"Ernesto" was only a scare to Florida
Thu, 31/08/2006
La Opinión. El Correo de Zamora
Una de las claves del escaso impacto de la tormenta tropical en Florida radica en que el sistema abandonó el martes Cuba muy debilitado y "desorganizado", dijo a Efe Dan Mondell, meteorólogo del Centro Nacional de Huracanes(CNH) de EEUU.
Así, "Ernesto" enfiló hacia Florida sin "tiempo material" para acrecentar su fuerza y hoy incluso su intensidad bajó de tormenta a depresión tropical.
"Ernesto" llegó el pasado domingo a convertirse en huracán de categoría 1 en la escala de intensidad Saffir-Simpson, de un máximo de cinco, y la población del sur de Florida escrutaba con ansiedad y preocupación las posibles trayectorias de la tormenta.
Pero hoy, mientras "Ernesto" se degradaba a depresión tropical en su ruta por Florida, el sentimiento general es de enorme alivio.
José Martínez, procedente de La Habana (Cuba), que trabaja como conserje en un edificio de oficinas, expresó ese sentimiento de satisfacción en un estado que en los últimos dos años ha sufrido la embestida de ocho huracanes.
"Ojalá todas las tormentas sean así y no vengan bravas", afirmó a Efe Martínez, de 64 años, quien asegura "tener muy presente" los estragos que causó en octubre pasado el huracán "Wilma" cuando golpeó Miami.
Pero todavía es prematuro dar por terminado a "Ernesto" porque puede fortalecerse hasta recuperar la fuerza de huracán una vez que abandone Florida e ingrese en aguas del Atlántico.
Por ello, el CNH mantiene en vigor un aviso de tormenta por Carolina del Norte.
Mientras el centro de la tormenta se encuentra ahora en las dos Carolinas, en Florida la alegría es enorme porque todo el peligro que se avecinaba se redujo a lluvias y ciertas ráfagas de vientos de tormenta.
Para Karen Vissepó, portavoz de la compañía de electricidad Florida Power & Light (FPL), la mayor empresa de energía de ese estado, "Ernesto ha sido muy benigno y los apagones fueron mínimos".
No obstante, un total de 7.600 clientes de los condados de Miami-Dade, Broward y Palm Beach continúan todavía sin corriente eléctrica, como consecuencia de los daños sufridos en el tendido eléctrico o en algunos transformadores, dijo a Efe Vissapó.
"Esperamos poder restablecer el servicio eléctrico hoy por la noche o mañana a primera hora", explicó la portavoz de FPL.
Lo fundamental, sostuvo Vissapó, es que la población de Florida "ha aprendido las lecciones del 2004 y 2005 y han tomado muy a pecho" las preparaciones previas a la llegada de un huracán o de una tormenta.
"La gente se ha preparado mucho mejor esta temporada y sabe que lo importante es no bajar la guardia", aseveró Vissapó.
Para el teniente Elkin Sierra, del Servicio de Rescate del condado de Miami-Dade, sólo hay una fórmula válida en la temporada de huracanes y es la preparación, puesto que la ayuda del Gobierno federal "puede tardar dos días en llegar" si ocurre un desastre.
Esta tormenta, explicó Sierra, "ha sido una buena práctica" para averiguar si estamos realmente preparados para enfrentarnos a una catástrofe natural, y, sostuvo, "pudo haber sido una tormenta muy seria".
"Siento mucho alivio porque la tormenta no fue nada grave, un poco de viento nada más", manifestó por su parte Lisette Machado, una enfermera hispana residente en la ciudad de Miami Lakes, al noroeste de Miami.
Machado, de 39 años y madre de dos niños, quiso dejar claro que no tuvo miedo, pero sí "preocupación por los niños".
Al final, "sólo llegó a Miami Lakes mucha lluvia y algunas rachas de viento fuerte", dijo la enfermera.
Así, "Ernesto" enfiló hacia Florida sin "tiempo material" para acrecentar su fuerza y hoy incluso su intensidad bajó de tormenta a depresión tropical.
"Ernesto" llegó el pasado domingo a convertirse en huracán de categoría 1 en la escala de intensidad Saffir-Simpson, de un máximo de cinco, y la población del sur de Florida escrutaba con ansiedad y preocupación las posibles trayectorias de la tormenta.
Pero hoy, mientras "Ernesto" se degradaba a depresión tropical en su ruta por Florida, el sentimiento general es de enorme alivio.
José Martínez, procedente de La Habana (Cuba), que trabaja como conserje en un edificio de oficinas, expresó ese sentimiento de satisfacción en un estado que en los últimos dos años ha sufrido la embestida de ocho huracanes.
"Ojalá todas las tormentas sean así y no vengan bravas", afirmó a Efe Martínez, de 64 años, quien asegura "tener muy presente" los estragos que causó en octubre pasado el huracán "Wilma" cuando golpeó Miami.
Pero todavía es prematuro dar por terminado a "Ernesto" porque puede fortalecerse hasta recuperar la fuerza de huracán una vez que abandone Florida e ingrese en aguas del Atlántico.
Por ello, el CNH mantiene en vigor un aviso de tormenta por Carolina del Norte.
Mientras el centro de la tormenta se encuentra ahora en las dos Carolinas, en Florida la alegría es enorme porque todo el peligro que se avecinaba se redujo a lluvias y ciertas ráfagas de vientos de tormenta.
Para Karen Vissepó, portavoz de la compañía de electricidad Florida Power & Light (FPL), la mayor empresa de energía de ese estado, "Ernesto ha sido muy benigno y los apagones fueron mínimos".
No obstante, un total de 7.600 clientes de los condados de Miami-Dade, Broward y Palm Beach continúan todavía sin corriente eléctrica, como consecuencia de los daños sufridos en el tendido eléctrico o en algunos transformadores, dijo a Efe Vissapó.
"Esperamos poder restablecer el servicio eléctrico hoy por la noche o mañana a primera hora", explicó la portavoz de FPL.
Lo fundamental, sostuvo Vissapó, es que la población de Florida "ha aprendido las lecciones del 2004 y 2005 y han tomado muy a pecho" las preparaciones previas a la llegada de un huracán o de una tormenta.
"La gente se ha preparado mucho mejor esta temporada y sabe que lo importante es no bajar la guardia", aseveró Vissapó.
Para el teniente Elkin Sierra, del Servicio de Rescate del condado de Miami-Dade, sólo hay una fórmula válida en la temporada de huracanes y es la preparación, puesto que la ayuda del Gobierno federal "puede tardar dos días en llegar" si ocurre un desastre.
Esta tormenta, explicó Sierra, "ha sido una buena práctica" para averiguar si estamos realmente preparados para enfrentarnos a una catástrofe natural, y, sostuvo, "pudo haber sido una tormenta muy seria".
"Siento mucho alivio porque la tormenta no fue nada grave, un poco de viento nada más", manifestó por su parte Lisette Machado, una enfermera hispana residente en la ciudad de Miami Lakes, al noroeste de Miami.
Machado, de 39 años y madre de dos niños, quiso dejar claro que no tuvo miedo, pero sí "preocupación por los niños".
Al final, "sólo llegó a Miami Lakes mucha lluvia y algunas rachas de viento fuerte", dijo la enfermera.