The storm flooded the subway and diverted 12 flights
Sat, 13/10/2012
La tormenta de ayer no duró mucho, pero fue intensa. Unos minutos después de que empezara a llover, se formaron riachuelos en muchas calles de Palma, lo que dificultó la circulación en las carreteras. El transporte público fue el más afectado por la tromba de agua. La tormenta trajo como consecuencia la caída de un rayo entre Santa Maria y de un árbol sobre la vía de Son Fuster, por eso al mediodía se pararon los servicios de metro y tren alrededor de 40 minutos.
Las líneas ferroviarias se quedaron sin servicio en Santa Maria, Marratxí e Inca y, para solucionar el problema, Serveis Ferroviarias de Mallorca (SFM) puso en circulación un tren diésel complementario. El metro también tuvo varios problemas. En las estaciones de Son Costa y Jacinto Verdaguer se suspendió la circulación hasta las 14.30 horas como medida de precaución, porque entraba mucha agua, lo que hizo que los metros que pasaban por ellas se pararan. Cuatro fueron las frecuencias afectadas por este motivo.
Los aviones tampoco pudieron evitar el temporal y un total de doce vuelos que tenía que aterrizar en Sont Sant Joan fueron desviados a otros aeropuertos. Según la agencia Europa Press, siete de esos vuelos -tanto nacionales como internacionales- fueron desviados a Menorca, tres a Ibiza y dos a Barcelona.
Las botas de agua eran necesarias ayer para entrar en la estación del metro del polígono. Las escaleras mecánicas no funcionaban e incluso tenían los cables fuera. No hacía falta sacar ningún tique ni tarjeta para acceder al interior, porque todas las máquinas que normalmente prohíben el paso estaban abiertas. El agua inundaba todo el andén y las vías, y del techo caían gotas, como si de una cueva de tratara. Daba la impresión de que hubiera pasado un tornado por allí dentro. Sobre las 20.40 horas un grupo de cuatro bomberos tuvo que desplazarse a esta estación para achicar agua y probablemente los trabajos durarán hasta hoy.
En otras estaciones, como la de Son Costa-Son Forteza y Jacinto Verdaguer, el agua también entró, pero no se hicieron tantos estragos como en la de Son Castelló. El acceso al polígono se hizo casi imposible hasta bien entrada la tarde. Los coches se quedaban parados en medio de la carretera porque las charcas que cruzaban alcanzaban casi la media rueda. Hubo un par de casos en que el agua les llegó al motor y los conductores intentaron dejar sus vehículos a un lado viendo cómo salía humo de sus capós.
Durante casi una hora, las carreteras parecían torrentes improvisados. Árboles, basura, piedras... el agua arrastraba de todo y se iba acumulando a gran velocidad. La entrada a la autopista de la calle Aragón se quedó con un carril en vez de dos porque la copa de un árbol obstaculizaba todo el derecho. Bajo el puente de Son Oliva los Bomberos de Palma tuvieron que rescatar a una pareja de personas mayores que se había quedado atrapada después de que su coche se quedara inmovilizado a causa del agua. Ninguno de los do sufrió ningún daño, pero no podían salir por su cuenta. Una grúa tuvo que sacar el vehículo de allí. La Policía Local tuvo que cortar el acceso a ese mismo puente durante el día de ayer para evitar que se dieran más casos como el anterior.
A las dificultades para circular hay que sumarle el fallo en algunos semáforos de la ciudad. El que está en el cruce entre la calle Eusebio Estada y Arquitecto Bennássar, justo al lado del Colegio La Esperanza, dejó de funcionar poco después de empezar a llover. No pasaba de rojo a verde. Al ver que no se arreglaba, los coches iban pasando según creían conveniente. Se formó un atasco durante más de media hora y los pitidos de los conductores impacientes hacían que los curiosos vecinos se asomaran a las ventanas para ver qué pasaba.
En las carreteras de los pueblos también se dieron varios incidentes derivados del temporal. La que va de Campos a la Colònia de Sant Jordi tuvo que cerrarse porque una roca de unos 1.000 kilos se desprendió en un tramo que baja a Sa Calobra.
Este ha sido el número que ha registrado el servicio de emergencias en menos de tres horas en Mallorca y las Pitiusas. Durante ese tiempo, atendieron también un total de 383 llamadas, según Efe. Ninguna de las incidencias fue grave. Donde más se dieron fue en Mallorca y Campos, con 40 y 20 respectivamente. Hubo 59 incidentes causados por inundaciones en viviendas, comercios y en la vía pública, y 11 por caída de árboles. Dos inundaciones importantes en Palma se dieron en Son Ferriol. El agua se coló en dos garajes y los dueños intentaban sacarla como podían.
Varias actividades del Día de la Hispanidad tuvieron que ser canceladas por el mal tiempo. El ayuntamiento propuso trasladar al próximo día 21 de octubre algunas de las que se organizaron para el día de ayer en el polideportivo de Son Moix. Por ejemplo, hubo una exposición de diferentes productos latinoamericanos dentro del marco del II Torneo de Fútbol Internacional, pero el viento y la lluvia se llevó carpas, mesas y sillas por delante y la gente tuvo que resguardarse y recoger todo.
