ALICANTE/ Heavy desertification in Alicante, according to experts
Fri, 17/06/2005
La erosión afecta ya al cien por cien del territorio alicantino y los estudios indican que en un plazo de cincuenta años puede haberse convertido en un desierto
A. LÓPEZ/ALICANTE
ABANDONO. Aspecto de una casa de campo de la provincia, con cubos para recoger agua. / L. V.
LOS DATOS
Riesgo de desertización muy alto: Canarias (68,25% de su territorio), Comunidad Valenciana (55,36%), Murcia (48,29%), Madrid (37,52%), Baleares (25%), Cataluña (22,21%), y Andalucía (20,28%).
Riesgo de desertización bajo: Asturias (0%), Galicia (0%), Cantabria (0,28%) y País Vasco (6,69%).
La desertización afecta ya al cien por cien de la provincia de Alicante, que se convierte así en la más desértica de la península. Así lo advierten los estudios realizados dentro del Programa de Acción Nacional contra la Desertización (PAND). Alicante es, junto con Las Palmas, la provincia más desertizada del país y los expertos aseguran que podría quedar desierta en un plazo de cincuenta años.
De las 48 provincias analizadas por el PAND catorce tienen erosionado más de la mitad de su territorio y de ellas siete presentan niveles por encima del 90% de su superficie. Entre éstas se encuentran las del resto de la Comunidad Valencia: está desertizado más del 90% del territorio de Castellón y Valencia, así como el 98% del de Tarragona, el 99% de Murcia y el 96% de Almería, según datos facilitados por el propio Ministerio hace dos años.
Por orden de afectación, las regiones en situación más delicada por este fenómeno son Murcia, la Comunidad Valenciana, Canarias y Andalucía. Es curioso el dato de Extremadura, que hace unos años aparecía entre las más dañadas y en la actualidad sólo tiene alta desertización en menos del 1% de su territorio. Por el contrario, Madrid, Cataluña y Castilla-La Mancha tienen más de un tercio de su superficie degradada. En el polo opuesto, con grados nulos o bajos, se hallan Asturias, Cantabria, Galicia y la mayor parte del País Vasco; las provincias de León, Salamanca y Gerona tienen un grado mínimo o nulo de desertización, mientras que Álava y La Rioja tienen nivel medio (15% y 30%, respectivamente).
En su conjunto, España padece una desertización alta, de más de un tercio de su superficie, que superaría el 67,16% si se sumaran a los parámetros «muy alto» y «alto», los grados medios y bajos.
Consecuencias
¿Qué problemas provoca la desertización? Según los estudios científicos, se trata de una característica de los países de la cuenca mediterránea «y priva al suelo de su potencial productivo debido a diversos factores como las variaciones climáticas, incendios, inundaciones, contaminación y la actividad humana». Además, este proceso es una de las causas del cambio climático «y puede llegar a provocar la pérdida de poder económico por la escasez de materias primas, obligando a la población a emigrar a otras zonas más ricas».
Fruto del Convenio de Naciones Unidas contra la Desertización, el PAND contempla acciones forestales, ganaderas y agrícolas contra esta degradación. desde el año 2002 y hasta el próximo año 2006 España va a destinar más de 4.000 millones de euros a la lucha contra la desertificación, una cifra que casi duplica la cantidad invertida en la década de 1990 al año 2000, según datos del Ministerio de Medio Ambiente.
Para Silvio Martínez, responsable de simuladores de alerta por desertización del Consejo Superior de Investigaciones Científica, «la desertificación de la Península está avanzando a una velocidad alarmante, debido entre otros factores a la inadecuada actividad humana en materia de agricultura», situación que califica de «especialmente preocupante» en el caso de Alicante y Valencia. De continuar esta tendencia «estas provincias y también las de Castellón, Tarragona, Almería, Murcia y Las Palmas quedarán desiertas en menos de 50 años».
Para Ecologistas en Acción, más del 42% del país sufre un procesos de erosión que sobrepasa lo tolerable «y la culpa es la sobreexplotación de los recursos hídricos, la salinización y agotamiento de los acuíferos, la contaminación química, los incendios forestales y el aumento de la actividad industrial y de la agricultura de regadío», según un portavoz de la citada organización.
Para mitigar esta situación y tratar de paliar los efectos de la desertización en España el Ministerio de Medio Ambiente invertirá en el cuatrienio 2005-2008, en colaboración con trece comunidades Autónomas, 82,5 millones de euros.
El Gobierno planea actuaciones como la implantación de cubierta vegetal protectora y fijadora de suelos, que tolere las condiciones de aridez extrema, la escasez de agua y las tensiones derivadas del cambio climático.
Además, el Ministerio emprenderá tratamientos adecuados a la cubierta vegetal protectora para garantizar su función, su estabilidad y su resistencia.
La Dirección General para la Biodiversidad está trabajando además en la realización de un Inventario Nacional de Erosión de Suelos, la creación de una Red de Estaciones Experimentales de Seguimiento y Evaluación de la Erosión y prepara el Programa de Acción Nacional contra la Desertización.
El inventario se realizará de forma continua y cíclica con una periodicidad de diez años y una precisión equivalente a una escala 1:50.000; la red permitirá establecer un banco de información sobre el ciclo de erosión, hidrológico y de calidad del agua; y el programa nacional se integrará en la Convención de la ONU de Lucha contra la Desertización.
Los datos del Ministerio se dieron a conocer ayer en el transcurso de una jornada sobre La desertización: problemática y soluciones en la España de las autonomías, organizada por la Fundación Biodiversidad y la Fundación Santander Central Hispano.
A lo largo de la jornada, que será clausurada por la ministra de Medio Ambiente y el presidente de la Fundación SCH, Cristina Narbona y José María Amusátegui, respectivamente, expertos de todos los niveles de la Administración analizarán los efectos de la desertización y plantearán soluciones para mitigarlos.
