La Mancha exige el Tajo-Guadiana porque el regadío del Segura se excede en 57.000 ha
Mon, 16/08/2004
El déficit estructural de la cuenca receptora se ha duplicado y alcanza los 1.000 hm3
El Gobierno de Castilla-La Mancha basa su solicitud de paralización del trasvase Tajo-Segura en que la gestión del agua en la cuenca receptora es deficiente debido a un crecimiento desorbitado de la superficie irrigada desde que se planteó la construcción del acueducto.
Maria Josep Picó, Valencia
Esta demanda descontrolada limita la canalización de 50 hectómetros cúbicos anuales desde el Tajo-Segura a la llanura manchega, en el Guadiana, una obra prevista en el plan de cuenca y recogida posteriormente en la ley del Plan Hidrológico Nacional (PHN) de 2001 que, a diferencia del trasvase del Ebro, no ha sido derogada por el Ejecutivo central.
Las expectativas creadas por la llegada de recursos desde el Tajo disparó la creación de regadíos, sin previa autorización, en la cuenca del Segura. «Resulta bastante difícil establecer con exactitud» la evolución de la superficie de riego debido a «las discrepancias» entre las cifras publicadas entre el Censo Agrario y los Anuarios de Estadística Agraria que publica el Gobierno central, indica el profesor de la Universidad de Murcia Francisco Calvo García-Tornel en Los Usos del agua en España (CAM/Universidad de Alicante). A pesar de ello, desde las 141.110 hectáreas (ha) que el trasvase iba a atender en 1972 se pasó hasta las 198.178 de finales de la década de los 90 del siglo pasado, es decir, se da una diferencia de más de 57.000 ha.
Entre 1972 y 1974 la creación de nuevas superficies irrigadas en Murcia y el sur de Alicante era de 50.880 hectáreas, entre 1980 y 1986 ya se pasaba a las 76.876, mientras que en 1997 (cuando se elaboró el Plan Hidrológico del Segura) esta cifra ya alcanzaba las 198.178, según el estudio del Departamento de Ecología e Hidrología de la Universidad de Murcia elaborado por Julia Martínez y Miguel Ángel Esteve, quienes destacan 1que el déficit en el Segura se ha duplicado y ahora es, como mínimo de 1.000 hectómetros cúbicos al año.
La organización ecologista WWF Adena destaca, a su vez, que existe «un desfase de 113 hectómetros entre las aguas trasvasadas en los años 1999, 2000 y 2001 y las que se han usado realmente en el riego para la cuenca del Segura. La organización ecologista denuncia «el mercado negro del agua en la cuenca receptora pues el agua del trasvase se vende e intercambia fuera de los cauces legales», hecho que está siendo investigado por los tribunales
El Gobierno de Castilla-La Mancha basa su solicitud de paralización del trasvase Tajo-Segura en que la gestión del agua en la cuenca receptora es deficiente debido a un crecimiento desorbitado de la superficie irrigada desde que se planteó la construcción del acueducto.
Maria Josep Picó, Valencia
Esta demanda descontrolada limita la canalización de 50 hectómetros cúbicos anuales desde el Tajo-Segura a la llanura manchega, en el Guadiana, una obra prevista en el plan de cuenca y recogida posteriormente en la ley del Plan Hidrológico Nacional (PHN) de 2001 que, a diferencia del trasvase del Ebro, no ha sido derogada por el Ejecutivo central.
Las expectativas creadas por la llegada de recursos desde el Tajo disparó la creación de regadíos, sin previa autorización, en la cuenca del Segura. «Resulta bastante difícil establecer con exactitud» la evolución de la superficie de riego debido a «las discrepancias» entre las cifras publicadas entre el Censo Agrario y los Anuarios de Estadística Agraria que publica el Gobierno central, indica el profesor de la Universidad de Murcia Francisco Calvo García-Tornel en Los Usos del agua en España (CAM/Universidad de Alicante). A pesar de ello, desde las 141.110 hectáreas (ha) que el trasvase iba a atender en 1972 se pasó hasta las 198.178 de finales de la década de los 90 del siglo pasado, es decir, se da una diferencia de más de 57.000 ha.
Entre 1972 y 1974 la creación de nuevas superficies irrigadas en Murcia y el sur de Alicante era de 50.880 hectáreas, entre 1980 y 1986 ya se pasaba a las 76.876, mientras que en 1997 (cuando se elaboró el Plan Hidrológico del Segura) esta cifra ya alcanzaba las 198.178, según el estudio del Departamento de Ecología e Hidrología de la Universidad de Murcia elaborado por Julia Martínez y Miguel Ángel Esteve, quienes destacan 1que el déficit en el Segura se ha duplicado y ahora es, como mínimo de 1.000 hectómetros cúbicos al año.
La organización ecologista WWF Adena destaca, a su vez, que existe «un desfase de 113 hectómetros entre las aguas trasvasadas en los años 1999, 2000 y 2001 y las que se han usado realmente en el riego para la cuenca del Segura. La organización ecologista denuncia «el mercado negro del agua en la cuenca receptora pues el agua del trasvase se vende e intercambia fuera de los cauces legales», hecho que está siendo investigado por los tribunales