Tank to contain heavy rainfalls in 'la Chantrea', filled in five times in three years
Tue, 08/05/2007
El tanque de tormentas inaugurado hace tres años en el barrio de la Chantrea, en el parque Irubide, para controlar el vertido de aguas pluviales y fecales al Arga se ha llenado en cinco ocasiones. Los 3.000 metros cúbicos de capacidad del tanque permiten que el agua recogida en momentos de importantes precipitaciones llegue al cauce del río en mejores condiciones, evitando la mortandad de los peces.
En la Mancomunidad de la Comarca se lleva un control riguroso de los días en los que el tanque de tormentas de Chantrea no fue suficiente para recoger el caudal acumulado por la lluvia. En su archivo figuran señalados el 9 de septiembre de 2005, el 12 de marzo, 19 de julio y 22 de septiembre de 2006 y el pasado 3 de abril.
Para mejorar todavía más la calidad de las aguas del Arga, la Mancomunidad de la Comarca de Pamplona tiene previsto concluir este año el proyecto de un nuevo tanque de tormentas. Aunque previsto inicialmente en el parque de la Biurdana, los concejales del Ayuntamiento de Pamplona conocieron la pasada semana que la ubicación definitiva será en Berichitos, frente a la entrada principal del cementerio. «No está decidida la capacidad del nuevo tanque, pero será mayor que el de Chantrea», comenta Juan Ramón Ilarregui, responsable del departamento de Proyectos y Obras de la Mancomunidad.
Pluviales y fecales, juntas
El tanque de tormentas o DRAT, como técnicamente se le denomina atendiendo a las siglas correspondientes al Depósito de Retención de Aguas de Tormenta, tiene su razón de ser cuando por una misma tubería circulan las aguas de fecales y las pluviales.
«Desde que la Mancomunidad asumió el saneamiento, en las nuevas urbanizaciones y en los barrios donde se renuevan las tuberías, se construyen redes separadas para fecales y pluviales», explica Ilarrregui.
Las aguas fecales son más estables en caudal y, por ese motivo, la dimensión de los tubos por donde fluyen se puede controlar y ajustar. Son, sin embargo, aguas contaminadas. Las redes de pluviales son más inestables en su caudal, pero son aguas limpias, excepto en los primeros momentos de lluvia y tras un periodo de sequía, porque arrastran la porquería acumulada.
A pesar de esta doble circulación ideal, existen varios puntos en Pamplona donde fecales y pluviales comparten una misma tubería con capacidad limitada. «Por ese motivo, cuando se producen importantes lluvias y la red no da para más, hay que aliviar agua al río y llega contaminada», afirma el responsable de obras de la Mancomunidad.
El tanque de tormentas
Desde el año 2004, las aguas procedentes de Burlada y Villava circulan por un nuevo colector, el C2, por un tramo que comienza en Burlada y termina en la Chantrea. Por el contrario, este barrio continúa utilizando el viejo colector, al que van a parar las aguas fecales y, también, las pluviales.
Junto con el tramo del C2, se construyó un tanque de tormentas de 3.000 metros cúbicos cuyo cometido es el de recoger el caudal sobrante de la red. «En tiempo seco, el agua circula por el canal central del tanque y vuelve de nuevo al colector. Pero en tiempo de tormentas, ese canal central se llena de agua y la vierte a los canales laterales. De esta forma el caudal queda retenido y se puede controlar su paso al colector y, en casos de mucho caudal, la cantidad que se alivia al cauce del río», explica Ilarregui.
Además, el agua que se vierte llega limpia gracias a los sistemas de decantación con que cuenta el tanque y que deja los sedimentos en el fondo de los canales, que luego se limpian.
En la Mancomunidad de la Comarca se lleva un control riguroso de los días en los que el tanque de tormentas de Chantrea no fue suficiente para recoger el caudal acumulado por la lluvia. En su archivo figuran señalados el 9 de septiembre de 2005, el 12 de marzo, 19 de julio y 22 de septiembre de 2006 y el pasado 3 de abril.
Para mejorar todavía más la calidad de las aguas del Arga, la Mancomunidad de la Comarca de Pamplona tiene previsto concluir este año el proyecto de un nuevo tanque de tormentas. Aunque previsto inicialmente en el parque de la Biurdana, los concejales del Ayuntamiento de Pamplona conocieron la pasada semana que la ubicación definitiva será en Berichitos, frente a la entrada principal del cementerio. «No está decidida la capacidad del nuevo tanque, pero será mayor que el de Chantrea», comenta Juan Ramón Ilarregui, responsable del departamento de Proyectos y Obras de la Mancomunidad.
Pluviales y fecales, juntas
El tanque de tormentas o DRAT, como técnicamente se le denomina atendiendo a las siglas correspondientes al Depósito de Retención de Aguas de Tormenta, tiene su razón de ser cuando por una misma tubería circulan las aguas de fecales y las pluviales.
«Desde que la Mancomunidad asumió el saneamiento, en las nuevas urbanizaciones y en los barrios donde se renuevan las tuberías, se construyen redes separadas para fecales y pluviales», explica Ilarrregui.
Las aguas fecales son más estables en caudal y, por ese motivo, la dimensión de los tubos por donde fluyen se puede controlar y ajustar. Son, sin embargo, aguas contaminadas. Las redes de pluviales son más inestables en su caudal, pero son aguas limpias, excepto en los primeros momentos de lluvia y tras un periodo de sequía, porque arrastran la porquería acumulada.
A pesar de esta doble circulación ideal, existen varios puntos en Pamplona donde fecales y pluviales comparten una misma tubería con capacidad limitada. «Por ese motivo, cuando se producen importantes lluvias y la red no da para más, hay que aliviar agua al río y llega contaminada», afirma el responsable de obras de la Mancomunidad.
El tanque de tormentas
Desde el año 2004, las aguas procedentes de Burlada y Villava circulan por un nuevo colector, el C2, por un tramo que comienza en Burlada y termina en la Chantrea. Por el contrario, este barrio continúa utilizando el viejo colector, al que van a parar las aguas fecales y, también, las pluviales.
Junto con el tramo del C2, se construyó un tanque de tormentas de 3.000 metros cúbicos cuyo cometido es el de recoger el caudal sobrante de la red. «En tiempo seco, el agua circula por el canal central del tanque y vuelve de nuevo al colector. Pero en tiempo de tormentas, ese canal central se llena de agua y la vierte a los canales laterales. De esta forma el caudal queda retenido y se puede controlar su paso al colector y, en casos de mucho caudal, la cantidad que se alivia al cauce del río», explica Ilarregui.
Además, el agua que se vierte llega limpia gracias a los sistemas de decantación con que cuenta el tanque y que deja los sedimentos en el fondo de los canales, que luego se limpian.