The rainfalls that produce Niño effects could reforest Chile and Perú
Wed, 13/09/2006
El aumento de precipitaciones que produce el fenómeno del Niño podrían servir para recuperar zonas semiáridas de Chile y Perú con programas de reforestación, según un estudio internacional en el que han participado científicos de la Universidad Autónoma de Barcelona (UAB).
En el proyecto, en el que Bernat Claramunt, profesor de Biología Animal, Biología Vegetal y Ecología de la UAB, ha coordinado parte del trabajo, se ha estudiado cómo la reducción de la herbivoría y una mayor disponibilidad de agua por el fenómeno del Niño podían estimular la regeneración de árboles y arbustos en ecosistemas semiáridos de Chile y Perú.
Claramunt, que es además investigador del CREAF (Centro de Investigación Ecológica y Aplicaciones Forestales), ha explicado a Efe que las zonas áridas y semiáridas de muchas partes del mundo han perdido la mayor parte de su vegetación y arbolado, y su biodiversidad por la sobreexplotación forestal, la herbivoría (interacción entre plantas y animales herbívoros) y la agricultura de subsistencia.
Según el científico, estos sistemas se destinan a la ganadería, pero como su productividad es generalmente muy baja, la erosión de los suelos se convierte en muchos casos en un problema grave a nivel internacional porque es el inicio del camino hacia la desertización, un hecho que desde hace años se produce en estos países.
El fenómeno del Niño, que es la principal causa de variación climática de nuestro planeta, y que ocurre con una frecuencia variable de 3 a 6 años, consiste en el cambio en la localización de los centros de alta y baja presión entre zonas del océano Pacífico, lo que origina un aumento de la temperatura del agua del sur de entre 2 y 8 grados.
En la costa del Pacífico de América Latina estos efectos se muestran con aumentos de la precipitación y distintas intensidades, según el lugar, y en el norte del Perú la lluvia puede llegar a aumentar 25 veces, como pasó en 1983 y 1998, aunque en la región central de Chile el incremento es menor o incluso inexistente.
En el estudio se analizó la relación entre el desarrollo de dos especies y los ciclos del Niño, y se ha llegado a la conclusión de que se podría utilizar el aumento de las precipitaciones y las lluvias para recuperar zonas semiáridas.
Para conocer la relación entre el establecimiento y el crecimiento de la vegetación y el clima se escogieron dos especies muy representadas en América Latina y muy utilizadas por las comunidades rurales, el Prosopis pallida, en Perú, y el Prosopis chilensis, en Chile, recogiéndose muestras de ellas desde el norte de Perú hasta el centro de Chile.
Los resultados del trabajo han mostrado que, pese a la distancia que separa las distribuciones de las dos especies, ambas presentaban respuestas similares, y su crecimiento está relacionado con la precipitación y las lluvias, pero no con la temperatura.
Al norte del Perú, la precipitación y el crecimiento presentan ciclos de unos 3 años, periodicidad que coincide con la aparición del Niño.
Por otra parte, al sur del Perú y en el centro de Chile las precipitaciones, el crecimiento y El Niño también muestran un ciclo paralelo, pero en este caso de frecuencia menor.
A nivel local se ha demostrado que estas especies responden positiva y significativamente a la precipitación, lo que quiere decir que en años en que El Niño, un fenómeno que se puede prever con meses de antelación, tenga una moderada intensidad, se podrían recuperar zonas con programas de reforestación en zonas protegidas de los herbívoros.
Ahora los estudios se centran, según este investigador, en saber cuánta agua sería necesaria para que la reforestación fuera exitosa, "ya que lo interesante es hacer reforestaciones a grandes escalas", algo que ya se ha hecho en Perú desde el año 1983 por diversas técnicas y algunas han fracasado.
En el proyecto, en el que Bernat Claramunt, profesor de Biología Animal, Biología Vegetal y Ecología de la UAB, ha coordinado parte del trabajo, se ha estudiado cómo la reducción de la herbivoría y una mayor disponibilidad de agua por el fenómeno del Niño podían estimular la regeneración de árboles y arbustos en ecosistemas semiáridos de Chile y Perú.
Claramunt, que es además investigador del CREAF (Centro de Investigación Ecológica y Aplicaciones Forestales), ha explicado a Efe que las zonas áridas y semiáridas de muchas partes del mundo han perdido la mayor parte de su vegetación y arbolado, y su biodiversidad por la sobreexplotación forestal, la herbivoría (interacción entre plantas y animales herbívoros) y la agricultura de subsistencia.
Según el científico, estos sistemas se destinan a la ganadería, pero como su productividad es generalmente muy baja, la erosión de los suelos se convierte en muchos casos en un problema grave a nivel internacional porque es el inicio del camino hacia la desertización, un hecho que desde hace años se produce en estos países.
El fenómeno del Niño, que es la principal causa de variación climática de nuestro planeta, y que ocurre con una frecuencia variable de 3 a 6 años, consiste en el cambio en la localización de los centros de alta y baja presión entre zonas del océano Pacífico, lo que origina un aumento de la temperatura del agua del sur de entre 2 y 8 grados.
En la costa del Pacífico de América Latina estos efectos se muestran con aumentos de la precipitación y distintas intensidades, según el lugar, y en el norte del Perú la lluvia puede llegar a aumentar 25 veces, como pasó en 1983 y 1998, aunque en la región central de Chile el incremento es menor o incluso inexistente.
En el estudio se analizó la relación entre el desarrollo de dos especies y los ciclos del Niño, y se ha llegado a la conclusión de que se podría utilizar el aumento de las precipitaciones y las lluvias para recuperar zonas semiáridas.
Para conocer la relación entre el establecimiento y el crecimiento de la vegetación y el clima se escogieron dos especies muy representadas en América Latina y muy utilizadas por las comunidades rurales, el Prosopis pallida, en Perú, y el Prosopis chilensis, en Chile, recogiéndose muestras de ellas desde el norte de Perú hasta el centro de Chile.
Los resultados del trabajo han mostrado que, pese a la distancia que separa las distribuciones de las dos especies, ambas presentaban respuestas similares, y su crecimiento está relacionado con la precipitación y las lluvias, pero no con la temperatura.
Al norte del Perú, la precipitación y el crecimiento presentan ciclos de unos 3 años, periodicidad que coincide con la aparición del Niño.
Por otra parte, al sur del Perú y en el centro de Chile las precipitaciones, el crecimiento y El Niño también muestran un ciclo paralelo, pero en este caso de frecuencia menor.
A nivel local se ha demostrado que estas especies responden positiva y significativamente a la precipitación, lo que quiere decir que en años en que El Niño, un fenómeno que se puede prever con meses de antelación, tenga una moderada intensidad, se podrían recuperar zonas con programas de reforestación en zonas protegidas de los herbívoros.
Ahora los estudios se centran, según este investigador, en saber cuánta agua sería necesaria para que la reforestación fuera exitosa, "ya que lo interesante es hacer reforestaciones a grandes escalas", algo que ya se ha hecho en Perú desde el año 1983 por diversas técnicas y algunas han fracasado.