Second toxic spill in a Chinese river

Fri, 23/12/2005

ABC

Mientras el derrame de benceno de noviembre entra en Rusia, este accidente obliga a cortar el agua y a tomar medidas de emergencia en el estuario del río de la Perla

PABLO M. DÍEZ. CORRESPONSAL

PEKÍN. Apenas un mes después de que millones de personas se quedaran sin agua en el norte de China por un vertido tóxico de benceno en el río Songhua, un nuevo desastre medioambiental ha golpeado al gigante asiático. En esta ocasión, ha ocurrido al sur del país, en la rica y laboriosa provincia industrial de Guangdong (Cantón). Allí, el río Beijiang ha resultado contaminado por un derrame de cadmio, un metal cancerígeno utilizado en la fabricación de las pilas y que puede resultar dañino para el hígado y el riñón y provocar diarreas, vómitos y enfermedades en los huesos, así como alterar los sistemas reproductor y nervioso.

Según informó el periódico local Guangzhou Daily, el vertido se produjo el pasado domingo en la ciudad de Shaoguan, donde una fundición de zinc de propiedad estatal, la tercera del coloso oriental, descargó «ilegalmente» esta sustancia al río durante «una revisión de la maquinaria». Como consecuencia, el suministro de agua quedó interrumpido en Shaoguan, una localidad de medio millón de habitantes, desde las nueve de la mañana hasta las cinco de la tarde. Los niveles de cadmio detectados en esta ciudad eran diez veces superiores a lo permitido, por lo que una presa cercana desembalsó 70 millones de metros cúbicos de agua para diluir el vertido.

Aunque el abastecimiento fue restablecido posteriormente, el derrame amenaza ahora las poblaciones situadas en el curso inferior del Beijiang, que fluye durante 470 kilómetros y surte de agua a buena parte del norte de Guangdong hasta desembocar en el estuario del río de la Perla, entre Hong Kong y Macao. Entre las ciudades que corren un serio peligro destacan, además de la populosa metrópolis de Guangzhou -de 10 millones de habitantes-, la urbe de Yingde, situada a 90 kilómetros del vertido y donde viven unas 100.000 personas.

Prohibido el consumo de agua

Para que no se produzcan intoxicaciones, las autoridades han prohibido el consumo de agua procedente del río y han ordenado la construcción de una tubería que conectará el área urbana con un embalse cercano, pero no han cortado el suministro. Además de utilizar camiones de bomberos para repartir agua, el gobierno local canalizará el caudal contaminado para destinarlo a otros fines. Sorprendentemente, y tal y como explicó a la agencia France Presse una responsable de la zona, el agua podría ser empleada para regar tierras de cultivo, lo que no parece aconsejable por su alta toxicidad.

Mientras tanto, en el norte de China sigue avanzando la mancha de 100 toneladas de benceno provocada hace un mes en el río Songhua por una explosión en una planta petroquímica.