About 3,000 ilegal wells are affecting coastal aquifer
Fri, 14/04/2006
No es oro negro, pero su valor es mayor incluso que el del petróleo. En algunas zonas del mundo es motivo de luchas y conflictos prolongados, porque su control es fundamental para la supervivencia. En España, pese a la pertinaz sequía , el agua potable se valora poco, pero sin ella no hay futuro posible. En El Puerto ocurre algo similar, a pesar de que durante la sequía de los años noventa fue necesario extraer agua del acuífero de La Piedad para aliviar la crítica situación que se vivía en la población.
Ecologistas en Acción advierte que el nuevo Plan General no dedica atención ninguna a los dos acuíferos que existen en el subsuelo portuense. Paradojas del desarrollismo, que puede traer graves consecuencias para las generaciones venideras.
En la revisión del PGOU, se recoge la urbanización de 19 millones de m2, en su mayor parte en los lugares de recarga natural del acuífero costero, es decir la zona de arenas y arbolado de la margen derecha de la carretera de Fuentebravía, hasta la variante de Rota (Cantarranas, Minervo, fincas frente al Ancla, etcétera). Más de la mitad de estos arenales podrían terminar cubiertos de hormigón y ladrillo, con lo que las filtraciones de agua de lluvia al subsuelo se verán reducidas al mínimo. Ecologistas en Acción recuerda que para la aprobación del Plan General es necesario un informe previo del Organismo de Cuencas, dependiente de la Junta de Andalucía, donde se diga si existe agua suficiente para las previsiones de crecimiento urbanístico recogidas en el documento.
Los ecologistas adelantan que cuando el documento de revisión del PGOU salga a exposición pública, pedirán la reducción de las zonas urbanizables para garantizar la recarga del acuífero costero, y reclamarán que se reconduzca el agua de lluvia a través de los jardines, setos, parterres y alcorques para que este preciado líquido no se vierta al mar y se pierda.
Actualmente, el acuífero costero está muy dañados debido a los más de 3.000 pozos ilegales que esquilman sus recursos. Además, una parte del mismo se ha vuelto salino, debido a que la explotación es mayor que la capacidad de recarga. A ello se unen los 5.000 pozos ciegos de las urbanizaciones ilegales, cuyas aguas negras se filtran y producen la contaminación progresiva de estas aguas. La instalación de las redes de alcantarillado en estas EMAs y la protección del territorio de recarga, bosques y arenales, podrían mejorar la situación de esta excelente reserva de agua potable.
Una muestra de la escasa importancia que conceden las administraciones a la gestión de las aguas subterráneas en El Puerto, es la falta de un inventario de los pozos legales perforados en el término municipal. Este trabajo está en fase de redacción por parte de la Agencia Andaluza del Agua, que trabaja en ello desde hace un año escaso.
El nuevo Plan General no menciona ninguna medida de protección para preservar este recurso vital, que podría quedar cegado
la piedad
Desde tiempos muy remotos El Puerto ha cuidado con el máximo esmero los manantiales de La Piedad, con obras hidráulicas que garantizaban el suministro de agua potable a esta población y a otras vecinas. De estos manantiales se surtía la ciudad de Cádiz y los navíos que viajaban a Indias, en la fuente de Las Galeras. En el término municipal portuense existen dos acuíferos. El primero de ellos es el acuífero costero, que se encuentra en la zona litoral de la vega del Guadalete, sobre explotado y salinizado en las zonas más próximas al mar. Tiene una capacidad de 4 hectómetros, pero sufre el expolio de cientos de pozos ilegales y su recarga se hace cada vez más difícil por las urbanizaciones.
El segundo de los acuíferos es el de La Piedad, de excelentes aguas y que se encuentra situado en la Sierra de San Cristóbal, que al no estar apenas urbanizada se recarga con más facilidad. Es el acuífero por excelencia, la gran bolsa de reserva para situaciones de emergencia, capaz de suministrar 1 hectómetro cúbico al año de agua potable para dar de beber a la población. Preservarlo es fundamental. Su recarga se produce a través de las areniscas calcáreas de la Sierra, muy permeables. La Piedad es una auténtica joya, por la calidad de sus aguas y por las conducciones y canalizaciones construidas desde el siglo XVIII, que forman galerías de gran tamaño y sobre las cuales llegó a existir un proyecto para hacerlas visitables .
