Subterranean pipe will substitute Guadalmellato channel in the urban strecht
Sun, 07/05/2006
El proyecto que maneja el órgano de cuenca prevé tapar el viejo canal de riego a lo largo de 13,6 kilómetros y dejarlo a cielo abierto con vallas en los 11 restantes
A. R. VEGA
CÓRDOBA. Después de 72 años llevando agua a cielo abierto, el canal del Guadalmellato pasará a ser invisible a los ojos de la ciudad. El líquido elemento continuará fluyendo, pero lo hará a través de una tubería subterránea en su tramo más urbano, que discurre aproximadamente entre los arroyos de Padrillos (próximo al Campus de Rabanales) y Cantarranas (cerca de Las Palmeras).
En estos 4,9 kilómetros se cambiará la actual infraestructura por un sifón de baja presión, un tubo de grueso calibre que irá incrustado en el terreno y tapado y que hará las mismas funciones de canal, según avanzó a ABC el Jefe de Zona de la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir (CHG), Antonio Ramón Guinea.
El proyecto de adaptación, al que le están dando los últimos retoques los ingenieros de la CHG, es un compendio de tres de las cuatro alternativas que recogió el estudio elaborado por la consultora Prointec. Este organismo desiste de la solución más costosa, que consistía en eliminar el canal de la faz urbana, pero trata de domesticar, de alguna forma, su paso por la capital. El canal es, amén de una barrera física ya obsoleta, una grieta psicológica para los residentes del distrito Norte, que siempre lo han mirado con desconfianza. No en vano, arrastra una crónica negra de accidentes y desgracias.
El plan final pasará por completar los casi 5 kilómetros de tubería con 8,7 kilómetros en los que la infraestructura hidráulica irá cubierta con una enorme losa (que partiría de San Rafael de Navallana), y con otro tramo de unos 11 kilómetros en los que el canal permanecerá al descubierto, coincidiendo con la zona menos poblada (desde los límites del casco urbano a Alcolea). El canal se extiende sobre 25 kilómetros desde el embalse de Navallana hasta 1,5 kilómetros después del arroyo de Cantarranas en la Vega.
La Confederación dispone de un presupuesto de 36 millones de euros para realizar esta obra, si bien el proyecto que maneja asciende a 42 millones de euros. La idea de la CHG, que está en conversaciones por ello con la Gerencia Municipal de Urbanismo, es que el Ayuntamiento sufrague esa diferencia, asumiendo el coste de aquello que no sea la actuación estrictamente hidráulica. Le competería, por ejemplo, financiar la adecuación de una vía verde con zonas de recreo y pistas deportivas sobre el largo tubo, según el plan que diseñó la arquitecta cordobesa Auxiliadora Gálvez.
En el tramo a cielo abierto se colocará un vallado de seguridad, que podría cercar en torno a 20.000 ó 22.000 metros a ambas márgenes. Asimismo, el proyecto contempla la reparación completa de todo el trazado, tanto el canal, como los túneles y viaductos.
Ronda Norte
El responsable de la CHG no quiso anticipar fechas, excusándose en la travesía de trámites que aún restan: aprobación técnica, obtención de informes medioambientales y los plazos de exposición pública. «Como cordobés, espero que se haga lo antes posible», se limitó a subrayar.
Sin embargo, será una mesa de trabajo en la que participará, además del Consistorio y la CHG, la Junta, la que dirá la última palabra sobre el proyecto final. El canal del Guadalmellato podría unir su destino a la Ronda Norte, si la comisión estima que es viable soterrar esta vía rápida entre las glorietas de Madres Escolapias y Arruzafilla (Ronda de Poniente) aprovechando el trazado subterráneo del canal. Esta mesa vio la luz en el Pleno municipal celebrado el pasado jueves y persigue atraerse el apoyo económico de la Consejería de Obras Públicas.
Guinea asegura que «técnicamente es posible» hacer compatible el soterramiento de ambas infraestructuras, como solicitan los vecinos, aunque el Ayuntamiento ha prevenido de que enterrar la Ronda encarecería su coste, por lo que ha pospuesto su ejecución hasta el próximo mandato.
El jefe de Zona de la CHG no pone reparos, pero apunta que «sería conveniente simultanear la obras». En cualquier caso, «habrá que estudiar esa compatibilidad y ver qué obras de las recogidas en el proyecto son aprovechables», repuso. A las evidentes ventajas que van ligadas a esta operación se añade, a su juicio, una rebaja económica. «Al no tener que realizar unidades de ajardinamiento, quizás se abarataría la obra», concluye.
