Forum 2000. Religious respect for water as a sacred element in everyday life
Mon, 12/07/2004
Entidades ecologistas y líderes budistas involucrados en proyectos ambientales resaltaron hoy el carácter sagrado del agua y pidieron incorporar este respeto a las acciones cotidianas. El compromiso de los movimientos espirituales con el acceso al agua potable es uno de los temas que trata el Parlamento de las Religiones del Mundo.
La presidenta de la organización ecologista DEPANA, Puri Canals, afirmó que "gran parte de los problemas vienen de considerar el agua como un bien comercial, sin entender todo su ciclo".
Canals señaló el contraste entre las sociedades occidentales y "algunas religiones que han incorporado el respeto al agua en sus tradiciones cotidianas", como los indios americanos, que "dan las gracias cada día y piden permiso antes de cruzar un río, algo completamente diferente a lo que hacemos aquí con el Ebro".
En relación al problema del agua en España, Canals criticó que "no existe" un concepto "tan antiguo" de prevención de avenidas de aguas como el "mantener bien forestadas las fuentes de las cuencas hidrográficas", para posibilitar que la lluvia pueda penetrar en el subsuelo y regenerar los acuíferos, en vez de erosionar el suelo y provocar crecidas e inundaciones.
La presidenta de DEPANA comentó, en cuanto al papel que podría ejercer la religión en cuestiones ambientales como ésta, que España "es un estado laico, pero con una importante influencia católica", una religión que también sacraliza el agua. "En cambio, no hay una respuesta asociada de los creyentes ante ciertos temas de la naturaleza, en contraste con otras" tradiciones. Por ello, consideró "importante incorporar la perspectiva espiritual de respeto" al agua a la vida de cada día.
ENSEÑANZAS ECOLOGICAS DE BUDA.
Por su parte, el líder budista de Sri Lanka Sobhita Maha Thero, explicó que, para su tradición, "todo ser vivo depende del agua y de la comida" y comentó que Buda ya advirtió que "si no los gestionamos de forma sostenible, seguro que provocarán conflictos entre las personas".
Como ejemplo del respeto que el budismo siente por el agua, explicó que "los preceptos de los altos monjes estipulan que no hay que contaminarla ni orinar en ella", ya que estos comportamientos, "y también el mal uso, son actos impuros".
Maha Thero habló también de la importancia de considerar todo el ciclo natural: "si talamos los árboles, violamos el sistema ecológico y nos convertimos en unos traidores. Si respetáramos el ciclo ecológico, el mundo sería un lugar pacífico, hay que proteger el medio ambiente para proteger los acuíferos".
Este líder budista, parlamentario de Sri Lanka, forma parte de un proyecto cofinanciado por el Banco Mundial y el Gobierno del país para llevar agua potable al norte y al este del Estado, las zonas más afectadas por la sequía en una zona en que la estación del monzón dura sólo tres meses. Desde 1995, "unas 3.000 familias se benefician del suministro" de agua potable.
Para hacer realidad este proyecto, los budistas trabajan en los pueblos junto con miembros de la comunidad Tamil, mayoritariamente hindús y de etnia diferente al resto de los habitantes de la isla, e implicados en varios episodios de violencia. Según Maha Thero, "en Sri Lanka no existe violencia entre religiones o grupos étnicos, sólo un problema político", por los deseos de independencia de esta comunidad.
La presidenta de la organización ecologista DEPANA, Puri Canals, afirmó que "gran parte de los problemas vienen de considerar el agua como un bien comercial, sin entender todo su ciclo".
Canals señaló el contraste entre las sociedades occidentales y "algunas religiones que han incorporado el respeto al agua en sus tradiciones cotidianas", como los indios americanos, que "dan las gracias cada día y piden permiso antes de cruzar un río, algo completamente diferente a lo que hacemos aquí con el Ebro".
En relación al problema del agua en España, Canals criticó que "no existe" un concepto "tan antiguo" de prevención de avenidas de aguas como el "mantener bien forestadas las fuentes de las cuencas hidrográficas", para posibilitar que la lluvia pueda penetrar en el subsuelo y regenerar los acuíferos, en vez de erosionar el suelo y provocar crecidas e inundaciones.
La presidenta de DEPANA comentó, en cuanto al papel que podría ejercer la religión en cuestiones ambientales como ésta, que España "es un estado laico, pero con una importante influencia católica", una religión que también sacraliza el agua. "En cambio, no hay una respuesta asociada de los creyentes ante ciertos temas de la naturaleza, en contraste con otras" tradiciones. Por ello, consideró "importante incorporar la perspectiva espiritual de respeto" al agua a la vida de cada día.
ENSEÑANZAS ECOLOGICAS DE BUDA.
Por su parte, el líder budista de Sri Lanka Sobhita Maha Thero, explicó que, para su tradición, "todo ser vivo depende del agua y de la comida" y comentó que Buda ya advirtió que "si no los gestionamos de forma sostenible, seguro que provocarán conflictos entre las personas".
Como ejemplo del respeto que el budismo siente por el agua, explicó que "los preceptos de los altos monjes estipulan que no hay que contaminarla ni orinar en ella", ya que estos comportamientos, "y también el mal uso, son actos impuros".
Maha Thero habló también de la importancia de considerar todo el ciclo natural: "si talamos los árboles, violamos el sistema ecológico y nos convertimos en unos traidores. Si respetáramos el ciclo ecológico, el mundo sería un lugar pacífico, hay que proteger el medio ambiente para proteger los acuíferos".
Este líder budista, parlamentario de Sri Lanka, forma parte de un proyecto cofinanciado por el Banco Mundial y el Gobierno del país para llevar agua potable al norte y al este del Estado, las zonas más afectadas por la sequía en una zona en que la estación del monzón dura sólo tres meses. Desde 1995, "unas 3.000 familias se benefician del suministro" de agua potable.
Para hacer realidad este proyecto, los budistas trabajan en los pueblos junto con miembros de la comunidad Tamil, mayoritariamente hindús y de etnia diferente al resto de los habitantes de la isla, e implicados en varios episodios de violencia. Según Maha Thero, "en Sri Lanka no existe violencia entre religiones o grupos étnicos, sólo un problema político", por los deseos de independencia de esta comunidad.