El Gobierno de Israel tiene previsto instalar una serie de desaladoras en sus costas que le permitirán obtener, en menos de cinco años, hasta 400 hm3 de agua potable al año y a un precio por metro cúbico sensiblemente inferior al que tendrán los caudales del trasvase del Ebro. Israel, que en función de los acuerdos de paz podría extender los beneficios de este plan a Jordania y Palestina, evitaría así un trasvase desde el Tigris, que sería más caro y que le obligaría a depender de los acuerdos con Turquía. Ayer se reunieron en Estocolmo (Suecia)los máximos responables técnicos de los países de Oriente Medio, en un seminario posterior a la Semana Mundial del Agua.