Ecologists, against the Royal Decree that will be approved today
Fri, 10/03/2006
MADRID.- El Gobierno quiere conseguir un ahorro de 1.162 hectómetros cúbicos de agua -algo más de la cantidad que contemplaba el derogado trasvase del Ebro y de lo que se pierde anualmente en España- con un nuevo Real Decreto antisequía con el que ya se frotan las manos los agricultores, pero que ha puesto en pie de guerra a los ecologistas.
WWF/Adena, Greenpeace, SEO/BirdLife y Ecologistas en Acción dicen que «el Ejecutivo premia el consumo en los regadíos en lugar de fomentar el ahorro», porque el texto, que previsiblemente será aprobado hoy en Consejo de Ministros, dispone que el agua que se consiga ahorrar se reparta sólo entre los agricultores, pero no se destine para beber ni para fines ecológicos.
Se da la circunstancia de que el propio Real Decreto reconoce que la sequía «ha puesto no sólo al sector agrario, sino a toda la sociedad, en una situación de escasez»; que el estado de los embalses es «dramático» en algunas comunidades autónomas, y que «difícilmente se podrán evitar los problemas en algunos abastecimientos a poblaciones», según el borrador al que ha tenido acceso este periódico.
El Real Decreto, elaborado entre el Ministerio de Medio Ambiente y el de Agricultura, surge de «la necesidad imperiosa de ahorrar agua» y contempla casi medio centenar de obras urgentes de modernización y consolidación de regadíos «con el año 2007 como horizonte» en las que el Gobierno invertirá 2.344 millones de euros. Es una «cuestión prioritaria», dice el texto.
No en vano, los agricultores españoles consumen en torno al 80% de las reservas hídricas. Según el Instituto Nacional de Estadística (INE), por roturas y fugas de cañerías se pierden casi 1.000 hectómetros cúbicos (el trasvase del Ebro eran 1.050), el 19% del agua que se consume en España.
«Estamos a favor de que se modernicen los regadíos, pero que se emplee bien el presupuesto, no que los agricultores vuelvan a consumir el agua supuestamente ahorrada», denunciaba ayer el responsable de Aguas Continentales de WWF/Adena, Guido Schmidt.
Le secundaba Julio Barea, de Greenpeace: «Hubiera sido bueno que ese ahorro se destinara también a la reconstrucción de ecosistemas.Mirad el Parque Natural de las Tablas de Daimiel: más de 20 kilómetros de extensión reducidos a menos de un kilómetro cuadrado que se mantiene de forma artificial».
Los ecologistas también se temen que pueda suceder otra cosa.En el Real Decreto se establece que «en ningún caso» se aumentarán las superficies de riego existentes. «Pero en el anexo se contemplan algunas obras que nos consta que sí suponen crear nuevas hectáreas de regadío», apuntó Guido Schmidt.
La Federación Nacional de Comunidades de Regantes (Fenacore) expresó en un comunicado que la medida es «un acierto» y que «estas contribuciones representan un apoyo fundamental para afrontar las costosas inversiones que conlleva la modernización de regadíos».
WWF/Adena, Greenpeace, SEO/BirdLife y Ecologistas en Acción dicen que «el Ejecutivo premia el consumo en los regadíos en lugar de fomentar el ahorro», porque el texto, que previsiblemente será aprobado hoy en Consejo de Ministros, dispone que el agua que se consiga ahorrar se reparta sólo entre los agricultores, pero no se destine para beber ni para fines ecológicos.
Se da la circunstancia de que el propio Real Decreto reconoce que la sequía «ha puesto no sólo al sector agrario, sino a toda la sociedad, en una situación de escasez»; que el estado de los embalses es «dramático» en algunas comunidades autónomas, y que «difícilmente se podrán evitar los problemas en algunos abastecimientos a poblaciones», según el borrador al que ha tenido acceso este periódico.
El Real Decreto, elaborado entre el Ministerio de Medio Ambiente y el de Agricultura, surge de «la necesidad imperiosa de ahorrar agua» y contempla casi medio centenar de obras urgentes de modernización y consolidación de regadíos «con el año 2007 como horizonte» en las que el Gobierno invertirá 2.344 millones de euros. Es una «cuestión prioritaria», dice el texto.
No en vano, los agricultores españoles consumen en torno al 80% de las reservas hídricas. Según el Instituto Nacional de Estadística (INE), por roturas y fugas de cañerías se pierden casi 1.000 hectómetros cúbicos (el trasvase del Ebro eran 1.050), el 19% del agua que se consume en España.
«Estamos a favor de que se modernicen los regadíos, pero que se emplee bien el presupuesto, no que los agricultores vuelvan a consumir el agua supuestamente ahorrada», denunciaba ayer el responsable de Aguas Continentales de WWF/Adena, Guido Schmidt.
Le secundaba Julio Barea, de Greenpeace: «Hubiera sido bueno que ese ahorro se destinara también a la reconstrucción de ecosistemas.Mirad el Parque Natural de las Tablas de Daimiel: más de 20 kilómetros de extensión reducidos a menos de un kilómetro cuadrado que se mantiene de forma artificial».
Los ecologistas también se temen que pueda suceder otra cosa.En el Real Decreto se establece que «en ningún caso» se aumentarán las superficies de riego existentes. «Pero en el anexo se contemplan algunas obras que nos consta que sí suponen crear nuevas hectáreas de regadío», apuntó Guido Schmidt.
La Federación Nacional de Comunidades de Regantes (Fenacore) expresó en un comunicado que la medida es «un acierto» y que «estas contribuciones representan un apoyo fundamental para afrontar las costosas inversiones que conlleva la modernización de regadíos».