Valencia ahorra agua por tercer año consecutivo gracias a nuevos pozos y campañas ciudadanas
Tue, 02/01/2007
El consumo anual se reduce en 3,23 hectómetros cúbicos de caudal potable desde 2004
Por tercer año consecutivo los vecinos de la ciudad de Valencia han ahorrado agua potable. Así lo reflejan las cifras del balance de los últimos doce meses, que arrojan un consumo de 46,56 hectómetros cúbicos, 3,23 menos que en 2005. La clave de este logro en plena sequía está en la apertura de pozos y las campañas ciudadanas.
PACO MORENO/ VALENCIA
Un jardinero regando.
Foro Agua para la Comunitat
El plan de gestión de sequías puesto en marcha en 2002 ha dado buenos resultados, como subrayó ayer el concejal del Ciclo Integral del Agua, Ramón Isidro Sanchis. La fuerte disminución de caudal de agua potable servirá para aliviar la mala situación de los embalses de la cuenca del Júcar, de donde se nutre la ciudad y su área metropolitana.
En 2006 el consumo de caudal potable fue de 46,56 hectómetros cúbicos (a falta de definir las últimas semanas), mientras que el año anterior ascendió a 49,01 y en 2004 a 49,79 hectómetros cúbicos.
Las cifras, frías y difíciles de cuantificar a simple vista por el enorme volumen que representan, suponen en cambio un respaldo a la estrategia del gobierno municipal, basada en una fuerte restricción al uso del agua potable y en campañas ciudadanas para fomentar el ahorro.
Sobre lo primero, Sanchis recordó la prohibición de regar los jardines de más de 5.000 metros cuadrados con agua potable. Para ello se ha fomentado la apertura de pozos (cuatro desde 2004), además de la construcción de nuevos tramos de la red de baja presión (agua de calidad aunque no potable).
Esto ha garantizado en la práctica que todos los parques de la ciudad se riegan con este tipo de caudales. La intención es reducir al máximo el empleo de agua superficial de los ríos, potabilizada después en las plantas de Manises y Picassent, al ámbito doméstico e industrial.
Sobre las campañas ciudadanas, recordó proyectos realizados en los colegios, cartelería y folletos repartidos de manera gratuita. “Con todo eso queremos reforzar en los vecinos la idea del obligado ahorro de agua, mucho más debido a estos años de sequía”.
La empresa mixta que gestiona el suministro de agua potable a la ciudad, formada por el Ayuntamiento y Aguas de Valencia, ha reforzado dentro de este plan las reparaciones en la red de suministro. El instrumento principal para lograr esto es el correlator, una máquina que detecta fugas de agua en el subsuelo y sin necesidad de abrir una zanja.
“Estamos en un nivel del 81% de aprovechamiento de agua, una de las más altas de España”, dijo el delegado, quien matizó que del porcentaje restante, un 10% se debe a la limpieza de tuberías y el consumo en colegios y edificios municipales, que no se factura con recibos.
Los últimos datos ofrecidos por la Confederación Hidrográfica del Júcar hablan de unas reservas en toda la cuenca de 471,11 hectómetros cúbicos, un 14,08% de su capacidad total.
Sobre el uso de pozos, Valencia dispone en la actualidad de 16 para la limpieza y el baldeo de las calles. Otros diez están conectados a la red de baja presión y una veintena más para el riego de grandes jardines y polideportivos municipales.
Peor calidad del agua
No todo fue positivo en 2006 y el delegado destacó en este sentido el cambio impuesto por la Confederación, que destina a Valencia un mayor caudal del Turia que hace unos años. Esto, según sus palabras, ha empeorado la calidad de las aguas y obliga a un mayor trabajo de limpieza en las plantas potabilizadoras.
“El agua que llega del Júcar discurre durante muchos kilómetros por un canal, que garantiza la ausencia de vertidos. En cambio, en el Turia sí se padecen estas situaciones con frecuencia.” Las más habituales son las procedentes de industrias, junto con las agrícolas.
El concejal comentó que han pedido al Delegado del Gobierno, Antoni Bernabé, que destine más recursos del Seprona a la vigilancia de vertidos en este río, debido a que inciden directamente en la potabilización que se realiza aguas abajo. “Seguimos sin respuesta, aunque esperamos que cambie la situación. Los costes aumentan y el agua potable resulta cada vez más cara para el Ayuntamiento”.
