DV. SAN SEBASTIÁN
La muerte de más de 9.000 peces en el Urola, a la altura de Azpeitia, se debió a un producto muy tóxico, aunque todavía se desconoce la sustancia y el punto de emisión. El vertido se produjo el 3 de junio y afectó especialmente a la población de loinas, aunque también se vieron afectados truchas, barbos y lampreas pequeñas.

La diputada de Desarrollo del Medio Natural, Nuria López de Gereñu, compareció ayer en las Juntas Generales, a petición de IU, para informar sobre el vertido.

López de Gereñu señaló que los técnicos siguen investigando sobre los hechos y, por tanto, no se han elaborado conclusiones definitivas. En todo caso, adelantó que el alto número de peces que aparecieron muertos, en un tramo de tan solo 750 metros de río, indica que el producto contaminante tuvo que ser muy tóxico.

Este producto, indicó la diputada, entró en la depuradora de Azpeitia. A partir de ese momento, caben dos hipótesis. El elemento tóxico recorrió la planta y salió al río. También se baraja que matara las bacterias que se usan en el ciclo normal de limpieza de la depuradora, de forma que las aguas negras que allí llegan se vertieron sin tratar.

López de Gereñu indicó que la actividad de una central hidroeléctrica cercana agravó la situación, debido a que resta caudal al río.