The sea loch undergoes a spill of residuum without treating every third day
Thu, 07/06/2007
Los litros de desechos que llegan al mar cada año darían para llenar los embalses de Eiras y Zamáns que un grupo de investigadores del Instituto Español de Oceanografía haya detectado en aguas de A Guía sustancias tóxicas cancerígenas prohibidas por la UE (bifenilos policlorados) resulta tan alarmante como poco sorprendente.
Todo porque quienes residen junto a la ría de Vigo se han acostumbrado a percibir los vertidos como algo cotidiano. Y no es para menos, a juzgar por los datos de la Autoridad Portuaria, que en los últimos años ha multiplicado los controles para evitar desmanes ecológicos. Pero ni con esas, porque en el puerto detectan cada tres jornadas algún vertido a la ría de residuos sin tratar. Y eso que al puerto, lógicamente, se le escapan unos cuantos. De ahí que durante el 2006 en la Autoridad Portuaria apenas tuviesen constancia de 112 vertidos a la ría, pese a que el Seprona investigó casi 200. Y de ahí que en la Consellería de Medio Ambiente reconozcan que la contaminación va más allá de esos 112 vertidos que verificó el puerto, ya que cada segundo llegan a la ría 900 litros de residuos urbanos sin tratar. Y eso son 28.000 millones de litros de desechos orgánicos e industriales cada año, una cantidad suficiente para llenar de inmundicia trece presas como la de Zamáns (con capacidad para 2.020 millones de litros), o incluso para desbordar al mismo tiempo ese embalse y el de Eiras (que puede albergar hasta 21.500 millones de litros). No extraña así que la comunidad científica advierta de los riesgos que supone para la ría el vertido constante de residuos fecales, catalogada por investigadores como Victoriano Urgorri de fuente de «contaminación microbiana y bacteriana». Ni que los mismos investigadores, reunidos estos días en Vigo, recuerden la toxicidad y el daño que originan la presencia de productos químicos prohibidos y de metales pesados tóxicos como el plomo, el arsénico o el zinc. Muy contaminantes. Las mediciones del puerto, de hecho, confirman las realizadas por los científicos. Según los datos que maneja la Autoridad Portuaria, el 75,4% de los desechos que desembocan en la ría son de naturaleza biodegradable (el propio entorno los elimina), mientras que otra cuarta parte (el 24,5%) son mucho más contaminantes y permanecen más tiempo en el medio, al no ser biodegradables. También detallan en el puerto, que la mitad de los vertidos son de origen conocido: proceden fundamentalmente de las deficiencias de la red municipal de saneamiento, que vomita a la ría millones de litros de residuos a través de los aliviaderos de Chapela, Guixar y la calle Coruña.
Todo porque quienes residen junto a la ría de Vigo se han acostumbrado a percibir los vertidos como algo cotidiano. Y no es para menos, a juzgar por los datos de la Autoridad Portuaria, que en los últimos años ha multiplicado los controles para evitar desmanes ecológicos. Pero ni con esas, porque en el puerto detectan cada tres jornadas algún vertido a la ría de residuos sin tratar. Y eso que al puerto, lógicamente, se le escapan unos cuantos. De ahí que durante el 2006 en la Autoridad Portuaria apenas tuviesen constancia de 112 vertidos a la ría, pese a que el Seprona investigó casi 200. Y de ahí que en la Consellería de Medio Ambiente reconozcan que la contaminación va más allá de esos 112 vertidos que verificó el puerto, ya que cada segundo llegan a la ría 900 litros de residuos urbanos sin tratar. Y eso son 28.000 millones de litros de desechos orgánicos e industriales cada año, una cantidad suficiente para llenar de inmundicia trece presas como la de Zamáns (con capacidad para 2.020 millones de litros), o incluso para desbordar al mismo tiempo ese embalse y el de Eiras (que puede albergar hasta 21.500 millones de litros). No extraña así que la comunidad científica advierta de los riesgos que supone para la ría el vertido constante de residuos fecales, catalogada por investigadores como Victoriano Urgorri de fuente de «contaminación microbiana y bacteriana». Ni que los mismos investigadores, reunidos estos días en Vigo, recuerden la toxicidad y el daño que originan la presencia de productos químicos prohibidos y de metales pesados tóxicos como el plomo, el arsénico o el zinc. Muy contaminantes. Las mediciones del puerto, de hecho, confirman las realizadas por los científicos. Según los datos que maneja la Autoridad Portuaria, el 75,4% de los desechos que desembocan en la ría son de naturaleza biodegradable (el propio entorno los elimina), mientras que otra cuarta parte (el 24,5%) son mucho más contaminantes y permanecen más tiempo en el medio, al no ser biodegradables. También detallan en el puerto, que la mitad de los vertidos son de origen conocido: proceden fundamentalmente de las deficiencias de la red municipal de saneamiento, que vomita a la ría millones de litros de residuos a través de los aliviaderos de Chapela, Guixar y la calle Coruña.