MADRID. La Confederación Hidrográfica del Tajo (CHT) autorizó ayer al Ayuntamiento, tras meses de espera, a realizar las obras de la M-30 a su paso por la ribera del Manzanares que comenzarán, según lo previsto, a final de febrero o ya en marzo. Eso sí, tal y como se esperaba, puso muchas condiciones para tocar el río, 54 en total, tras analizar las alegaciones presentadas.

El equipo de Alberto Ruiz-Gallardón deberá revisar ciertos puntos del proyecto y adecuarlos a la realidad medioambiental. Deberá entregar en el plazo de seis meses un Proyecto de Construcción en el que se reflejen las condiciones impuestas.

Partidaria del estudio de impacto

La Confederación deja muy claro que hubiera sido «partidaria de someter el proyecto a una evaluación de impacto», aunque considera que se alcanzará una «mayor protección» de los ciudadanos y sus bienes (sótanos y garajes) frente a riadas e inundaciones, adelantando actuaciones del Plan Hidrológico de la Cuenca del Tajo, previstas para un periodo posterior.

La reducción de la contaminación del agua del río, asegura el comunicado del Ministerio de Medio Ambiente, organismo del que depende la CHT, se conseguirá con colectores de mayor capacidad, que evitarán vertidos directos al río, y depósitos que almacenen las aguas para su tratado posterior.

La seguridad ante posibles riadas «quedará garantizada» con un aumento de la capacidad de desagüe del cauce, que se ha calculado para el máximo caudal. Durante las obras se deberá mantener la capacidad de desagüe suficiente para garantizar la continuidad de los caudales circulantes, mientras que las plataformas que se construyan deberán ser de materiales que puedan ser arrastrados en caso de riadas.

Las márgenes del río se consideran prioritarias en el informe de la Confederación. El entorno tendrá que ser replantado con especies autóctonas y xerófilas, de baja demanda hídrica. Además, los árboles deberán ser arrancados durante la parada vegetativa y trasplantados a vías o jardines.

La Confederación considera que, con estas condiciones, se consigue que la reforma de la M-30 a su paso por el Manzanares «se traduzca en una mejora del río, tal y como han solicitado los ciudadanos en las alegaciones presentadas durante el periodo de información pública».

Los condicionantes de la CHT se unirán, por tanto, a los 28 que fueron impuestos por la Comunidad cuando, el pasado mes de mayo, Esperanza Aguirre eximió a la M-30 de la declaración de impacto ambiental.

Las más importantes de esas «cláusulas» las cifró el consejero Mariano Zabía en «el conocimiento en detalle de los volúmenes de tierra que se van a mover, estudios acústicos y de afecciones sobre la circulación de vehículos o la certeza de que existe suficiente capacidad de desagüe del cauce del río».

Dispuestos a cumplir

Ninguna de las condiciones asustan al Ayuntamiento ya que, como bien dijo el vicealcalde Manuel Cobo, «nosotros queremos un río en condiciones. Lo recuperaremos medioambientalmente y lo haremos con los requisitos que todos nos pongan».

Lo cierto es que el año se le ha pasado al alcalde luchando contra las muchas «piedras» que ha tenido que salvar para poder dar luz verde a la reforma de la M-30. Empezó con la titularidad de la vía, que dependía del Ministerio de Fomento, siguió con la petición de exención del estudio de declaración de impacto ambiental a la Comunidad, tras el informe solicitado al Consejo de Estado, y luego con el permiso de la Confederación Hidrográfica del Tajo.

En el camino quedaron, además, las reticencias, ya salvadas, de Patrimonio Nacional para pasar las calzadas del tercer cinturón bajo el Puente de Toledo, o el informe positivo que tuvo que emitir la Consejería de Medio Ambiente sobre el dragado del río.

Parlamento Europeo

Pese a todo, todavía hay un escollo. El Parlamento Europeo ha admitido a trámite, este mismo mes, la denuncia que interpuso el grupo municipal de IU contra la reforma de la M-30. Si se constata que la legislación europea ha sido incumplida, puede abrirse un procedimiento de infracción.

La concejal de Urbanismo de Madrid, Pilar Martínez, explicó durante el pleno que el informe de la Confederación mejora el proyecto, y anunció que esta actuación municipal podría ser adjudicada en marzo del próximo año