Cirugía bajo tierra. Nuevo sistema para arreglar los colectores
Mon, 20/09/2004
Emasa prueba un novedoso método para reparar los colectores bajo tierra que no necesita abrir una zanja. Ha rehabilitado 850 metros de una tubería en Campanillas que estaba rota en varios puntos.
MIGUEL FERRARY. MÁLAGA
Arreglar un colector subterráneo sin necesidad de excavar un agujero o remover toneladas de tierra. Esto puede sonar a utópico, pero es más real de lo que parece a primera vista. La Empresa Municipal de Aguas de Málaga (Emasa) ha probado con éxito un novedoso sistema de reparación de las canalizaciones que no necesita abrir zanjas en el terreno y que, en el futuro, ahorrará muchas molestias a los ciudadanos.
Ocho días es lo que ha tardado la empresa Insituform, por encargo de Emasa, en rehabilitar 850 metros del colector de Campanillas, a la altura del campo de golf Guadalhorce. Poco más de una semana en una actuación que por el método tradicional habría supuesto varios meses de trabajos y abrir zanjas de hasta seis metros de profundidad y 28 metros de anchura. Eso sin contar las toneladas de tierra amontonadas a cada lado y las molestias producidas en el entorno.
Riadas. Las avenidas de agua sufridas durante el pasado invierno en el río Campanillas produjeron numerosos desperfectos en el colector de la zona. Esta infraestructura estaba partida por varios puntos y llena de tierra, impidiendo la canalización de las aguas residuales.
La solución vino de la mano de la empresa Insituform, que aplicó por primera vez en Málaga el arreglo de los colectores mediante la colocación de una nueva tubería interior gracias a una manga de tela realizada en poliéster y vinilo e impregnada con varias resinas.
El sistema empleado consiste en la introducción de esa tela en el interior del colector dañado. Viene en un camión que la mantiene a baja temperatura, lo que permite que se mantenga flexible. Los operarios la colocan a la entrada de la tubería y vierten agua fría a presión dentro de la manga de tela. La fuerza del agua extiende este material, que se adapta sin problemas al recorrido de la infraestructura.
Una vez colocada, el agua se empieza a calentar con una caldera, hasta que alcanza los 50 grados centígrados y se mantiene así durante doce horas. Con el calor, la resina se va endureciendo hasta que la tela adquiere una solidez parecida a la fibra de vidrio, eliminando las filtraciones habituales en este tipo de infraestructuras y con una capacidad suficiente para evitar futuros hundimientos.
Ahorro. El presupuesto de la obra ha sido de 150.000 euros, aunque como señala el responsable de saneamiento de Emasa, Rafael Peláez, "nos ha salido más barato y ha sido mucho más rápido que con el método habitual".
Peláez recalcó que este sistema para la rehabilitación de colectores se podrá aplicar también en la ciudad, aunque reconoció que primero habría que estudiar "si nos interesa levantar la calle para sustituir las tuberías y aumentar su capacidad". No obstante, afirmó que ya hay varias obras donde está previsto aplicar este tipo de reparaciones "con el que evitaríamos levantar la calle y el coste de reponer todo luego".
Emasa sustituye seis kilómetros de colector
Las riadas sufridas en el río Campanillas durante el pasado invierno se llevaron por delante cerca de diez kilómetros del colector de aguas residuales que circula bajo el cauce y que ahora está siendo sustituido por una nueva infraestructura por la Empresa Municipal de Aguas de Málaga (Emasa).
Al parecer, la imposibilidad de cerrar las puertas de la presa de Casasola para que no suba el nivel del agua y cubra la antigua carretera de Antequera ocasionó varias avenidas de agua a causa de las fuertes lluvias. Estas riadas arrasaron con los tubos del colector principal, que no estaba preparado para esta afluencia de agua.
Los trabajos, que llevan varios meses en marcha, han permitido sustituir algo más de seis kilómetros de tubería, que en esta ocasión han sido cubiertas completamente por un armazón de hormigón. El desplazamiento de muchos de los tubos y el aterramiento de la mayoría ha obligado a reconstruir en su totalidad este tramo de seis kilómetros.
Esta obra, con un coste que ya supera los 240.000 euros, se verá completada el próximo invierno con la sustitución de otros 2,5 kilómetros que siguen pendientes y que tienen que coordinar con la actual construcción de la línea del AVE.
