Huerva riversides are being forgotten
Mon, 14/03/2005
Plásticos, árboles cruzados, trastos viejos y mucha basura. El río Huerva, a su paso por Cadrete, presenta un aspecto lamentable. Los vecinos de la localidad llevan años reclamando que se adecenten las riberas para poder disfrutar de ellas y, sobre todo, para evitar los problemas de inundaciones que sufren en épocas de fuertes lluvias. Tanto vecinos como autoridades municipales se sienten los grandes olvidados en este asunto y ven con recelo las inversiones millonarias que supondrán las riberas del Ebro de cara a la Expo 2008.
"Ojalá nos llegara a nosotros algo del dinero destinado para la Expo, pero no creo que haya para todos", comenta Hipólito López Láinez, concejal de Obras y Servicios del Ayuntamiento de Cadrete. "Las riberas están fatal y hay muchos árboles dentro del cauce -añade-. Al menos, éstos habría que cortarlos para evitar que hagan tapón cuando llueva mucho y volvamos a sufrir nuevas inundaciones".
En la calle, la opinión es generalizada. "Habría que limpiar y adecentar las orillas, como han hecho en la zona de La Almozara de Zaragoza", afirma Cristina Royo, de 42 años y vecina de la localidad desde hace diez. Ella tiene dos hijos pequeños y le preocupa la situación en que se encuentran las riberas porque "creo que pueden ser peligrosas, sobre todo para los niños".
Alfredo Herranz tiene 71 años y, aunque vive a caballo entre Zaragoza y Cadrete, asegura que pasa más tiempo en la localidad del Huerva. "El río está muy sucio y creo que deberían limpiarlo a conciencia, aunque no sé cuándo llegará", manifiesta. "Mi casa está muy cerca del cauce y hay días que el olor es insoportable", subraya con tono resignado.
"Los vecinos son los primeros que exigían que tomásemos soluciones, aunque deberíamos concienciarnos todos de la importancia de mantener nuestro río limpio", explica la alcaldesa de la localidad, María Ángeles Campillos.
Y es que aunque la mayoría de los habitantes de Cadrete disfrutarían con la existencia de una vía verde junto al río, otros no respetan las orillas y amontonan trastos viejos y todo tipo de materiales, aprovechando la proximidad de su vivienda con la orilla.
Las peticiones desde el Ayuntamiento a la Confederación Hidrográfica del Ebro (CHE) han sido insistentes, sobre todo, desde la riada que sufrieron en la primavera de 2003 y que anegó una importante zona de viviendas. "La CHE lo sabe, pero nos dicen que no hay suficiente presupuesto", cuenta Campillos. "Estoy enfadada porque no nos hacen caso. Creo que éste es uno de los ríos más sucios de la provincia y la CHE no tiene prevista ninguna actuación", critica.
Las lluvias retrasan los trabajos.
Hace tres años, el Ayuntamiento de Cadrete contrató una primera fase de las previstas en su proyecto de recuperación de las riberas. Entonces realizaron un parque infantil, una zona de merendero y un andador de madera junto a la zona del río que linda con el polideportivo municipal y las escuelas. Además, se procedió a la limpieza de las orillas, algo que sufragó íntegramente el Consistorio sin la ayuda de la Confederación. "Estas lluvias todavía retrasaron más nuestros planes de recuperación de las riberas", dice la primera edil.
Los trabajos adecentaron esta zona, aunque la riada que sufrieron inmediatamente después de terminarlas (en la primavera de 2003) volvió a estropear parte del trabajo realizado y reparar los daños supuso un coste adicional de 297.000 euros
"Ojalá nos llegara a nosotros algo del dinero destinado para la Expo, pero no creo que haya para todos", comenta Hipólito López Láinez, concejal de Obras y Servicios del Ayuntamiento de Cadrete. "Las riberas están fatal y hay muchos árboles dentro del cauce -añade-. Al menos, éstos habría que cortarlos para evitar que hagan tapón cuando llueva mucho y volvamos a sufrir nuevas inundaciones".
En la calle, la opinión es generalizada. "Habría que limpiar y adecentar las orillas, como han hecho en la zona de La Almozara de Zaragoza", afirma Cristina Royo, de 42 años y vecina de la localidad desde hace diez. Ella tiene dos hijos pequeños y le preocupa la situación en que se encuentran las riberas porque "creo que pueden ser peligrosas, sobre todo para los niños".
Alfredo Herranz tiene 71 años y, aunque vive a caballo entre Zaragoza y Cadrete, asegura que pasa más tiempo en la localidad del Huerva. "El río está muy sucio y creo que deberían limpiarlo a conciencia, aunque no sé cuándo llegará", manifiesta. "Mi casa está muy cerca del cauce y hay días que el olor es insoportable", subraya con tono resignado.
"Los vecinos son los primeros que exigían que tomásemos soluciones, aunque deberíamos concienciarnos todos de la importancia de mantener nuestro río limpio", explica la alcaldesa de la localidad, María Ángeles Campillos.
Y es que aunque la mayoría de los habitantes de Cadrete disfrutarían con la existencia de una vía verde junto al río, otros no respetan las orillas y amontonan trastos viejos y todo tipo de materiales, aprovechando la proximidad de su vivienda con la orilla.
Las peticiones desde el Ayuntamiento a la Confederación Hidrográfica del Ebro (CHE) han sido insistentes, sobre todo, desde la riada que sufrieron en la primavera de 2003 y que anegó una importante zona de viviendas. "La CHE lo sabe, pero nos dicen que no hay suficiente presupuesto", cuenta Campillos. "Estoy enfadada porque no nos hacen caso. Creo que éste es uno de los ríos más sucios de la provincia y la CHE no tiene prevista ninguna actuación", critica.
Las lluvias retrasan los trabajos.
Hace tres años, el Ayuntamiento de Cadrete contrató una primera fase de las previstas en su proyecto de recuperación de las riberas. Entonces realizaron un parque infantil, una zona de merendero y un andador de madera junto a la zona del río que linda con el polideportivo municipal y las escuelas. Además, se procedió a la limpieza de las orillas, algo que sufragó íntegramente el Consistorio sin la ayuda de la Confederación. "Estas lluvias todavía retrasaron más nuestros planes de recuperación de las riberas", dice la primera edil.
Los trabajos adecentaron esta zona, aunque la riada que sufrieron inmediatamente después de terminarlas (en la primavera de 2003) volvió a estropear parte del trabajo realizado y reparar los daños supuso un coste adicional de 297.000 euros