Villamayor prohibits the consumption of water from neighbors to contain fluorides
Fri, 27/07/2012
La Opinión. El Correo de Zamora
Los vecinos de Villamayor de Campos comenzaron ayer a ser abastecidos con camiones cisterna tras detectarse en los últimos análisis del agua la existencia de fluoruros.
Hacia el mediodía los habitantes de la localidad comenzaron a llegar a la Plaza Mayor cargados de garrafas a la espera de que llegara el primer camión cisterna para aprovisionarse de agua, tal y como informaba el bando municipal puesto por el Ayuntamiento por todas las calles del pueblo. Una vecina sentada pacientemente en un banco aseguraba que le disgustaba la situación pero «tendrán que mirar que tiene el agua no sea que nos intoxiquemos y nos morimos», a su lado, otra aseguraba que «nadie se explica esta situación ya que siempre ha sido un pueblo con mucha agua». A pesar de la circunstancia aseguraban arreglarse bien «en el día a día», ya que desde hace tiempo «estaba bebiendo agua de botella».
El camarero de un bar cercano a la plaza lleva sin mucha preocupación la situación de la prohibición de usar el agua para consumo humano. «Nos arreglamos con garrafas desde el primer día para la cafetera y el hielo», aunque también reconoció que «salvo el bando no ha venido nadie de sanidad a decirnos nada».
Con puntualidad casi británica el camión cisterna llegó a la plaza y los vecinos en riguroso orden de llegada comenzaron a llenar las garrafas, que muchos de ellos transportaban en carretillos. En medio de todo esto hubo quien sugirió la idea al alguacil de repartir número para evitar problemas y si «por si el agua de la cisterna se acababa».
Con la incorporación de Villamayor de Campos la cifra de pueblo afectados por los problemas de abastecimiento en la provincia de Zamora se eleva a catorce, la mayoría de ellos por contener en el agua nitratos, cloruros, fluoruros y arsénico.
El alcalde de la localidad, Antonio Sanz, explicó que «en un análisis los fluoruros dieron altos pero en un contraanálisis posterior había bajado ya tres décimas, por lo que esperamos que esto sea transitorio y se solucione en breves fechas». Mientras esto no ocurra el pueblo será abastecido todos los jueves por la mañana con un camión cisterna de más de 11.000 litros de agua.
Por su parte, José Ángel Ruiz, diputado de Medio Ambiente, reconoció que la Tierra de Campos es un núcleo «propenso a este tipo de problemas en el agua», pero confió en que «si llueve los acuíferos cojan más caudal de agua, se recuperen y se solucione el problema. Si no, como estamos haciendo en otros pueblo tenemos partida presupuestaria en el convenio de sequía».
En contraposición a esta situación en la localidad de Villarrín de Campos ha vuelto a la normalidad tras solucionarse los problemas del arsénico del agua. La alcaldesa de la localidad, Concepción Gómez, explicó que el abastecimiento con camiones cisterna se realizó durante «solo unos meses» y mostró su alivió porque la situación se hubiera regularizado «al parecer porque al llover ha subido el nivel del agua y la piedra está oculta». No obstante la regidora explicó que «seguimos vigilando los niveles y esperamos que no se vuelva a repetir».
Hacia el mediodía los habitantes de la localidad comenzaron a llegar a la Plaza Mayor cargados de garrafas a la espera de que llegara el primer camión cisterna para aprovisionarse de agua, tal y como informaba el bando municipal puesto por el Ayuntamiento por todas las calles del pueblo. Una vecina sentada pacientemente en un banco aseguraba que le disgustaba la situación pero «tendrán que mirar que tiene el agua no sea que nos intoxiquemos y nos morimos», a su lado, otra aseguraba que «nadie se explica esta situación ya que siempre ha sido un pueblo con mucha agua». A pesar de la circunstancia aseguraban arreglarse bien «en el día a día», ya que desde hace tiempo «estaba bebiendo agua de botella».
El camarero de un bar cercano a la plaza lleva sin mucha preocupación la situación de la prohibición de usar el agua para consumo humano. «Nos arreglamos con garrafas desde el primer día para la cafetera y el hielo», aunque también reconoció que «salvo el bando no ha venido nadie de sanidad a decirnos nada».
Con puntualidad casi británica el camión cisterna llegó a la plaza y los vecinos en riguroso orden de llegada comenzaron a llenar las garrafas, que muchos de ellos transportaban en carretillos. En medio de todo esto hubo quien sugirió la idea al alguacil de repartir número para evitar problemas y si «por si el agua de la cisterna se acababa».
Con la incorporación de Villamayor de Campos la cifra de pueblo afectados por los problemas de abastecimiento en la provincia de Zamora se eleva a catorce, la mayoría de ellos por contener en el agua nitratos, cloruros, fluoruros y arsénico.
El alcalde de la localidad, Antonio Sanz, explicó que «en un análisis los fluoruros dieron altos pero en un contraanálisis posterior había bajado ya tres décimas, por lo que esperamos que esto sea transitorio y se solucione en breves fechas». Mientras esto no ocurra el pueblo será abastecido todos los jueves por la mañana con un camión cisterna de más de 11.000 litros de agua.
Por su parte, José Ángel Ruiz, diputado de Medio Ambiente, reconoció que la Tierra de Campos es un núcleo «propenso a este tipo de problemas en el agua», pero confió en que «si llueve los acuíferos cojan más caudal de agua, se recuperen y se solucione el problema. Si no, como estamos haciendo en otros pueblo tenemos partida presupuestaria en el convenio de sequía».
En contraposición a esta situación en la localidad de Villarrín de Campos ha vuelto a la normalidad tras solucionarse los problemas del arsénico del agua. La alcaldesa de la localidad, Concepción Gómez, explicó que el abastecimiento con camiones cisterna se realizó durante «solo unos meses» y mostró su alivió porque la situación se hubiera regularizado «al parecer porque al llover ha subido el nivel del agua y la piedra está oculta». No obstante la regidora explicó que «seguimos vigilando los niveles y esperamos que no se vuelva a repetir».