Ebro basin dams suffer an unequal recovery.
Mon, 27/11/2006
Los embalses de la cuenca del Ebro han registrado una intensa aunque desigual recuperación durante los últimos días. En general, el nivel medio de los embalses aragoneses de la margen izquierda del Ebro supera el 80%, mientras que el de la margen derecha prácticamente se queda reducido a la mitad. Aunque hay excepciones notables en ambos casos, mientras en el propio eje del Ebro las reservas apenas alcanzan la mitad de la capacidad total.
Las principales subcuencas de la margen izquierda tienen un alto grado de reservas. Así, Yesa, en el río Aragón, se encontraba ayer al 82,28 %, valor que superaban las principales presas del Gállego, como Búbal, al 91,53 %, La Peña, que tenía que desaguar por los aliviaderos al encontrarse al 101,96 %, o La Sotonera, que estaba al 84,66 %.
En parecida situación se encuentra el Cinca, con Mediano al 81,69 % y El Grado al 88,75 %, o el Ésera con Barasona al 78,07 %. Sin embargo, el embalse de Vadiello, del que depende el abastecimiento de agua de boca para Huesca, todavía se encuentra sólo al 42,14 % de su capacidad, aunque haya subido su nivel en la última semana.
También hay un fuerte contraste en la propia subcuenca del Noguera Ribagorzana, río fronterizo con Cataluña. Escales, en cabecera, está al 93,78 %, pero el nivel de Canelles, más abajo, cae hasta el 16, 77 % y el de Santa Ana apenas remonta y se queda tan sólo al 19,32 %.
En el propio eje del Ebro la situación no es todavía nada boyante. El embalse de cabecera que lleva el propio nombre del río, situado entre Burgos y Cantabria y pieza pieza fundamental para el abastecimiento de la población de Zaragoza a través del Canal Imperial, todavía continúa al 35,84 %, apenas dos puntos más que hace una semana. Igualmente, Mequinenza -el mayor embalse de la cuenca- no alcanza siquiera la mitad de sus 1.533 hectómetros cúbicos (hm3) de capacidad y se queda en el 48,98 %. No obstante, en Ribarroja, justo a continuación aguas abajo, el nivel se recupera súbitamente hasta el 96,36 %.
Como siempre, la peor situación en general es la de los embalses de la margen derecha del Ebro, que sufren un déficit estructural. La Tranquera, que regula los ríos Piedra y Mesa, en la subcuenca del Jalón, y del que depende el abastecimiento de Calatayud (la cuarta población aragonesa), se encuentra al 35,4 % de su capacidad con 29,7 hm3 almacenados.
Las Torcas, en el Huerva, y Cueva Foradada, en el Martín, suben hasta el 68,86 % y el 80,84 %, respectivamente. En el sistema del Guadalope hay una situación descompensada. Santolea está al 60,52 %, mientras Calanda baja al 42,46 % (la Estanca de Alcañiz, más pequeño, está al 79,66 %), y en Caspe aún desciende más, hasta el 34,34 %. En la zona del Matarraña, el embalse de Pena ha bajado en los últimos días hasta el 57,7 %.
Las principales subcuencas de la margen izquierda tienen un alto grado de reservas. Así, Yesa, en el río Aragón, se encontraba ayer al 82,28 %, valor que superaban las principales presas del Gállego, como Búbal, al 91,53 %, La Peña, que tenía que desaguar por los aliviaderos al encontrarse al 101,96 %, o La Sotonera, que estaba al 84,66 %.
En parecida situación se encuentra el Cinca, con Mediano al 81,69 % y El Grado al 88,75 %, o el Ésera con Barasona al 78,07 %. Sin embargo, el embalse de Vadiello, del que depende el abastecimiento de agua de boca para Huesca, todavía se encuentra sólo al 42,14 % de su capacidad, aunque haya subido su nivel en la última semana.
También hay un fuerte contraste en la propia subcuenca del Noguera Ribagorzana, río fronterizo con Cataluña. Escales, en cabecera, está al 93,78 %, pero el nivel de Canelles, más abajo, cae hasta el 16, 77 % y el de Santa Ana apenas remonta y se queda tan sólo al 19,32 %.
En el propio eje del Ebro la situación no es todavía nada boyante. El embalse de cabecera que lleva el propio nombre del río, situado entre Burgos y Cantabria y pieza pieza fundamental para el abastecimiento de la población de Zaragoza a través del Canal Imperial, todavía continúa al 35,84 %, apenas dos puntos más que hace una semana. Igualmente, Mequinenza -el mayor embalse de la cuenca- no alcanza siquiera la mitad de sus 1.533 hectómetros cúbicos (hm3) de capacidad y se queda en el 48,98 %. No obstante, en Ribarroja, justo a continuación aguas abajo, el nivel se recupera súbitamente hasta el 96,36 %.
Como siempre, la peor situación en general es la de los embalses de la margen derecha del Ebro, que sufren un déficit estructural. La Tranquera, que regula los ríos Piedra y Mesa, en la subcuenca del Jalón, y del que depende el abastecimiento de Calatayud (la cuarta población aragonesa), se encuentra al 35,4 % de su capacidad con 29,7 hm3 almacenados.
Las Torcas, en el Huerva, y Cueva Foradada, en el Martín, suben hasta el 68,86 % y el 80,84 %, respectivamente. En el sistema del Guadalope hay una situación descompensada. Santolea está al 60,52 %, mientras Calanda baja al 42,46 % (la Estanca de Alcañiz, más pequeño, está al 79,66 %), y en Caspe aún desciende más, hasta el 34,34 %. En la zona del Matarraña, el embalse de Pena ha bajado en los últimos días hasta el 57,7 %.