización y el reciclaje y la reducción de desperdicio de alimentos.
ONU-Agua además plantea que hay experiencias importantes de integración de sistemas de producción que combinan mejores prácticas de suelo y agua adaptadas a las condiciones locales de recurso, como los arrozales y las pesquerías.
El Día Mundial del Agua se celebra todos los años el 22 de marzo, para concentrar la atención en la importancia de este recurso y promover la gestión sostenible de los de agua dulce.
Con motivo de esta celebración, la Confederación Hidrográfica del Ebro (CHE), la Oficina de Naciones Unidas de la Década del Agua y la Federación de Regantes del Ebro han presentado hoy un documento de conclusiones sobre agua y seguridad alimentaria en países áridos.
El documento de conclusiones se abre con la consideración de la seguridad alimentaria como un hito "irrenunciable" para los países áridos, por lo que deben existir mecanismos que la pongan a salvo de los intereses especulativos del mercado internacional.
Frente a los países con disponibilidad de agua, los países áridos se enfrentan al desafío de "mejorar su garantía" debido a la irregularidad de sus aportaciones y a la escasez de precipitaciones que "se agravan por los previsibles efectos del cambio climático".
En las conclusiones también se considera que las producciones de secano en estos países tienen un futuro incierto por su baja productividad y se destaca, sin embargo, la competitividad de los regadíos.
Entre los datos ofrecidos para hacer una radiografía de la situación se planteó que para alcanzar de forma clara la seguridad alimentaria sería necesario incrementar las producciones en un 30 por ciento para el 2030 y en un 50 por ciento para el 2050, teniendo en cuenta para ello, la escasez del recurso hídrico y la necesidad, como se ha reiterado, de mantener los ecosistemas de las masas de agua.
En el documento, el Valle del Ebro se ha puesto como ejemplo regional y se ha insistido en la necesidad de apostar por su desarrollo, ya que su producción alcanza a 8,9 millones de habitantes.
Así lo ha señalado Maestu en una rueda de prensa celebrada hoy en Zaragoza, sede de la Oficina de Naciones Unidas de apoyo al Decenio Internacional para la Acción "El agua, fuente de vida", 2005-2015, con motivo de la celebración mañana, 22 de marzo, del Día Mundial del Agua.
Una fecha que este año tiene como lema "Agua y la Seguridad Alimentaria" porque el recurso hídrico es la clave de la seguridad alimentaria, ya que todavía hoy más de 925 millones de personas que pasan hambre, ha informado la Oficina de la ONU.
En este sentido, Maestu ha recordado que, aunque el ser humano necesita consumir de 2 a 4 litros de agua al día, se requieren entre 2.000 y 5.000 litros para producir los alimentos diarios de cada persona.
Y como todas las actividades humanas utilizan agua, ha insistido en que mientras crece la demanda de alimentos, la escasez de este recurso y el cambio climático están afectando a la producción de alimentos.
De hecho, se estima que en el 2025 dos tercios de los habitantes del planeta vivirán en zonas con escasez de agua, ha afirmado.
Entre las soluciones, Naciones Unidas destaca la intensificación sostenible para producir más con menos agua, y la necesidad de proteger los recursos mediante la agricultura de conservación, que incluya la diversificación y asegurar la cobertura vegetal permanente, además de la adaptación al cambio climático.
Por su parte, para la reducción de las necesidades de agua se debe apostar por la reutilización y el reciclaje y la reducción de desperdicio de alimentos.
ONU-Agua además plantea que hay experiencias importantes de integración de sistemas de producción que combinan mejores prácticas de suelo y agua adaptadas a las condiciones locales de recurso, como los arrozales y las pesquerías.
El Día Mundial del Agua se celebra todos los años el 22 de marzo, para concentrar la atención en la importancia de este recurso y promover la gestión sostenible de los de agua dulce.
Con motivo de esta celebración, la Confederación Hidrográfica del Ebro (CHE), la Oficina de Naciones Unidas de la Década del Agua y la Federación de Regantes del Ebro han presentado hoy un documento de conclusiones sobre agua y seguridad alimentaria en países áridos.
El documento de conclusiones se abre con la consideración de la seguridad alimentaria como un hito "irrenunciable" para los países áridos, por lo que deben existir mecanismos que la pongan a salvo de los intereses especulativos del mercado internacional.
Frente a los países con disponibilidad de agua, los países áridos se enfrentan al desafío de "mejorar su garantía" debido a la irregularidad de sus aportaciones y a la escasez de precipitaciones que "se agravan por los previsibles efectos del cambio climático".
En las conclusiones también se considera que las producciones de secano en estos países tienen un futuro incierto por su baja productividad y se destaca, sin embargo, la competitividad de los regadíos.
Entre los datos ofrecidos para hacer una radiografía de la situación se planteó que para alcanzar de forma clara la seguridad alimentaria sería necesario incrementar las producciones en un 30 por ciento para el 2030 y en un 50 por ciento para el 2050, teniendo en cuenta para ello, la escasez del recurso hídrico y la necesidad, como se ha reiterado, de mantener los ecosistemas de las masas de agua.
En el documento, el Valle del Ebro se ha puesto como ejemplo regional y se ha insistido en la necesidad de apostar por su desarrollo, ya que su producción alcanza a 8,9 millones de habitantes.