Por tercer año consecutivo los vecinos de la ciudad de Valencia han ahorrado agua potable. Así lo reflejan las cifras del balance de los últimos doce meses, que arrojan un consumo de 46,56 hectómetros cúbicos, 3,23 menos que en 2005. La clave de este logro en plena sequía está en la apertura de pozos y las campañas ciudadanas.
PACO MORENO/ VALENCIA
Un jardinero regando.
Foro Agua para la Comunitat
El plan de gestión de sequías puesto en marcha en 2002 ha dado buenos resultados, como subrayó ayer el concejal del Ciclo Integral del Agua, Ramón Isidro Sanchis. La fuerte disminución de caudal de agua potable servirá para aliviar la mala situación de los embalses de la cuenca del Júcar, de donde se nutre la ciudad y su área metropolitana.
En 2006 el consumo de caudal potable fue de 46,56 hectómetros cúbicos (a falta de definir las últimas semanas), mientras que el año anterior ascendió a 49,01 y en 2004 a 49,79 hectómetros cúbicos.
Las cifras, frías y difíciles de cuantificar a simple vista por el enorme volumen que representan, suponen en cambio un respaldo a la estrategia del gobierno municipal, basada en una fuerte restricción al uso del agua potable y en campañas ciudadanas para fomentar el ahorro.
Sobre lo primero, Sanchis recordó la prohibición de regar los jardines de más de 5.000 metros cuadrados con agua potable. Para ello se ha fomentado la apertura de pozos (cuatro desde 2004), además de la construcción de nuevos tramos de la red de baja presión (agua de calidad aunque no potable).
Esto ha garantizado en la práctica que todos los parques de la ciudad se riegan con este tipo de caudales. La intención es reducir al máximo el empleo de agua superficial de los ríos, potabilizada después en las plantas de Manises y Picassent, al ámbito doméstico e industrial.
Sobre las campañas ciudadanas, recordó proyectos realizados en los colegios, cartelería y folletos repartidos de manera gratuita. “Con todo eso queremos reforzar en los vecinos la idea del obligado ahorro de agua, mucho más debido a estos años de sequía”.
La empresa mixta que gestiona el suministro de agua potable a la ciudad, formada por el Ayuntamiento y Aguas de Valencia, ha reforzado dentro de este plan las reparaciones en la red de suministro. El instrumento principal para lograr esto es el correlator, una máquina que detecta fugas de agua en el subsuelo y sin necesidad de abrir una zanja.
“Estamos en un nivel del 81% de aprovechamiento de agua, una de las más altas de España”, dijo el delegado, quien matizó que del porcentaje restante, un 10% se debe a la limpieza de tuberías y el consumo en colegios y edificios municipales, que no se factura con recibos.
Los últimos datos ofrecidos por la Confederación Hidrográfica del Júcar hablan de unas reservas en toda la cuenca de 471,11 hectómetros cúbicos, un 14,08% de su capacidad total.
Sobre el uso de pozos, Valencia dispone en la actualidad de 16 para la limpieza y el baldeo de las calles. Otros diez están conectados a la red de baja presión y una veintena más para el riego de grandes jardines y polideportivos municipales.
Peor calidad del agua
No todo fue positivo en 2006 y el delegado destacó en este sentido el cambio impuesto por la Confederación, que destina a Valencia un mayor caudal del Turia que hace unos años. Esto, según sus palabras, ha empeorado la calidad de las aguas y obliga a un mayor trabajo de limpieza en las plantas potabilizadoras.
“El agua que llega del Júcar discurre durante muchos kilómetros por un canal, que garantiza la ausencia de vertidos. En cambio, en el Turia sí se padecen estas situaciones con frecuencia.” Las más habituales son las procedentes de industrias, junto con las agrícolas.
El concejal comentó que han pedido al Delegado del Gobierno, Antoni Bernabé, que destine más recursos del Seprona a la vigilancia de vertidos en este río, debido a que inciden directamente en la potabilización que se realiza aguas abajo. “Seguimos sin respuesta, aunque esperamos que cambie la situación. Los costes aumentan y el agua potable resulta cada vez más cara para el Ayuntamiento”.