Cuba Government launches rules against big water consumers due to drought

Tue, 01/03/2005

EFE

La intensa y persistente sequía que azota a Cuba ha obligado a las autoridades a adoptar medidas con los que más consumen agua, particularmente en La Habana, como parte de un plan de emergencia para enfrentar sus efectos.
El semanario "Trabajadores" dedica por segunda semana consecutiva un espacio al problema y afirma hoy que en Ciudad de La Habana se contabilizan 102 grandes consumidores y derrochadores de agua, encabezados por el Instituto Superior Politécnico José Antonio Echeverría.
En ese centro universitario, unas 10.000 personas se abastecen del servicio de agua de lunes a viernes y el año anterior registró un consumo cercano a los 2,5 millones de metros cúbicos, más de cuatro veces de la cuota asignada, según la fuente.
"Estimamos que las dos terceras partes del derroche está en nuestras manos resolverlo", afirmó el ingeniero Rafael Pardo Gómez, director del Centro de Investigaciones Hidráulicas de la CUJAE.
Pardo Gómez señaló que la primera medida puesta en marcha en ese centro ha sido cerrar las operaciones de la Estación de Bombeo desde las 22.00 hora local (02.00 GMT) hasta las 06.00 de la mañana (10.00 GMT).
Esa normativa significará, según cálculos expuestos por el especialista, el ahorro mensual de entre 50.000 y 60.000 metros cúbicos de agua, cantidad que permitirá el suministro a una población de entre 10.000 y 12.000 habitantes.
Además, indicó que próximamente se aplicará otra medida de ahorro que implicará el cierre de las tres válvulas que conectan el sistema de distribución a los casi 70 edificios que conforman el instituto al término de las clases y hasta las primeras horas de la mañana del día siguiente.
Los medios de prensa oficiales informaron que la sequía provocó pérdidas de más de 1.000 millones de dólares el año pasado, la muerte de miles de cabezas de ganado y en la actualidad afecta a 1,8 millones de cubanos.
En La Habana, con 2,2 millones de habitantes, más de 100.000 personas reciben actualmente el servicio de agua potable a través de camiones cisterna, conocidos popularmente como "pipas", porque dos de sus presas, La Coca y La Zarza, están secas.
La sequía golpea con particular fuerza a los embalses de la isla, que almacenan 3.071 millones de metros cúbicos, el 35 por ciento de su capacidad total, según estimaciones oficiales.
El presidente del Instituto de Recursos Hidráulicos (IRH), Jorge Luis Aspiolea, señaló la semana pasada que la situación es "muy tensa" y se refirió al plan de emergencia en marcha junto a un paquete de medidas adoptadas por una Comisión Central integrada por 20 organismos para atender el problema.
Doce de los 73 embalses que abastecen a la población de la isla han agotado sus reservas y otros 23 sólo tienen agua almacenada para menos de 120 días, de acuerdo con estudios del IRH.
La provincia Ciudad de La Habana, en el oeste de la isla, la central Villa Clara y las orientales Camagüey, Las Tunas y Holguín presentan la situación "más crítica".
Autoridades del Gobierno en La Habana han hecho un llamamiento para tomar "medidas urgentes" para el ahorro del agua.
La sequía afecta severamente a la isla por segundo año consecutivo y de acuerdo con meteorólogos locales es la peor que se recuerda en décadas.
Ante tal situación, las autoridades han decidido reanudar experimentos para provocar lluvia artificial que habían quedado interrumpidos en 1991 con el fin de probar la eficacia del método de "siembra" de nubes con yoduro de plata para obtener cantidades adicionales de precipitaciones en áreas extensas