El bajo consumo de agua por parte de la industria mantiene prácticamente inalterables las reservas de los acuíferos de Alcoy desde el pasado mes de enero. La crisis económica ha propiciado una reducción de la actividad empresarial y, por consiguiente, una menor demanda de recursos hídricos. El resultado es que los manantiales de los que se abastece la ciudad presentan unos niveles óptimos, aún a pesar de que durante seis meses no cayó ni una sola gota de lluvia.

Las precipitaciones de la pasada semana fueron las primeras mínimamente apreciables que se registraban en Alcoy desde marzo. El largo período de sequía ha tenido consecuencias negativas para la agricultura y también para algunas fuentes del término municipal, que se han llegado a secar. Sin embargo, y al contrario de lo que se pudiera pensar, las reservas de los acuíferos que abastecen a la ciudad permanecen prácticamente inalterables en relación al pasado mes de enero. Según los últimos datos disponibles, anteriores a las lluvias de la semana anterior, las variaciones han sido mínimas desde principios de año.

Los pozos del Molinar, principal acuífero de la ciudad, presentan niveles casi idénticos. En enero el nivel del agua del pozo 1 estaba situado a 4,13 metros de la superficie y ahora está a 4,9, mientras que el pozo 2 estaba a 4,15 y en la actualidad a 4,43.

Se da la circunstancia que el río Molinar sigue manando, con un caudal escaso, pero demostrando de cualquier forma la buena situación que presenta este acuífero. Cabe recordar que este río estuvo muchos años totalmente seco, y que sólo aflora cuando el nivel del manantial alcanza la altura suficiente para permitir que el agua brote caballera.

En lo que respecta a los otros dos acuíferos que abastecen a Alcoy, los datos facilitados por el Ayuntamiento indican que incluso se han recuperado levemente en este período. El del Barranc del Cint estaba en enero a 70,17 metros de la superficie y ahora a 69,13. El de Barxell, por su parte, se encontraba a 46,78 y ha pasado a 45,78.

El concejal de Medio Ambiente, Jordi Tormo, atribuyó el mantenimiento de las reservas a la crisis económica. «Es evidente -manifestó- que la complicada coyuntura ha propiciado el cierre de empresas y una menor actividad por parte del resto, y que eso ha repercutido en una bajada del consumo de agua. También las familias han reducido el gasto en este sentido, lo que se deja notar en los acuíferos».