43% of the Ebro tributaries carry out with the european standard, according to Greenpeace
Mon, 07/11/2005
Un informe sobre la calidad del agua en España realizado por Greenpeace refleja que los ríos de la cuenca del Ebro presentan un nivel aceptable, dado que el 43 % ya cumple con la directiva marco del agua, 10 años antes de su entrada en vigor. La organización ecologista detecta, sin embargo, problemas de contaminación en el 37,7 % de los acuíferos y llama la atención sobre la fuentes difusas de contaminación, especialmente las de tipo agrícola y ganadero.
La contaminación de origen agrario está presente en los 29 acuíferos más afectados. En ellos, los niveles de nitratos llegan a duplicar los niveles máximos de nitratos admitidos. Además, señala que este parámetro crecerá con la puesta en marcha de las nuevas superficies de regadío previstas.
El exceso en el uso de productos químicos y la mala gestión de los residuos ganaderos, con episodios de vertidos, están en el fondo de estos problemas.
El informe elaborado por Greenpeace (disponible en www.greenpeace.es) se detiene especialmente en la contaminación de origen industrial y señala que hay 16 acuíferos afectados por vertidos tóxicos y peligrosos. La organización ecologista afirma que este tipo de contaminantes son especialmente peligrosos porque su permanencia en el agua es muy elevada y porque su potencial contaminante es muy peligroso.
De hecho, aunque el grado de contaminación industrial no es muy alto en el conjunto de la cuenca, Greenpeace considera que los riesgos son enormes, puesto que existen puntos con un enorme potencial. Una crisis en cualquiera de estas zonas podría llevar las sustancias tóxicas y peligrosas por decenas y cientos de kilómetros de cauces.
El polígono industrial de Malpica (Zaragoza), las áreas industriales de Monzón, Logroño, Pamplona, Miranda de Ebro o Sabiñánigo o algunas fábricas concretas como la química de Flix (con las 300.000 toneladas de lodos tóxicos encontradas en el lecho del Ebro), Montecinca (con la presencia de DDT en el río Cinca) o La Montañanesa son los puntos potencialmente más peligrosos detectados por la organización ecologista en su documento.
Greenpeace explica que en la mayoría de los casos la contaminación industrial se suma a la que arrastran los ríos por los vertidos agrarios y por los procedentes de muchas ciudades. Además, hay señala que en muchos cauces el caudal es muy escaso dado que está prácticamente retenido por las obras hidráulicas. Como dato, la organización recalca que en Aragón solo se depura un 60 % de las aguas residuales urbanas. Esta falta de depuración se cita como causa de constantes mortandades de peces.
El informe destaca el efecto negativo de las grandes infraestructuras hidráulicas para la calidad del agua. En concreto, señalan que el exceso de embalses implican problemas en el ciclo natural del agua e impide la depuración natural. Greenpeace explica que en la cuenca del Ebro ya se han construido 225 embalses, lo que supone una presa por cada 94 kilómetros de río.
Según la organización ecologista. si se modernizaran las conducciones, sería inncesario construir nuevos pantanos, dado que en la actualidad se pierde casi el 40 % del agua en el proceso de transporte. El problema está en las redes de alta que abastecen los sistemas de regadío pero también en los núcleos urbanos. Por ejemplo, con lo que se pierde por fugas en Zaragoza podría abastecerse la ciudad de Huesca.
Además, señala la importante contaminación biológica en forma de especies exóticas como los siluros, el cangrejo americano o el mejillón cebra, que están alterando por completo los ecosistemas propios de la cuenca del Ebro.
La contaminación de origen agrario está presente en los 29 acuíferos más afectados. En ellos, los niveles de nitratos llegan a duplicar los niveles máximos de nitratos admitidos. Además, señala que este parámetro crecerá con la puesta en marcha de las nuevas superficies de regadío previstas.
El exceso en el uso de productos químicos y la mala gestión de los residuos ganaderos, con episodios de vertidos, están en el fondo de estos problemas.
El informe elaborado por Greenpeace (disponible en www.greenpeace.es) se detiene especialmente en la contaminación de origen industrial y señala que hay 16 acuíferos afectados por vertidos tóxicos y peligrosos. La organización ecologista afirma que este tipo de contaminantes son especialmente peligrosos porque su permanencia en el agua es muy elevada y porque su potencial contaminante es muy peligroso.
De hecho, aunque el grado de contaminación industrial no es muy alto en el conjunto de la cuenca, Greenpeace considera que los riesgos son enormes, puesto que existen puntos con un enorme potencial. Una crisis en cualquiera de estas zonas podría llevar las sustancias tóxicas y peligrosas por decenas y cientos de kilómetros de cauces.
El polígono industrial de Malpica (Zaragoza), las áreas industriales de Monzón, Logroño, Pamplona, Miranda de Ebro o Sabiñánigo o algunas fábricas concretas como la química de Flix (con las 300.000 toneladas de lodos tóxicos encontradas en el lecho del Ebro), Montecinca (con la presencia de DDT en el río Cinca) o La Montañanesa son los puntos potencialmente más peligrosos detectados por la organización ecologista en su documento.
Greenpeace explica que en la mayoría de los casos la contaminación industrial se suma a la que arrastran los ríos por los vertidos agrarios y por los procedentes de muchas ciudades. Además, hay señala que en muchos cauces el caudal es muy escaso dado que está prácticamente retenido por las obras hidráulicas. Como dato, la organización recalca que en Aragón solo se depura un 60 % de las aguas residuales urbanas. Esta falta de depuración se cita como causa de constantes mortandades de peces.
El informe destaca el efecto negativo de las grandes infraestructuras hidráulicas para la calidad del agua. En concreto, señalan que el exceso de embalses implican problemas en el ciclo natural del agua e impide la depuración natural. Greenpeace explica que en la cuenca del Ebro ya se han construido 225 embalses, lo que supone una presa por cada 94 kilómetros de río.
Según la organización ecologista. si se modernizaran las conducciones, sería inncesario construir nuevos pantanos, dado que en la actualidad se pierde casi el 40 % del agua en el proceso de transporte. El problema está en las redes de alta que abastecen los sistemas de regadío pero también en los núcleos urbanos. Por ejemplo, con lo que se pierde por fugas en Zaragoza podría abastecerse la ciudad de Huesca.
Además, señala la importante contaminación biológica en forma de especies exóticas como los siluros, el cangrejo americano o el mejillón cebra, que están alterando por completo los ecosistemas propios de la cuenca del Ebro.