Emasa ha solicitado que el coste de los trabajos sea asumido por el Consorcio de Seguros, que ya ha recibido la información detallada sobre la situación de los trabajos.
MIGUEL FERRARY. MÁLAGA
Arreglar un colector subterráneo sin necesidad de excavar un agujero o remover toneladas de tierra. Esto puede sonar a utópico, pero es más real de lo que parece a primera vista. La Empresa Municipal de Aguas de Málaga (Emasa) ha probado con éxito un novedoso sistema de reparación de las canalizaciones que no necesita abrir zanjas en el terreno y que, en el futuro, ahorrará muchas molestias a los ciudadanos.
Ocho días es lo que ha tardado la empresa Insituform, por encargo de Emasa, en rehabilitar 850 metros del colector de Campanillas, a la altura del campo de golf Guadalhorce. Poco más de una semana en una actuación que por el método tradicional habría supuesto varios meses de trabajos y abrir zanjas de hasta seis metros de profundidad y 28 metros de anchura. Eso sin contar las toneladas de tierra amontonadas a cada lado y las molestias producidas en el entorno.
Riadas. Las avenidas de agua sufridas durante el pasado invierno en el río Campanillas produjeron numerosos desperfectos en el colector de la zona. Esta infraestructura estaba partida por varios puntos y llena de tierra, impidiendo la canalización de las aguas residuales.
La solución vino de la mano de la empresa Insituform, que aplicó por primera vez en Málaga el arreglo de los colectores mediante la colocación de una nueva tubería interior gracias a una manga de tela realizada en poliéster y vinilo e impregnada con varias resinas.
El sistema empleado consiste en la introducción de esa tela en el interior del colector dañado. Viene en un camión que la mantiene a baja temperatura, lo que permite que se mantenga flexible. Los operarios la colocan a la entrada de la tubería y vierten agua fría a presión dentro de la manga de tela. La fuerza del agua extiende este material, que se adapta sin problemas al recorrido de la infraestructura.
Una vez colocada, el agua se empieza a calentar con una caldera, hasta que alcanza los 50 grados centígrados y se mantiene así durante doce horas. Con el calor, la resina se va endureciendo hasta que la tela adquiere una solidez parecida a la fibra de vidrio, eliminando las filtraciones habituales en este tipo de infraestructuras y con una capacidad suficiente para evitar futuros hundimientos.
Ahorro. El presupuesto de la obra ha sido de 150.000 euros, aunque como señala el responsable de saneamiento de Emasa, Rafael Peláez, "nos ha salido más barato y ha sido mucho más rápido que con el método habitual".
Peláez recalcó que este sistema para la rehabilitación de colectores se podrá aplicar también en la ciudad, aunque reconoció que primero habría que estudiar "si nos interesa levantar la calle para sustituir las tuberías y aumentar su capacidad". No obstante, afirmó que ya hay varias obras donde está previsto aplicar este tipo de reparaciones "con el que evitaríamos levantar la calle y el coste de reponer todo luego".
Emasa sustituye seis kilómetros de colector
Las riadas sufridas en el río Campanillas durante el pasado invierno se llevaron por delante cerca de diez kilómetros del colector de aguas residuales que circula bajo el cauce y que ahora está siendo sustituido por una nueva infraestructura por la Empresa Municipal de Aguas de Málaga (Emasa).
Al parecer, la imposibilidad de cerrar las puertas de la presa de Casasola para que no suba el nivel del agua y cubra la antigua carretera de Antequera ocasionó varias avenidas de agua a causa de las fuertes lluvias. Estas riadas arrasaron con los tubos del colector principal, que no estaba preparado para esta afluencia de agua.
Los trabajos, que llevan varios meses en marcha, han permitido sustituir algo más de seis kilómetros de tubería, que en esta ocasión han sido cubiertas completamente por un armazón de hormigón. El desplazamiento de muchos de los tubos y el aterramiento de la mayoría ha obligado a reconstruir en su totalidad este tramo de seis kilómetros.
Esta obra, con un coste que ya supera los 240.000 euros, se verá completada el próximo invierno con la sustitución de otros 2,5 kilómetros que siguen pendientes y que tienen que coordinar con la actual construcción de la línea del AVE.
Emasa ha solicitado que el coste de los trabajos sea asumido por el Consorcio de Seguros, que ya ha recibido la información detallada sobre la situación de los trabajos.