The manager of the joint venture that supplies water to Valencia resigns
Fri, 22/06/2012
La gestión del agua en Valencia no deja de generar escándalos y sorpresas. La última la dio ayer Juan Carlos Girbés, que dimitió como gerente de la empresa Emimet, que es mixta porque el ente público Emshi -que era propietario de la depuradora saqueada Emarsa- es propietario del 30% de la misma y Aguas de Valencia, privada, del otro 70%. Emimet se encarga del suministro del agua en alta, esto es, de distribuirla desde las potabilizadoras hasta los municipios de Valencia y su área metropolitana. Girbés adujo motivos personales para su dimisión. Resulta difícil, sin embargo, disociarla de la nueva batalla abierta a raíz de que el Tribunal Superior de Justicia anulase un contrato de 2.500 millones de euros (50 millones anuales durante 50 años).
La anulación afecta al núcleo de Emimet, la empresa que gestionaba Girbés, porque considera ilegal el proceso público por el que se formó la asociación entre la Emshi (en la que el Ayuntamiento de Valencia tiene la práctica mayoría) y Aguas de Valencia. La decisión de Girbés estaría relacionada, según el entorno de Aguas de Valencia, con el intento de que la imagen de la empresa no se vea empañada ahora que va a volver a adjudicarse el contrato de los 2.500 millones. Aguas de Valencia volverá a concurrir al mismo.
La gestión de Girbés, que fue jefe de servicio del agua del Ayuntamiento de Valencia hasta 2007 y poco después fue contratado por Aguas de Valencia, también ha sido muy cuestionada. Se ha conocido que Emimet destinó menos dinero a mejoras del que había recaudado para ese fin exclusivo de los clientes de Valencia y su área metropolitana. Y también que Gisbert compatibilizó el cargo con participación en varias empresas privadas. Estas recibían importantes adjudicaciones del Ayuntamiento de Valencia, la Diputación y la Generalitat.
La oposición también denunció que una de las empresas en que participaba Girbés era Iva Leying, encargada del control de numerosas depuradoras, entre ellas Emarsa. A pesar de ello, la empresa no detectó el colosal saqueo de dinero público que sufrió esta depuradora pública de Valencia.
La anulación afecta al núcleo de Emimet, la empresa que gestionaba Girbés, porque considera ilegal el proceso público por el que se formó la asociación entre la Emshi (en la que el Ayuntamiento de Valencia tiene la práctica mayoría) y Aguas de Valencia. La decisión de Girbés estaría relacionada, según el entorno de Aguas de Valencia, con el intento de que la imagen de la empresa no se vea empañada ahora que va a volver a adjudicarse el contrato de los 2.500 millones. Aguas de Valencia volverá a concurrir al mismo.
La gestión de Girbés, que fue jefe de servicio del agua del Ayuntamiento de Valencia hasta 2007 y poco después fue contratado por Aguas de Valencia, también ha sido muy cuestionada. Se ha conocido que Emimet destinó menos dinero a mejoras del que había recaudado para ese fin exclusivo de los clientes de Valencia y su área metropolitana. Y también que Gisbert compatibilizó el cargo con participación en varias empresas privadas. Estas recibían importantes adjudicaciones del Ayuntamiento de Valencia, la Diputación y la Generalitat.
La oposición también denunció que una de las empresas en que participaba Girbés era Iva Leying, encargada del control de numerosas depuradoras, entre ellas Emarsa. A pesar de ello, la empresa no detectó el colosal saqueo de dinero público que sufrió esta depuradora pública de Valencia.