The scarcity of rain and bad usage of water could bring about the drought. It´s the climate change

Sat, 05/02/2005

Expansión

La escasez de precipitaciones no es una consecuencia del cambio climático, sino un acontecimiento cíclico. Los expertos restan importancia a la situación, pero reprueban el mal uso y la mala gestión del agua que se realiza en España.
ana martínez. Madrid
La escasez de precipitaciones siempre es motivo de alarma.
Según el Instituto Nacional de Meteorología (INM), durante este otoño ha llovido un 30% menos de lo que es habitual en este periodo del año; sin embargo, los expertos aseguran que todavía no hay razón para inquietarse. Técnicamente, se habla de sequía cuando ha transcurrido un plazo de tiempo superior a dos años en los que ha llovido un 40% por debajo de la media. José Antonio López, jefe de la Unidad de Técnicas Climatológicas del INM, 'no estamos en una situación preocupante. Las predicciones estacionales tienen poca fiabilidad en general. Y no hay señales de que esta primavera vaya a llover menos de lo normal. No creo que el año hidrológico que va de verano a verano acabe de forma alarmante'.
Sin embargo, según López, el hecho de que no haya llovido apenas durante el otoño es un dato muy relevante, sobre todo en algunas zonas. 'Hay regiones de España que tienen dos máximos en las precipitaciones: en otoño y en primavera. Y es posible que noten un poco la escasez de agua'. Durante los últimos meses el déficit de lluvias ha sido más acusado en el suroeste (Andalucía occidental y Extremadura) y nordeste peninsular (Cataluña y Aragón), mientras que en el centro Madrid y Castilla-La Mancha también ha llovido un poco menos de lo normal, al igual que en La Rioja, Navarra, Castilla y León y la vertiente cantábrica. Por el contrario, las precipitaciones fueron abundantes en ambos archipiélagos, mientras que en Levante (sur de la Comunidad Valenciana y zonas costeras de Murcia y Almería) llovió 'algo por encima de lo normal', según López.
Buenas infraestructuras
El agua es uno de los principales problemas medioambientales de España, con un clima que se caracteriza por la irregularidad espacial y temporal de las precipitaciones. En los últimos 80 años, 32 han sido secos o muy secos. Juan Pablo Pérez, miembro del Colegio Oficial de Geólogos, explica que 'las sequías son cíclicas. Pero estamos en una época en la que hay mucho afán por interpretar cualquier fenómeno natural como consecuencia del cambio climático'. La masiva construcción de pantanos en los años cincuenta y sesenta, palió en cierta medida los enormes daños que sufrían la agricultura, la producción de energía, la industria y el abastecimiento de las ciudades ante la falta de precipitaciones. Actualmente, las reservas hidráulicas se encuentran al 57% de su capacidad, según datos del Ministerio de Medio Ambiente.
'El problema que tiene España continúa Pérez es que, aunque dispone de buenas infraestructuras, no se realiza un correcto uso y gestión del agua. Hay mucho despilfarro.
Sobre todo en el regadío. Además, aquí se paga hasta 20 ó 30 veces menos de lo que cuesta el agua, no hay una concienciación de su precio real, sobre todo entre los agricultores, que consumen el 80% del total'.
La ministra de Medio Ambiente, Cristina Narbona, ha asegurado que no hay que preocuparse por el suministro del agua ya que el Gobierno ha instado a las confederaciones hidrográficas a acelerar sus planes contra la sequía. 'No se puede hablar de sequía, sino de menores precipitaciones en los últimos meses', señaló la ministra. Según el presidente de la Confederación Hidrográfica del Norte (CHNN), Jorge Marquínez, 'aunque no hay en estos momentos situación de sequía, 2004 se caracterizó por ser un año con pocas precipitaciones en algunas cuencas. Esta situación aconseja hacer determinadas previsiones para adelantarse a cualquier situación de sequía que se pudiera producir'. Pérez explica que 'se podrían utilizar mejor las aguas subterráneas. En Francia, por ejemplo, en épocas de sequía se realiza una gestión mixta de las aguas superficiales los embalses y de las subterráneas. En España sólo se usa el agua de los embalses'.
El pasado mes de junio, el Gobierno derogó el trasvase del Ebro y aprobó un plan de 120 medidas y actuaciones urgentes para aportar 1.058 hectómetros cúbicos anuales a Cataluña, Valencia, Murcia y Andalucía. El objetivo es mejorar la gestión y la reutilización del agua.
Pero los agricultores no lo tienen claro. Desde la Federación Nacional de Comunidades de Regantes, se afirma que 'hay una alarma general en el regadío porque el año está siendo muy seco. La sequía puede haber empezado ya, mientras el Plan Hidrológico Nacional está paralizado'. Según el catedrático de Estructura Económica y cátedra Jean Monnet de la Unión Europea, Ramón Tamames, los riegos están asegurados para las fases de primavera y verano en 3,5 millones de hectáreas de todo el país. Pero, en muchas zonas, los cultivos herbáceos de siembra de otoño han padecido de tiempo seco y temperaturas muy elevadas'.
'En España no hay conciencia del precio real del agua.
Pagamos 20 ó 30 veces menos de lo que cuesta'
La verdadera 'culpa' del cambio climático
La escasez de precipitaciones se achaca, a menudo, al cambio climático.
Sin embargo, según los expertos, no hay evidencias de que sea así. Según José Antonio López, jefe de la Unidad de Técnicas Climatológicas del Instituto Nacional de Meteorología, 'en España, el cambio climático sólo se está notando en que las precipitaciones son ahora mucho más variables. Se produce un efecto de 'engaño estadístico', porque la media de precipitaciones es la misma que la de hace unos años, pero ahora es mucho menos previsible.
Hay años que llueve mucho y otros en los que apenas llueve.
Para los agricultores es especialmente perjudicial'.
López explica que el cambio climático se ha notado en el aumento de temperatura. 'Desde la década de 1960, la temperatura media peninsular ha aumentado un grado. Esta subida también ha podido afectar a la humedad del suelo'.

La fauna también sufre las consecuencias de la falta de lluvias y del aumento de temperaturas. Jaime Martín-Lage, miembro del Colegio Oficial de Biólogos de Navarra, señala que 'estamos en un proceso de calentamiento del planeta. Hay muchas especies, como las cigüeñas, que antes emigraban a Africa y ya no lo hacen porque los inviernos no son tan duros. Se trata de una adaptación de comportamiento, más que de una adaptación evolutiva'.
La utilización de las aguas subterráneas permitiría gestionar mejor la sequía, según los expertos