Cristina Narbona. / EFE

La ministra de Medio Ambiente, Cristina Narbona, ya ha entregado personalmente al comisario europeo de Política Regional, Jacques Barrot, «un dosier con los nuevos proyectos para sustituir el trasvase del Ebro. Yo creo que la Comisión Europea va a estudiar nuestros proyectos alternativos y confío en que no habrá ningún problema para que los financie, puesto que superan el importe necesario para obtener los 1.200 millones de euros que estaban previstos para el trasvase del Ebro», comentó la ministra.

Narbona, quien ayer asistió en la ciudad irlandesa de Waterford a un Consejo no oficial de ministros de Medio Ambiente de la UE, adelantó que «este año podrá ya comenzarse alguno de esos proyectos». La alternativa al trasvase del Ebro aportará 1.058 hectómetros cúbicos anuales (1.050 ofrecía el trasvase) y conllevará unas inversiones totales de 3.747 millones de euros en actuaciones urgentes para Murcia, Valencia, Cataluña y Andalucía, de las que el 30 por ciento podrían ser financiadas por Bruselas.

Se trata de «un conjunto de proyectos que permitirán obtener un volumen incluso algo superior de hectómetros cúbicos de agua (que el trasvase del Ebro) en todo el arco mediterráneo, a un coste más bajo e incluyendo medidas para la mejora de la calidad del agua y de la gestión, dentro de un enfoque completamente distinto y mucho más próximo a las grandes directrices europas», añadió la ministra.

Tras recordar que el proyecto del trasvase del Ebro «no había conseguido una opinión favorable por parte de los servicios de la Comisión Europea», la titular de Medio Ambiente criticó la actuación del anterior Gobierno de España en su política hidrológica. «El nuevo Ejecutivo se enfrenta a una situación de déficit de gestión del anterior Gobierno en relación con la obtención de fondos de Bruselas, que intentamos recuperar este año», según Narbona.

Ahora dijo que «no nos estamos jugando todo a una sola carta, como sucedía con el anterior Gobierno», ya que los 1.200 millones de euros que había solicitado estaban dirigidos «exclusivamente a la carta de un trasvase».

En su opinión dicho trasvase «tenía desde el punto de vista económico y energético elementos de enorme irracionalidad, y desde el punto de vista ambiental grandes expectativas de impacto negativo, concretamente en el Delta del Ebro».

En los próximos meses, el Ejecutivo comunitario estudiará cada uno de los proyectos sustitutivos del trasvase del Ebro que ha presentado el Gobierno español, y «en función de su grado de maduración irá obteniendo en su caso el visto bueno».

La ministra aclaró que «se hará de forma diferenciada, puesto que es un conjunto muy amplio de proyectos, que promueven el ahorro y modernización de regadío, mejoran la gestión del agua con carácter general, amplían las plantas de reutilización de aguas residuales depuradas, y también la desalación. Esperamos no perder esos fondos», dijo Narbona, quien se quejó de los problemas que existen «con el resto de las solicitudes de fondos europeos con la que nos hemos encontrado».