The dams of the Ter and the Llobregat surpass 56%, but it continues the drought
Wed, 16/05/2007
Las últimas lluvias han dado un respiro a los embalses de los ríos Ter y Llobregat, que ahora mismo se sitúan por encima del 50% de su capacidad (56,4% exactamente). Hace un mes y medio no llegaban al 43%. Pese a que la situación ha cambiado, las reservas en las cuencas internas de Catalunya aún están muy lejos de la situación que presentaban hace ahora un año, cuando el caudal acumulada cubría más del 70% de su volumen máximo.
La mejora en la situación del sistema Ter-Llobregat -que en el último mes ha pasado de los 290 hectómetros cúbicos (hm3 que tenía el pasado 16 de abril (o los 240 de primeros de ese mes) a los 345,1 hm3 de ayer- no se ha traducido, de momento, en un cambio de las medidas decretadas el pasado 17 de abril cuando, de acuerdo con el decreto de sequía dictado por la Conselleria de Medi Ambient, la Agència Catalana de l'Aigua decretó la fase de excepcionalidad 1 (el menos estricto de los tres contemplados) a un total de 282 municipios que se abastecen de esas cuencas.
La nueva situación que presentan esas cuencas internas será valorada mañana, jueves, por la Agència Catalana de l'Aigua, que ayer declinó avanzar si el hecho de que los embalses del Ter y Llobregat se acerquen ya al 60% de su volumen máximo podría conllevar la desactivación de la primera fase de excepcionalidad. Los pantanos del Ter, que están al 59,8% de su capacidad, son los que más agua han ganado en el último mes.
Han pasado de los 208,7 hm3 que tenían el 16 de abril a los 238,4 hm3 que se registraba ayer. En los embalses de la cuenca del Llobregat -con un volumen de agua que roza el 50% de la capacidad- se han ganado, en ese mismo periodo, 24,8 hm3 y ahora acumulan 106,7 hm3.
La fase de excepcionalidad 1 contempla la reducción del riego agrícola en un 15% y limita los aprovechamiento hidroeléctricos. Los municipios afectados no pueden utilizar el agua potable en sus fuentes y se les insta a racionar también su uso en la limpieza de las calles. Estas restricciones, que podrían prolongarse a pesar de la mejora experimentada en esas cuencas internas de las que se abastecen más de tres millones de personas, están ideadas para prevenir entrar en la fase de emergencia, que es la que marca limitaciones de agua en el uso doméstico.
La Agència Catalana de l'Aigua calcula que la aplicación de este nivel de excepcionalidad 1 puede suponer un ahorro de hasta 16 hm3 mensuales. La delicada situación que arrastran éstas y otras cuencas se atribuye al descenso de la pluviometría detectada desde hace ya una década por las cada vez más escasas precipitaciones en el territorio mediterráneo.
En un mes, el sistema Ter-Llobregat ha pasado de 249 hectómetros cúbicos a 345,1, medida que se alcanzó ayer
La mejora en la situación del sistema Ter-Llobregat -que en el último mes ha pasado de los 290 hectómetros cúbicos (hm3 que tenía el pasado 16 de abril (o los 240 de primeros de ese mes) a los 345,1 hm3 de ayer- no se ha traducido, de momento, en un cambio de las medidas decretadas el pasado 17 de abril cuando, de acuerdo con el decreto de sequía dictado por la Conselleria de Medi Ambient, la Agència Catalana de l'Aigua decretó la fase de excepcionalidad 1 (el menos estricto de los tres contemplados) a un total de 282 municipios que se abastecen de esas cuencas.
La nueva situación que presentan esas cuencas internas será valorada mañana, jueves, por la Agència Catalana de l'Aigua, que ayer declinó avanzar si el hecho de que los embalses del Ter y Llobregat se acerquen ya al 60% de su volumen máximo podría conllevar la desactivación de la primera fase de excepcionalidad. Los pantanos del Ter, que están al 59,8% de su capacidad, son los que más agua han ganado en el último mes.
Han pasado de los 208,7 hm3 que tenían el 16 de abril a los 238,4 hm3 que se registraba ayer. En los embalses de la cuenca del Llobregat -con un volumen de agua que roza el 50% de la capacidad- se han ganado, en ese mismo periodo, 24,8 hm3 y ahora acumulan 106,7 hm3.
La fase de excepcionalidad 1 contempla la reducción del riego agrícola en un 15% y limita los aprovechamiento hidroeléctricos. Los municipios afectados no pueden utilizar el agua potable en sus fuentes y se les insta a racionar también su uso en la limpieza de las calles. Estas restricciones, que podrían prolongarse a pesar de la mejora experimentada en esas cuencas internas de las que se abastecen más de tres millones de personas, están ideadas para prevenir entrar en la fase de emergencia, que es la que marca limitaciones de agua en el uso doméstico.
La Agència Catalana de l'Aigua calcula que la aplicación de este nivel de excepcionalidad 1 puede suponer un ahorro de hasta 16 hm3 mensuales. La delicada situación que arrastran éstas y otras cuencas se atribuye al descenso de la pluviometría detectada desde hace ya una década por las cada vez más escasas precipitaciones en el territorio mediterráneo.
En un mes, el sistema Ter-Llobregat ha pasado de 249 hectómetros cúbicos a 345,1, medida que se alcanzó ayer