The worst flows since 1998 bring about more than 500 dead people in China
Sun, 26/06/2005
El Gobierno de China, que todos los veranos sufre las inundaciones de sus grandes ríos del sur, admitió ayer que las lluvias torrenciales ya han causado 567 muertos y están provocando desastres naturales más graves que otros años. Las inundaciones también dejaron 165 desaparecidos y obligaron a evacuar a más de 2,46 millones de personas de la zona afectada, según cifras del Ministerio de Asuntos Civiles.
La mayoría de las muertes se han producido en las últimas tres semanas, coincidiendo con el comienzo de la estación de lluvias en el sur del país.Los daños directos causados por estos desastres naturales ascienden ya a 2.700 millones de dólares (2.200 millones de euros).Los expertos ya advierten de que la situación es peor que la de años anteriores (en 2004 se registró la cifra anual más baja de víctimas, 1.343), aunque todavía sin alcanzar las dimensiones catastróficas de 1998, cuando 4.000 personas perecieron en verano por el desbordamiento del río Yangtsé.China está en máxima alerta, ya que, de acuerdo con las experiencias de años anteriores, las mayores precipitaciones e inundaciones se producen en julio en vez de junio, por lo que la situación podría empeorar en las próximas semanas. Esto ha obligado a los mandatarios del país, el presidente Hu Jintao y el primer ministro Wen Jiabao, a urgir a las provincias y regiones del sur de China que adopten medidas serias de prevención en los próximos meses. Hu advirtió de la necesidad de inspeccionar los diques que mantienen en su cauce a los grandes ríos de la China húmeda y de evacuar cuanto antes a las personas que viven junto a corrientes fluviales y lagos con alto riesgo de desbordamientos. Wen también pidió una vigilancia intensiva de los niveles de agua en embalses y grandes cuencas fluviales, y solicitó a los líderes locales que definan las tareas de instituciones y fuerzas de seguridad con el fin de atender mejor a los afectados. Las inundaciones han afectado a las cuencas de los ríos Min, Perla y Yangtsé, todos ellos en el sur. Aunque las provincias y regiones más afectadas se encuentran en esa zona (Fujian, Jiangxi, Zhejiang, Hunan y Guangxi), el suceso más catastrófico se produjo el pasado 10 de junio en el extremo noreste del país, en Ningan, donde 117 niños murieron por una riada de lodo y agua que arrasó su escuela. Imágenes de la televisión nacional china muestran calles anegadas por las que circulan pequeñas barcazas y grupos de personas aisladas en azoteas y partes altas de edificios en espera de ser rescatados. Las aguas han afectado a la red ferroviaria, especialmente en Fujian y en Cantón, donde la línea férrea Pekín-Hong Kong, que recorre el país de norte a sur, ha sufrido graves daños y ha obligado a interrumpir servicios de trenes.
La mayoría de las muertes se han producido en las últimas tres semanas, coincidiendo con el comienzo de la estación de lluvias en el sur del país.Los daños directos causados por estos desastres naturales ascienden ya a 2.700 millones de dólares (2.200 millones de euros).Los expertos ya advierten de que la situación es peor que la de años anteriores (en 2004 se registró la cifra anual más baja de víctimas, 1.343), aunque todavía sin alcanzar las dimensiones catastróficas de 1998, cuando 4.000 personas perecieron en verano por el desbordamiento del río Yangtsé.China está en máxima alerta, ya que, de acuerdo con las experiencias de años anteriores, las mayores precipitaciones e inundaciones se producen en julio en vez de junio, por lo que la situación podría empeorar en las próximas semanas. Esto ha obligado a los mandatarios del país, el presidente Hu Jintao y el primer ministro Wen Jiabao, a urgir a las provincias y regiones del sur de China que adopten medidas serias de prevención en los próximos meses. Hu advirtió de la necesidad de inspeccionar los diques que mantienen en su cauce a los grandes ríos de la China húmeda y de evacuar cuanto antes a las personas que viven junto a corrientes fluviales y lagos con alto riesgo de desbordamientos. Wen también pidió una vigilancia intensiva de los niveles de agua en embalses y grandes cuencas fluviales, y solicitó a los líderes locales que definan las tareas de instituciones y fuerzas de seguridad con el fin de atender mejor a los afectados. Las inundaciones han afectado a las cuencas de los ríos Min, Perla y Yangtsé, todos ellos en el sur. Aunque las provincias y regiones más afectadas se encuentran en esa zona (Fujian, Jiangxi, Zhejiang, Hunan y Guangxi), el suceso más catastrófico se produjo el pasado 10 de junio en el extremo noreste del país, en Ningan, donde 117 niños murieron por una riada de lodo y agua que arrasó su escuela. Imágenes de la televisión nacional china muestran calles anegadas por las que circulan pequeñas barcazas y grupos de personas aisladas en azoteas y partes altas de edificios en espera de ser rescatados. Las aguas han afectado a la red ferroviaria, especialmente en Fujian y en Cantón, donde la línea férrea Pekín-Hong Kong, que recorre el país de norte a sur, ha sufrido graves daños y ha obligado a interrumpir servicios de trenes.