Alava Reservoirs remain as last year despite drought
Tue, 11/09/2012
Los embalses alaveses de Ullibarri y de Urrunaga se mantienen en los niveles de hace un año, al 70 y al 67 por ciento de su capacidad, respectivamente, pese a la sequía, debido a las lluvias de la primavera, que permitieron salvar la situación.
La Confederación Hidrográfica del Ebro ha informado hoy de la situación de los embalses, que en el caso de los alaveses, repiten niveles del año pasado.
A fecha de hoy, el embalse de Ullibarri está al 69,6 por ciento de su capacidad y acumula 102 hectómetros cúbicos de agua. El de Urrunaga, de menor capacidad, está al 66,7 por ciento y tiene 48 hectómetros cúbicos de agua.
Fuentes de la Confederación Hidrográfica del Ebro consultadas por Efe han explicado que la situación de los pantanos de Alava, que abastecen a Bilbao y Vitoria, es mejor que la de otros embalses pese a que la sequía también afecta al País Vasco, porque la primavera tardía dejó abundantes precipitaciones en Euskadi, lo que contribuyó a su llenado.
Además, Ullibarri y Urrunaga no partían de una situación tan mala en mayo, cuando fue necesario incluso abrir las compuertas para desembalsar, y también ha influido el hecho de que la máxima demanda de los embalses alaveses no se produce en verano puesto que no se dedican al regadío.
La Confederación Hidrográfica del Ebro ha informado hoy de la situación de los embalses, que en el caso de los alaveses, repiten niveles del año pasado.
A fecha de hoy, el embalse de Ullibarri está al 69,6 por ciento de su capacidad y acumula 102 hectómetros cúbicos de agua. El de Urrunaga, de menor capacidad, está al 66,7 por ciento y tiene 48 hectómetros cúbicos de agua.
Fuentes de la Confederación Hidrográfica del Ebro consultadas por Efe han explicado que la situación de los pantanos de Alava, que abastecen a Bilbao y Vitoria, es mejor que la de otros embalses pese a que la sequía también afecta al País Vasco, porque la primavera tardía dejó abundantes precipitaciones en Euskadi, lo que contribuyó a su llenado.
Además, Ullibarri y Urrunaga no partían de una situación tan mala en mayo, cuando fue necesario incluso abrir las compuertas para desembalsar, y también ha influido el hecho de que la máxima demanda de los embalses alaveses no se produce en verano puesto que no se dedican al regadío.