A. LÓPEZ/ALICANTE
ABANDONO. Aspecto de una casa de campo de la provincia, con cubos para recoger agua. / L. V.
LOS DATOS
Riesgo de desertización muy alto: Canarias (68,25% de su territorio), Comunidad Valenciana (55,36%), Murcia (48,29%), Madrid (37,52%), Baleares (25%), Cataluña (22,21%), y Andalucía (20,28%).
Riesgo de desertización bajo: Asturias (0%), Galicia (0%), Cantabria (0,28%) y País Vasco (6,69%).
La desertización afecta ya al cien por cien de la provincia de Alicante, que se convierte así en la más desértica de la península. Así lo advierten los estudios realizados dentro del Programa de Acción Nacional contra la Desertización (PAND). Alicante es, junto con Las Palmas, la provincia más desertizada del país y los expertos aseguran que podría quedar desierta en un plazo de cincuenta años.
De las 48 provincias analizadas por el PAND catorce tienen erosionado más de la mitad de su territorio y de ellas siete presentan niveles por encima del 90% de su superficie. Entre éstas se encuentran las del resto de la Comunidad Valencia: está desertizado más del 90% del territorio de Castellón y Valencia, así como el 98% del de Tarragona, el 99% de Murcia y el 96% de Almería, según datos facilitados por el propio Ministerio hace dos años.
Por orden de afectación, las regiones en situación más delicada por este fenómeno son Murcia, la Comunidad Valenciana, Canarias y Andalucía. Es curioso el dato de Extremadura, que hace unos años aparecía entre las más dañadas y en la actualidad sólo tiene alta desertización en menos del 1% de su territorio. Por el contrario, Madrid, Cataluña y Castilla-La Mancha tienen más de un tercio de su superficie degradada. En el polo opuesto, con grados nulos o bajos, se hallan Asturias, Cantabria, Galicia y la mayor parte del País Vasco; las provincias de León, Salamanca y Gerona tienen un grado mínimo o nulo de desertización, mientras que Álava y La Rioja tienen nivel medio (15% y 30%, respectivamente).
En su conjunto, España padece una desertización alta, de más de un tercio de su superficie, que superaría el 67,16% si se sumaran a los parámetros «muy alto» y «alto», los grados medios y bajos.
Consecuencias
¿Qué problemas provoca la desertización? Según los estudios científicos, se trata de una característica de los países de la cuenca mediterránea «y priva al suelo de su potencial productivo debido a diversos factores como las variaciones climáticas, incendios, inundaciones, contaminación y la actividad humana». Además, este proceso es una de las causas del cambio climático «y puede llegar a provocar la pérdida de poder económico por la escasez de materias primas, obligando a la población a emigrar a otras zonas más ricas».
Fruto del Convenio de Naciones Unidas contra la Desertización, el PAND contempla acciones forestales, ganaderas y agrícolas contra esta degradación. desde el año 2002 y hasta el próximo año 2006 España va a destinar más de 4.000 millones de euros a la lucha contra la desertificación, una cifra que casi duplica la cantidad invertida en la década de 1990 al año 2000, según datos del Ministerio de Medio Ambiente.
Para Silvio Martínez, responsable de simuladores de alerta por desertización del Consejo Superior de Investigaciones Científica, «la desertificación de la Península está avanzando a una velocidad alarmante, debido entre otros factores a la inadecuada actividad humana en materia de agricultura», situación que califica de «especialmente preocupante» en el caso de Alicante y Valencia. De continuar esta tendencia «estas provincias y también las de Castellón, Tarragona, Almería, Murcia y Las Palmas quedarán desiertas en menos de 50 años».
Para Ecologistas en Acción, más del 42% del país sufre un procesos de erosión que sobrepasa lo tolerable «y la culpa es la sobreexplotación de los recursos hídricos, la salinización y agotamiento de los acuíferos, la contaminación química, los incendios forestales y el aumento de la actividad industrial y de la agricultura de regadío», según un portavoz de la citada organización.
Para mitigar esta situación y tratar de paliar los efectos de la desertización en España el Ministerio de Medio Ambiente invertirá en el cuatrienio 2005-2008, en colaboración con trece comunidades Autónomas, 82,5 millones de euros.
El Gobierno planea actuaciones como la implantación de cubierta vegetal protectora y fijadora de suelos, que tolere las condiciones de aridez extrema, la escasez de agua y las tensiones derivadas del cambio climático.
Además, el Ministerio emprenderá tratamientos adecuados a la cubierta vegetal protectora para garantizar su función, su estabilidad y su resistencia.
La Dirección General para la Biodiversidad está trabajando además en la realización de un Inventario Nacional de Erosión de Suelos, la creación de una Red de Estaciones Experimentales de Seguimiento y Evaluación de la Erosión y prepara el Programa de Acción Nacional contra la Desertización.
El inventario se realizará de forma continua y cíclica con una periodicidad de diez años y una precisión equivalente a una escala 1:50.000; la red permitirá establecer un banco de información sobre el ciclo de erosión, hidrológico y de calidad del agua; y el programa nacional se integrará en la Convención de la ONU de Lucha contra la Desertización.
Los datos del Ministerio se dieron a conocer ayer en el transcurso de una jornada sobre La desertización: problemática y soluciones en la España de las autonomías, organizada por la Fundación Biodiversidad y la Fundación Santander Central Hispano.
A lo largo de la jornada, que será clausurada por la ministra de Medio Ambiente y el presidente de la Fundación SCH, Cristina Narbona y José María Amusátegui, respectivamente, expertos de todos los niveles de la Administración analizarán los efectos de la desertización y plantearán soluciones para mitigarlos.