Drought. Greenpeace requires to spanish government that CO2 pollution is controlled and management is improved in order to save water
Fri, 17/06/2005
p> La organización ecologista Greenpeace exigió hoy al Gobierno que controle las emisiones de dióxido de carbono (CO2) --cumpliendo con el protocolo de Kioto-- y mejore la gestión de la demanda de agua y energía "para frenar el agravamiento de la sequía", originado por el cambio climático. En este sentido, propuso medidas "urgentes" de ahorro del agua, para paliar "futuras sequías" en España, con motivo del 'Día mundial de la lucha contra la desertificación y la sequía'.
El responsable de la campaña de Aguas de Greenpeace, Julio Barea, aseguró que "la falta de previsión del Gobierno está causando que los ciudadanos padezcan cada vez mas los periodos de sequía". En este sentido, destacó la necesidad de que España empiece a apostar por por políticas de ahorro y conservación de los recursos, en vez de priorizar la demanda, ya que de manera cíclica la península ibérica sufre periodos de sequía, que hacen que los recursos hídricos disminuyan.
Respecto a las emisiones de dióxido de carbono, Greenpeace solicita la sustitución de las centrales térmicas por energías renovables; así como la gestión de la demanda energética, de forma que la política energética no esté centrada en generar electricidad sin tener en cuenta las fuentes de las que proviene.
Asimismo, la organización ecologista pidió hoy al Ejecutivo el control de la contaminación de las aguas, la erradicación de los regadíos ilegales y alegales, ya que según estimaciones del Ministerio de Medio Ambiente, sólo en la cuenca mediterránea se utilizan de forma fraudulenta más de 1.000 hectómetros cúbicos/año. Además, tendrían que corregirse las pérdidas en las redes de distribución del agua, y aplicar una política de precios acorde con la Directiva Marco del agua.
Según Greenpeace, también es necesario una política forestal acorde con las necesidades del país más árido de Europa, donde un tercio de su superficie sufre una tasa muy elevada de desertificación y un 6 por ciento ya se ha degradado de forma irreversible.
Por su parte, la responsable de la campaña de Energía de Greenpeace, Raquel Montón, explicó que hay dos opciones "actuar ahora para afrontar el cambio climático o permitir que las generaciones futuras afronten el coste de la actual pasividad". En concreto, el 30 por ciento de la superficie terrestre sufre sequía.
El responsable de la campaña de Aguas de Greenpeace, Julio Barea, aseguró que "la falta de previsión del Gobierno está causando que los ciudadanos padezcan cada vez mas los periodos de sequía". En este sentido, destacó la necesidad de que España empiece a apostar por por políticas de ahorro y conservación de los recursos, en vez de priorizar la demanda, ya que de manera cíclica la península ibérica sufre periodos de sequía, que hacen que los recursos hídricos disminuyan.
Respecto a las emisiones de dióxido de carbono, Greenpeace solicita la sustitución de las centrales térmicas por energías renovables; así como la gestión de la demanda energética, de forma que la política energética no esté centrada en generar electricidad sin tener en cuenta las fuentes de las que proviene.
Asimismo, la organización ecologista pidió hoy al Ejecutivo el control de la contaminación de las aguas, la erradicación de los regadíos ilegales y alegales, ya que según estimaciones del Ministerio de Medio Ambiente, sólo en la cuenca mediterránea se utilizan de forma fraudulenta más de 1.000 hectómetros cúbicos/año. Además, tendrían que corregirse las pérdidas en las redes de distribución del agua, y aplicar una política de precios acorde con la Directiva Marco del agua.
Según Greenpeace, también es necesario una política forestal acorde con las necesidades del país más árido de Europa, donde un tercio de su superficie sufre una tasa muy elevada de desertificación y un 6 por ciento ya se ha degradado de forma irreversible.
Por su parte, la responsable de la campaña de Energía de Greenpeace, Raquel Montón, explicó que hay dos opciones "actuar ahora para afrontar el cambio climático o permitir que las generaciones futuras afronten el coste de la actual pasividad". En concreto, el 30 por ciento de la superficie terrestre sufre sequía.