El puente de la celebración nacional se verá marcado por el mal tiempo. El riesgo por tormentas y chubascos no remitirá en todo el fin de semana en Baleares, al contrario que en el resto de España, según la Agencia Estatal de Meteorología (AEMET). El tiempo se enfriará; por el día, las temperaturas bajarán.
Las líneas ferroviarias se quedaron sin servicio en Santa Maria, Marratxí e Inca y, para solucionar el problema, Serveis Ferroviarias de Mallorca (SFM) puso en circulación un tren diésel complementario. El metro también tuvo varios problemas. En las estaciones de Son Costa y Jacinto Verdaguer se suspendió la circulación hasta las 14.30 horas como medida de precaución, porque entraba mucha agua, lo que hizo que los metros que pasaban por ellas se pararan. Cuatro fueron las frecuencias afectadas por este motivo.
Los aviones tampoco pudieron evitar el temporal y un total de doce vuelos que tenía que aterrizar en Sont Sant Joan fueron desviados a otros aeropuertos. Según la agencia Europa Press, siete de esos vuelos -tanto nacionales como internacionales- fueron desviados a Menorca, tres a Ibiza y dos a Barcelona.
Las botas de agua eran necesarias ayer para entrar en la estación del metro del polígono. Las escaleras mecánicas no funcionaban e incluso tenían los cables fuera. No hacía falta sacar ningún tique ni tarjeta para acceder al interior, porque todas las máquinas que normalmente prohíben el paso estaban abiertas. El agua inundaba todo el andén y las vías, y del techo caían gotas, como si de una cueva de tratara. Daba la impresión de que hubiera pasado un tornado por allí dentro. Sobre las 20.40 horas un grupo de cuatro bomberos tuvo que desplazarse a esta estación para achicar agua y probablemente los trabajos durarán hasta hoy.
En otras estaciones, como la de Son Costa-Son Forteza y Jacinto Verdaguer, el agua también entró, pero no se hicieron tantos estragos como en la de Son Castelló. El acceso al polígono se hizo casi imposible hasta bien entrada la tarde. Los coches se quedaban parados en medio de la carretera porque las charcas que cruzaban alcanzaban casi la media rueda. Hubo un par de casos en que el agua les llegó al motor y los conductores intentaron dejar sus vehículos a un lado viendo cómo salía humo de sus capós.
Durante casi una hora, las carreteras parecían torrentes improvisados. Árboles, basura, piedras... el agua arrastraba de todo y se iba acumulando a gran velocidad. La entrada a la autopista de la calle Aragón se quedó con un carril en vez de dos porque la copa de un árbol obstaculizaba todo el derecho. Bajo el puente de Son Oliva los Bomberos de Palma tuvieron que rescatar a una pareja de personas mayores que se había quedado atrapada después de que su coche se quedara inmovilizado a causa del agua. Ninguno de los do sufrió ningún daño, pero no podían salir por su cuenta. Una grúa tuvo que sacar el vehículo de allí. La Policía Local tuvo que cortar el acceso a ese mismo puente durante el día de ayer para evitar que se dieran más casos como el anterior.
A las dificultades para circular hay que sumarle el fallo en algunos semáforos de la ciudad. El que está en el cruce entre la calle Eusebio Estada y Arquitecto Bennássar, justo al lado del Colegio La Esperanza, dejó de funcionar poco después de empezar a llover. No pasaba de rojo a verde. Al ver que no se arreglaba, los coches iban pasando según creían conveniente. Se formó un atasco durante más de media hora y los pitidos de los conductores impacientes hacían que los curiosos vecinos se asomaran a las ventanas para ver qué pasaba.
En las carreteras de los pueblos también se dieron varios incidentes derivados del temporal. La que va de Campos a la Colònia de Sant Jordi tuvo que cerrarse porque una roca de unos 1.000 kilos se desprendió en un tramo que baja a Sa Calobra.
Este ha sido el número que ha registrado el servicio de emergencias en menos de tres horas en Mallorca y las Pitiusas. Durante ese tiempo, atendieron también un total de 383 llamadas, según Efe. Ninguna de las incidencias fue grave. Donde más se dieron fue en Mallorca y Campos, con 40 y 20 respectivamente. Hubo 59 incidentes causados por inundaciones en viviendas, comercios y en la vía pública, y 11 por caída de árboles. Dos inundaciones importantes en Palma se dieron en Son Ferriol. El agua se coló en dos garajes y los dueños intentaban sacarla como podían.
Varias actividades del Día de la Hispanidad tuvieron que ser canceladas por el mal tiempo. El ayuntamiento propuso trasladar al próximo día 21 de octubre algunas de las que se organizaron para el día de ayer en el polideportivo de Son Moix. Por ejemplo, hubo una exposición de diferentes productos latinoamericanos dentro del marco del II Torneo de Fútbol Internacional, pero el viento y la lluvia se llevó carpas, mesas y sillas por delante y la gente tuvo que resguardarse y recoger todo.
El puente de la celebración nacional se verá marcado por el mal tiempo. El riesgo por tormentas y chubascos no remitirá en todo el fin de semana en Baleares, al contrario que en el resto de España, según la Agencia Estatal de Meteorología (AEMET). El tiempo se enfriará; por el día, las temperaturas bajarán.