Spanish government rejects that desalination plants are working with eolic energy. (Europa Press)
Mon, 20/09/2004
El Gobierno considera que "no parece lo más adecuado" asociar el suministro eléctrico que necesitan las plantas desaladoras a los parques eólicos, ya que para la desalación de agua se precisa un "funcionamiento en continuo a lo largo del año" y los parques eólicos por su dependencia del viento no lo facilitan.
Así, las plantas desaladoras precisan de unas 7.500 horas de funcionamiento anual, mientras que en los parques eólicos "su funcionamiento se reduce a unas 2.000 horas al año", según una respuesta al diputado socialista Francisco de Asís Garrido recogida por Europa Press.
El real decreto ley de derogación del trasvase del Ebro incorporó medidas alternativas que incluían plantas desaladoras que representarán una aportación anual de 621 hectómetros cúbicos. La ministra de Medio Ambiente, Cristina Narbona, señaló en la presentación de estas medidas que se fomentaría el uso de energías renovables como suministro a las plantas desaladoras.
No obstante, la energía eólica no parece ser lo más adecuado, según dice ahora el Ejecutivo. Así, las necesidades de potencia para la desalación están en torno a los 400 megawatios de forma permanente, y para generar en parques eólicos la energía requerida en desalación se necesitarían 1.500 megawatios con un funcionamiento de 2.000 horas al año. "En la práctica sería el sistema eléctrico el que podría suministrar la energía eléctrica requerida, absorbiendo los excedentes por encima de los 400 megawatios cuando la aportación de los parques eólicos superara esta cifra y cubriendo el déficit de energía en los momentos de calma".
La tecnología empleada en las plantas desaladoras aprobadas en el real decreto es la de ósmosis inversas con turbinas de recuperación, por lo que "teniendo en cuenta que el consumo específico de este tipo de plantas está en torno a los 4,5 a 5 kilowatios hora por metro cúbico, las necesidades de energía eléctrica puede estimarse en torno a los 3.000 gigawatios hora/año".
Así, las plantas desaladoras precisan de unas 7.500 horas de funcionamiento anual, mientras que en los parques eólicos "su funcionamiento se reduce a unas 2.000 horas al año", según una respuesta al diputado socialista Francisco de Asís Garrido recogida por Europa Press.
El real decreto ley de derogación del trasvase del Ebro incorporó medidas alternativas que incluían plantas desaladoras que representarán una aportación anual de 621 hectómetros cúbicos. La ministra de Medio Ambiente, Cristina Narbona, señaló en la presentación de estas medidas que se fomentaría el uso de energías renovables como suministro a las plantas desaladoras.
No obstante, la energía eólica no parece ser lo más adecuado, según dice ahora el Ejecutivo. Así, las necesidades de potencia para la desalación están en torno a los 400 megawatios de forma permanente, y para generar en parques eólicos la energía requerida en desalación se necesitarían 1.500 megawatios con un funcionamiento de 2.000 horas al año. "En la práctica sería el sistema eléctrico el que podría suministrar la energía eléctrica requerida, absorbiendo los excedentes por encima de los 400 megawatios cuando la aportación de los parques eólicos superara esta cifra y cubriendo el déficit de energía en los momentos de calma".
La tecnología empleada en las plantas desaladoras aprobadas en el real decreto es la de ósmosis inversas con turbinas de recuperación, por lo que "teniendo en cuenta que el consumo específico de este tipo de plantas está en torno a los 4,5 a 5 kilowatios hora por metro cúbico, las necesidades de energía eléctrica puede estimarse en torno a los 3.000 gigawatios hora/año".