Ecologistas en Acción advierte que el nuevo Plan General no dedica atención ninguna a los dos acuíferos que existen en el subsuelo portuense. Paradojas del desarrollismo, que puede traer graves consecuencias para las generaciones venideras.
En la revisión del PGOU, se recoge la urbanización de 19 millones de m2, en su mayor parte en los lugares de recarga natural del acuífero costero, es decir la zona de arenas y arbolado de la margen derecha de la carretera de Fuentebravía, hasta la variante de Rota (Cantarranas, Minervo, fincas frente al Ancla, etcétera). Más de la mitad de estos arenales podrían terminar cubiertos de hormigón y ladrillo, con lo que las filtraciones de agua de lluvia al subsuelo se verán reducidas al mínimo. Ecologistas en Acción recuerda que para la aprobación del Plan General es necesario un informe previo del Organismo de Cuencas, dependiente de la Junta de Andalucía, donde se diga si existe agua suficiente para las previsiones de crecimiento urbanístico recogidas en el documento.
Los ecologistas adelantan que cuando el documento de revisión del PGOU salga a exposición pública, pedirán la reducción de las zonas urbanizables para garantizar la recarga del acuífero costero, y reclamarán que se reconduzca el agua de lluvia a través de los jardines, setos, parterres y alcorques para que este preciado líquido no se vierta al mar y se pierda.
Actualmente, el acuífero costero está muy dañados debido a los más de 3.000 pozos ilegales que esquilman sus recursos. Además, una parte del mismo se ha vuelto salino, debido a que la explotación es mayor que la capacidad de recarga. A ello se unen los 5.000 pozos ciegos de las urbanizaciones ilegales, cuyas aguas negras se filtran y producen la contaminación progresiva de estas aguas. La instalación de las redes de alcantarillado en estas EMAs y la protección del territorio de recarga, bosques y arenales, podrían mejorar la situación de esta excelente reserva de agua potable.
Una muestra de la escasa importancia que conceden las administraciones a la gestión de las aguas subterráneas en El Puerto, es la falta de un inventario de los pozos legales perforados en el término municipal. Este trabajo está en fase de redacción por parte de la Agencia Andaluza del Agua, que trabaja en ello desde hace un año escaso.
El nuevo Plan General no menciona ninguna medida de protección para preservar este recurso vital, que podría quedar cegado
la piedad
Desde tiempos muy remotos El Puerto ha cuidado con el máximo esmero los manantiales de La Piedad, con obras hidráulicas que garantizaban el suministro de agua potable a esta población y a otras vecinas. De estos manantiales se surtía la ciudad de Cádiz y los navíos que viajaban a Indias, en la fuente de Las Galeras. En el término municipal portuense existen dos acuíferos. El primero de ellos es el acuífero costero, que se encuentra en la zona litoral de la vega del Guadalete, sobre explotado y salinizado en las zonas más próximas al mar. Tiene una capacidad de 4 hectómetros, pero sufre el expolio de cientos de pozos ilegales y su recarga se hace cada vez más difícil por las urbanizaciones.
El segundo de los acuíferos es el de La Piedad, de excelentes aguas y que se encuentra situado en la Sierra de San Cristóbal, que al no estar apenas urbanizada se recarga con más facilidad. Es el acuífero por excelencia, la gran bolsa de reserva para situaciones de emergencia, capaz de suministrar 1 hectómetro cúbico al año de agua potable para dar de beber a la población. Preservarlo es fundamental. Su recarga se produce a través de las areniscas calcáreas de la Sierra, muy permeables. La Piedad es una auténtica joya, por la calidad de sus aguas y por las conducciones y canalizaciones construidas desde el siglo XVIII, que forman galerías de gran tamaño y sobre las cuales llegó a existir un proyecto para hacerlas visitables .