La Escuela Regional de Pesca Fluvial, dependiente de la Consejería de Medio Ambiente, realizará a lo largo de este año más de 30 cursos formativos con el fin de promover esta práctica como elemento de ocio compatible con la conservación y el respeto al medio natural de la Comunidad Autónoma.
Los cursos, que son eminentemente prácticos, se desarrollarán hasta noviembre y girarán en torno a los ecosistemas acuáticos, métodos y artes de pesca e iniciación. Son gratuitos y sin limitación de edad tanto para pescadores iniciados como noveles.
La consejera de Medio Ambiente, Rosario Arévalo, destacó la labor formativa de este centro, ubicado en Uña (Cuenca), ya que una de las técnicas que se enseña a los participantes de los cursos es la pesca sin muerte, propiciando así la sostenibilidad de los recursos existentes.
En este sentido, recordó que la Consejería sacará adelante un régimen de ayudas destinadas a las sociedades de pescadores de la región declaradas colaboradoras en Castilla-La Mancha, con el objeto de incentivar la pesca en los cotos sin muerte y fomentar esta modalidad.
La titular de Medio Ambiente insistió en la necesidad de conservar los alrededor de 8.000 kilómetros de red fluvial que existen en Castilla-La Mancha. Según dijo, el Gobierno regional está haciendo un gran esfuerzo para actualizar y modernizar la legislación que afecta a la pesca fluvial con iniciativas innovadoras, como la conservación de la pureza genética y la biodiversidad natural de las especies, o la creación del Consejo Regional de Pesca, aprobado recientemente por el Consejo Asesor de Medio Ambiente.
Además de los cursos, la Escuela Regional de Pesca Fluvial de Uña cuenta con un centro de interpretación del medio acuático, abierto los fines de semana, para que los visitantes puedan conocer los valores ambientales y lúdicos que ofrece el medio fluvial, según informa la Junta.
Asimismo, de mayo a noviembre se pueden concertar visitas guiadas a la piscifactoría 'Rincón de Uña' que la Junta tiene junto a la Escuela, para multiplicar y difundir mediante repoblaciones la trucha común autóctona de los ríos de la provincia. En concreto, durante el año pasado se soltaron más de 200.000 ejemplares en distintos ríos de las provincias de Cuenca y Albacete