A. R. VEGA
CÓRDOBA. Después de 72 años llevando agua a cielo abierto, el canal del Guadalmellato pasará a ser invisible a los ojos de la ciudad. El líquido elemento continuará fluyendo, pero lo hará a través de una tubería subterránea en su tramo más urbano, que discurre aproximadamente entre los arroyos de Padrillos (próximo al Campus de Rabanales) y Cantarranas (cerca de Las Palmeras).
En estos 4,9 kilómetros se cambiará la actual infraestructura por un sifón de baja presión, un tubo de grueso calibre que irá incrustado en el terreno y tapado y que hará las mismas funciones de canal, según avanzó a ABC el Jefe de Zona de la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir (CHG), Antonio Ramón Guinea.
El proyecto de adaptación, al que le están dando los últimos retoques los ingenieros de la CHG, es un compendio de tres de las cuatro alternativas que recogió el estudio elaborado por la consultora Prointec. Este organismo desiste de la solución más costosa, que consistía en eliminar el canal de la faz urbana, pero trata de domesticar, de alguna forma, su paso por la capital. El canal es, amén de una barrera física ya obsoleta, una grieta psicológica para los residentes del distrito Norte, que siempre lo han mirado con desconfianza. No en vano, arrastra una crónica negra de accidentes y desgracias.
El plan final pasará por completar los casi 5 kilómetros de tubería con 8,7 kilómetros en los que la infraestructura hidráulica irá cubierta con una enorme losa (que partiría de San Rafael de Navallana), y con otro tramo de unos 11 kilómetros en los que el canal permanecerá al descubierto, coincidiendo con la zona menos poblada (desde los límites del casco urbano a Alcolea). El canal se extiende sobre 25 kilómetros desde el embalse de Navallana hasta 1,5 kilómetros después del arroyo de Cantarranas en la Vega.
La Confederación dispone de un presupuesto de 36 millones de euros para realizar esta obra, si bien el proyecto que maneja asciende a 42 millones de euros. La idea de la CHG, que está en conversaciones por ello con la Gerencia Municipal de Urbanismo, es que el Ayuntamiento sufrague esa diferencia, asumiendo el coste de aquello que no sea la actuación estrictamente hidráulica. Le competería, por ejemplo, financiar la adecuación de una vía verde con zonas de recreo y pistas deportivas sobre el largo tubo, según el plan que diseñó la arquitecta cordobesa Auxiliadora Gálvez.
En el tramo a cielo abierto se colocará un vallado de seguridad, que podría cercar en torno a 20.000 ó 22.000 metros a ambas márgenes. Asimismo, el proyecto contempla la reparación completa de todo el trazado, tanto el canal, como los túneles y viaductos.
Ronda Norte
El responsable de la CHG no quiso anticipar fechas, excusándose en la travesía de trámites que aún restan: aprobación técnica, obtención de informes medioambientales y los plazos de exposición pública. «Como cordobés, espero que se haga lo antes posible», se limitó a subrayar.
Sin embargo, será una mesa de trabajo en la que participará, además del Consistorio y la CHG, la Junta, la que dirá la última palabra sobre el proyecto final. El canal del Guadalmellato podría unir su destino a la Ronda Norte, si la comisión estima que es viable soterrar esta vía rápida entre las glorietas de Madres Escolapias y Arruzafilla (Ronda de Poniente) aprovechando el trazado subterráneo del canal. Esta mesa vio la luz en el Pleno municipal celebrado el pasado jueves y persigue atraerse el apoyo económico de la Consejería de Obras Públicas.
Guinea asegura que «técnicamente es posible» hacer compatible el soterramiento de ambas infraestructuras, como solicitan los vecinos, aunque el Ayuntamiento ha prevenido de que enterrar la Ronda encarecería su coste, por lo que ha pospuesto su ejecución hasta el próximo mandato.
El jefe de Zona de la CHG no pone reparos, pero apunta que «sería conveniente simultanear la obras». En cualquier caso, «habrá que estudiar esa compatibilidad y ver qué obras de las recogidas en el proyecto son aprovechables», repuso. A las evidentes ventajas que van ligadas a esta operación se añade, a su juicio, una rebaja económica. «Al no tener que realizar unidades de ajardinamiento, quizás se abarataría la obra», concluye.