The Júcar and the Segura have less water than the amount of the distribution leaks

Sun, 28/08/2005

ABC

Precios más altos para un consumo de agua que aumenta marcan la tendencia española. A pesar de su escasez, más de 927 hectómetros cúbicos de agua se quedan en el camino

MIGUEL CABANILLAS

MADRID. Agua que se pierde por las redes de distribución. Oro líquido que cada día se escapa de los regadíos y del consumo humano en jornadas en las que el cielo no deja más que sus rayos de Sol en la Tierra. El elemento H2O se convierte así en motivo de batalla política, en centro de trasvases y planes hidrológicos, por unos embalses que, sedientos de agua, sacan sus secos fondos a la superficie. Niveles hídricos que bajan, consumo de agua que aumenta. Breves pinceladas de la realidad española.

La descripción se extrae fácilmente de los datos que ofrece la última Encuesta del agua del Instituto Nacional de Estadística (INE). Las cifras reflejan un aumento en el consumo medio del líquido elemento en nuestro país durante el año 2003 en un 1,8 por ciento. Según ello, un español consumiría una media de 167 litros de agua por día. De los 4.947 hectómetros cúbicos que España disponía en ese mismo periodo, el 81,3 por ciento acabó siendo usado por el hombre. El resto se perdió por el camino.

De este modo, el gasto acaba convirtiéndose en «malgasto». España desaprovechó en 2003 más de 927 hectómetros de agua. Las cuencas del Júcar (692 hectómetros) y del Segura (149) acumulan en este momento menos cantidad de agua de la que se escapa en la distribución en el territorio español. Resulta paradójico además que Comunidades Autónomas que suelen ser las grandes afectadas por los periodos de sequía en el país sean las que presenten los más altos niveles de agua no usada. En la Comunidad Valenciana, así, la cifra exacta llega a los 154,18 hectómetros cúbicos de agua perdida por la red de distribución. El 28,36 por ciento de la que gasta se queda en el camino y no llega a ser utilizada. Aragón y Baleares le siguen a la zaga. Cifras que superan, en ambos casos, el 20 por ciento de lo consumido.

Cataluña tampoco anda lejos, derrochando un 16 por ciento del agua de la que dispone, en una región que fue una de las primeras en sufrir restricciones este año. Esta Comunidad estableció ciertas previsiones en mayo con un decreto de sequía que, según fuentes oficiales, ha permitido ahorrar el equivalente a 43 días de suministro para consumo doméstico. Todo ello gracias a unas restricciones de agua en el uso agrícola e industrial. Sin embargo, pese a las lluvias torrenciales caídas en los últimos días en esta región, las reservas hídricas no mejoran. El Gobierno de la Generalitat estima que los problemas de suministro podrían empezar a partir de octubre si la situación continúa así.

La merma de agua continúa

Lluvias fuertes pero aisladas que no consiguen hacer remontar los niveles de agua embalsada en todo el país. Según datos del Ministerio de Medio Ambiente, la reserva hidráulica española actual se encuentra en un 43,6 por ciento de su capacidad total, habiendo disminuido 667 hectómetros cúbicos con respecto a la semana anterior.

Actualmente hay 23.190 hectómetros cúbicos de agua embalsada, repartidos por los quince ámbitos hidrológicos de la geografía peninsular. Las cuencas internas del País Vasco son las que presentan mejores índices con un 71,4 por ciento de agua sobre su capacidad. El farolillo rojo es, una vez más, la cuenca del Segura, que se encuentra al 13,2 por ciento de su capacidad. Todo ello en una región, la de Murcia, donde la agricultura es la principal fuente de riqueza, y que muestra que los dientes de la sequía pueden morder el bolsillo de los murcianos, y, en consecuencia, de los españoles.

Desde ASAJA-Murcia (Asociación Agraria de Jóvenes Agricultores) se reclama al Gobierno un nuevo trasvase desde el Tajo para paliar las «consecuencias catastróficas» que la sequía está dejando en la zona. Según Alfonso Gálvez Caravaca, secretario general de esta asociación, «la solución pasa por trasvases de cuencas excedentarias, ya que las plantas desaladoras son únicamente un parche, pero no la solución definitiva a la sed que soporta el sector agrícola de la región». El presidente de la Comunidad murciana ya ha instado a Rodríguez Zapatero a que el problema de la sequía sea tenido como «una de las prioridades que se deben abordar en la próxima Conferencia de Presidentes autónomicos».

El derroche agrícola

Y es que mucha agua se necesita para cubrir los 3,7 millones de hectáreas de regadío existentes en nuestro país. El regadío español empleó 17.634 hectómetros cúbicos de agua en 2003, con un incremento del 3,2 por ciento con respecto al año anterior. Los herbáceos y los frutales son los dos tipos de cultivo que más agua consumieron en ese mismo periodo.

Como alternativa a los trasvases, el Gobierno español propone la desalación como recurso para obtener agua. El programa AGUA (Actuaciones para la Gestión y la Utilización del Agua) contempla esa posibilidad como una alternativa a ríos y acuíferos. Pero de nada sirven alternativas en uno u otro sentido si la concienciación social sobre la necesidad de hacer un uso «inteligente» del agua no se generaliza.

Una mayor «despreocupación» es la principal conclusión que se podría extraer al comparar los datos actuales con los ofrecidos por el INE en cuanto a consumo de agua en el año 2001. Hace cuatro años, la tendencia en el gasto medio por persona descendió en un 2,4 por ciento, trayectoria que se rompió al año siguiente y que ha ido repuntando hasta la actual.

Los precios del agua mantienen la misma tendencia al alza, con un 6,2 por ciento de mayor carestía en 2003 con respecto a 2002. En Canarias y Baleares es donde el consumo de agua se paga más caro de todo el territorio nacional, 1,68 y 1,42 euros por metro cúbico respectivamente. Otras tres regiones superan el euro por metro cúbico de agua: País Vasco, Murcia y Cataluña. En los territorios insulares el precio está relacionado con la contención en el gasto de agua, pues precisamente son las dos regiones donde el consumo medio en los hogares es más bajo. Ocurre más o menos lo mismo con País Vasco y Murcia, con el sexto menor consumo por habitante y día, pero no así con Cataluña, la cuarta que más consume, sólo por detrás de Cantabria, Andalucía y Castilla-La Mancha.

Menos de la mitad de las lluvias de la media española por año han hecho de ésta la peor sequía de las últimas seis décadas. España se calienta y se desertiza a un ritmo acelerado.