«Gordon» arrives weakly

Fri, 22/09/2006

ABC

Estructuras metálicas tambaleándose durante toda la jornada, uralitas y chapas desprendidas sobre el suelo, colegios vacíos y ráfagas de fuerte viento -y precipitaciones más intensas con el paso de las horas- es la estampa que dejó ayer el paso del huracán «Gordon» por Galicia. Las predicciones meteorológicas ya habían advertido que, a medida que cruzaba el charco, el huracán se había debilitado y, con fortuna, el azote sobre la Comunidad así lo demostró. Lo peor, los cuatro heridos leves que provocó el vendaval, pero después de la tempestad llegó la calma y el único recuerdo que a estas horas queda de «Gordon» es que ha adelantado unas horas la entrada del tiempo otoñal, que oficialmente llegará mañana de madrugada.

Decenas de árboles tendidos sobre la red viaria gallega fueron los responsables de que el dispositivo de emergencias habilitado desde el servicio de emergencias 112 se emplease a fondo desde la primera luz del día. En las ciudades, si bien hubo que lamentar -como informamos en la página 21- cuantiosos desperfectos materiales, las dotaciones de Bomberos, Policía Local y Nacional y miembros de Protección Civil se afanaron en retirar elementos que obstruían la circulación o que se habían derrumbado sobre los vehículos aparcados en la calzada.

Además, los efectivos del servicio de extinción de incendios dispuesto por la Consellería de Medio Rural tuvieron que sofocar los seis incendios registrados en distintos puntos de la Comunidad y que parecen achacables, según las primeras hipótesis, a un mismo hecho: los chispazos de los cables del tendido eléctrico que recibió el impacto del viento fueron la mecha que provocaron esos fuegos, uno de ellos localizado en San Marcos, en las inmediaciones del centro territorial de televisión, en Santiago de Compostela.

Los ayuntamientos, en pie de guerra

Restablecido poco a poco el suministro de luz en las zonas de la costa gallega donde «Gordon» se dejó sentir con mayor intensidad, recuperado el tránsito habitual por las carreteras gallegas y la normalidad en los aeródromos de Peinador, Lavacolla y Alvedro, los ayuntamientos dieron cuenta de los daños que el temporal había provocado en sus respectivos municipios. El compostelano informó de «incidencias menores» y del buen funcionamiento del dispositivo activado para encarar posibles estragos de la tormenta, a pesar de que las ráfagas de viento registradas en la capital alcanzaron los 105 kilómetros por hora, según el servicio de información autonómica MeteoGalicia.

Por su parte, el de Lugo y tras la caída de varios árboles en el parque de Rosalía de Castro, procedió al cierre de todos estos espacios de esparcimiento para evitar males mayores. En las playas y vías coruñesas muchos fueron los árboles desprendidos, aunque con fortuna sólo un viandante resultó herido de consideración leve, porque el Consistorio había cerrado la noche anterior el entorno más próximo a la costa y zonas como las Esclavas.

La incidencia de «Gordon» apenas se dejó notar en la provincia de Orense, donde el único trastorno fue la lluvia, que impidió a los viticultores de la comarca de O Ribeiro salir a vendimiar. De forma muy gráfica, el alcalde de Cea, José Luis Valladares resumió el paso de la tormenta que abandonó a mediodía la Comunidad gallega por el norte. «Sólo llegaron las migajas del famoso huracán», dijo a Europa Press.

Aunque sin incidencias graves, cabe reseñar que durante un par de horas MeteoGalicia informó de rachas de viento de 126 kilómetros por hora en Malpica, 109 en Ferrol, 90 en Villagarcía de Arosa, 168 en Santa María de Oia y hasta los 184 registrados en la Sierra de Capelada, en el municipio coruñés de Cedeira, aunque mediada la tarde ya advertían los expertos de este servicio que «el umbral de peligro había pasado». «Gordon» ya es historia.