CLIMATE CHANGE. Scientits warn about dangerous climate change in Argentina convention

Wed, 08/12/2004

EFE

Especialistas argentinos advirtieron hoy de que las precipitaciones en el país crecieron un 25 por ciento entre 1960 y 1999, lo que ya está provocando inundaciones que a la vez agravan el deterioro de la situación social y económica.
"Las grandes precipitaciones vienen con viento, granizo y la sociedad no está adaptada. No se calcularon las cosas en las ciudades, que no cuentan con un buen sistema de alerta", dijo Vicente Barros, profesor de Climatología de la Universidad de Buenos Aires, en una rueda de prensa.
Barros dio una conferencia en el marco de la X Conferencia de las Naciones Unidas sobre Cambio Climático, que se celebra en Buenos Aires, como parte de una campaña de concienciación organizada por la organización ecologista Greenpeace a las afueras del edificio donde se realiza el evento desde el pasado lunes.
En un escenario al aire libre, esta vez los integrantes del organismo ecologista montaron una puesta en escena con una representación del presidente estadounidense, George W. Bush, interpretando el famoso tema "Cantando bajo la lluvia", sobre un escenario de tormenta.
La representación se refirió críticamente a la decisión de Estados Unidos de no adherir al Protocolo de Kioto, firmado en 1997, por el que los países industrializados se comprometieron a reducir sus emisiones de gases de efecto invernadero.
"La región hoy afectada por las inundaciones presenta una mayor vulnerabilidad, ya que no sólo sufre por grandes variaciones en la precipitación sino que además el escaso declive de su topografía no permite el rápido 'escurrimiento' de las aguas", advirtió Barros.
Por su parte, Juan Carlos Leiva, glaciólogo de la Universidad de Cuyo, destacó algunas de las principales consecuencias que el cambio en el régimen de precipitaciones tendrá en los glaciares.
"Sequías y precipitaciones extremas, tormentas de mayor intensidad, extremos de temperaturas y oscilaciones de temperatura en corto tiempo", advirtió Leiva.
"El fenómeno se extiende desde el norte hasta la Antártida y provocará disminución de los glaciares y del caudal de los ríos desde el paralelo 32 hacia el sur, aumento de las precipitaciones de verano en el llano, de la frecuencia de tormentas eléctricas y fuegos en el monte, de la erosión y peligro de aluviones", agregó.
Un informe sobre el tema elaborado por Greenpeace asegura que la mayoría de los glaciares andinos tenderá a desaparecer hacia el año 2100, mientras que los glaciares de la Patagonia continuarán existiendo hacia bien entrado el siglo XXII, por lo tanto la disponibilidad de agua dependerá más de las lluvias y nevadas