Córdoba initiates its third year of drought in spite of May rains
Sun, 01/07/2007
La lluvia de esta primavera ha sido insuficiente.
Ésta es la conclusión de la Consejería de Medio Ambiente de la Junta de Andalucía que asegura que la provincia de Córdoba atravesará este verano su 'tercer año de sequía consecutivo'. El informe de este departamento andaluz, al que ha tenido acceso el Día, destaca la 'irregularidad' de las lluvias e insiste en que la situación no es crítica en toda la cuenca del Guadalquivir que se extiende por la provincia.
En este sentido, destaca que en la zona Norte y Oeste el nivel de los embalses se ha recuperado de una forma notable (el agua almacenada por el Bembézar se ha duplicado desde que comenzó el año hidrológico el pasado 1 de septiembre de 2006), mientras que el Este y el Sur sufren una pertinaz sequía que obliga a la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir (CHG) a mantener las restricciones para el regadío.
En concreto, el nivel medio del conjunto de los embalses cordobeses está en el 44 por ciento del total, cuando hace un año -con una sequía mucho más extrema-, esta cifra se fijaba en un 39,8 por ciento. Esto supone que a día de hoy los pantanos que surten a la provincia cuentan con 107 hectómetros cúbicos más de agua que hace un año, una cantidad todavía escasa para dar por superado el estrés hídrico que sufre el suelo cordobés desde 2004.
El informe de la Junta destaca que en lo que va de año el nivel de lluvia sólo ha estado por encima de lo normal en el Norte de la provincia y en la comarca de la Vega del Guadalquivir. Sin embargo, la situación ha sido excepcionalmente buena en el Noreste, donde las precipitaciones han llegado a duplicar a la media histórica de los últimos 50 años. Por contra, las lluvias de primavera fueron intensas en el Este y en el Sur, pero el suelo tenía tal nivel de sequía que apenas se formaron escorrentías para alimentar los pantanos. Como consecuencia, el embalse de Iznájar, el más significativo y el mayor de Andalucía, está en una situación mucho peor a la del año pasado. Ha perdido 73 hectómetros cúbicos en 12 meses y afronta un verano crítico, ya que está previsto que su nivel descienda por debajo del 30 por ciento. De Iznájar beben cerca de 200.000 cordobeses y favorece el riego de la parte Sur de Córdoba. En concreto, alimenta el embalse de Cordobilla, del que parte el famoso canal de riego del Genil-Cabra. Es por esto que el agua para esta zona no esté, ni mucho menos, garantizada.
La situación en Iznájar sería la única que podría complicar el abastecimiento humano en Córdoba. Está previsto que el embalse baje durante este verano a niveles históricos de la sequía y que antes del inicio del año hidrológico apenas supere el 20 por ciento. Esto obligaría a los responsables de la cuenca a mirar al cielo porque en el caso de encadenar un cuarto año de sequía el suministro de cerca de 200.000 personas sería bastante complicado.
Además, los riegos también sufren restricciones en otra comarca que ha sufrido especialmente la falta de lluvia, la Campiña Este cordobesa. En la zona, el embalse de referencia es el de Vadomojón, que dista mucho de estar en una situación óptima. El pantano, que tiene su cabecera en la provincia de Jaén pero que abastece a tres municipios de Córdoba, apenas supera el 26 por ciento de su nivel, una cifra muy similar a la del año pasado y a la del inicio del año hidrológico.
Todo lo contrario ocurre en la Vega del Guadalquivir, donde sus agricultores están disfrutando del regadío. Los dos grandes embalses que abastecen la comarca han recuperado sus niveles de una forma espectacular. En invierno, la lluvia fue muy abundante, por lo que las precipitaciones de primavera facilitaron la creación de copiosas escorrentías que llenaron los pantanos. Así, el Bembézar retiene ya 301 hectómetros cúbicos, una cantidad suficiente para garantizar el riego en toda la Vega. Esto supone que está al 88 por ciento de su capacidad, es decir, justo el doble del dato que manejaba la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir al inicio del año hidrológico, que es cuando los pantanos están más vacíos. Además, La Breña disfruta también de una situación casi excelente. La presa está al 71 por ciento de su capacidad, cuando hace 12 meses lo estaba al 38. Esto permitirá que una vez concluyan las obras de construcción de la faraónica presa de La Breña II se facilite el llenado del embalse, que será el segundo más grande de Andalucía. Actualmente, las previsiones auguran que la construcción estará finalizada durante el año 2008.
Sin embargo, donde la situación es ya crítica es en Puente Nuevo. A pesar de las lluvias, la presa ha seguido perdiendo agua a un ritmo exasperante y su nivel tan sólo alcanza un 16 por ciento del total, lejos todavía del 12 por ciento del inicio del año hidrológico. Por contra el abastecimiento está garantizado en la zona porque Sierra Boyera ha abandonado la alerta y está a más del 83 por ciento.
Ésta es la conclusión de la Consejería de Medio Ambiente de la Junta de Andalucía que asegura que la provincia de Córdoba atravesará este verano su 'tercer año de sequía consecutivo'. El informe de este departamento andaluz, al que ha tenido acceso el Día, destaca la 'irregularidad' de las lluvias e insiste en que la situación no es crítica en toda la cuenca del Guadalquivir que se extiende por la provincia.
En este sentido, destaca que en la zona Norte y Oeste el nivel de los embalses se ha recuperado de una forma notable (el agua almacenada por el Bembézar se ha duplicado desde que comenzó el año hidrológico el pasado 1 de septiembre de 2006), mientras que el Este y el Sur sufren una pertinaz sequía que obliga a la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir (CHG) a mantener las restricciones para el regadío.
En concreto, el nivel medio del conjunto de los embalses cordobeses está en el 44 por ciento del total, cuando hace un año -con una sequía mucho más extrema-, esta cifra se fijaba en un 39,8 por ciento. Esto supone que a día de hoy los pantanos que surten a la provincia cuentan con 107 hectómetros cúbicos más de agua que hace un año, una cantidad todavía escasa para dar por superado el estrés hídrico que sufre el suelo cordobés desde 2004.
El informe de la Junta destaca que en lo que va de año el nivel de lluvia sólo ha estado por encima de lo normal en el Norte de la provincia y en la comarca de la Vega del Guadalquivir. Sin embargo, la situación ha sido excepcionalmente buena en el Noreste, donde las precipitaciones han llegado a duplicar a la media histórica de los últimos 50 años. Por contra, las lluvias de primavera fueron intensas en el Este y en el Sur, pero el suelo tenía tal nivel de sequía que apenas se formaron escorrentías para alimentar los pantanos. Como consecuencia, el embalse de Iznájar, el más significativo y el mayor de Andalucía, está en una situación mucho peor a la del año pasado. Ha perdido 73 hectómetros cúbicos en 12 meses y afronta un verano crítico, ya que está previsto que su nivel descienda por debajo del 30 por ciento. De Iznájar beben cerca de 200.000 cordobeses y favorece el riego de la parte Sur de Córdoba. En concreto, alimenta el embalse de Cordobilla, del que parte el famoso canal de riego del Genil-Cabra. Es por esto que el agua para esta zona no esté, ni mucho menos, garantizada.
La situación en Iznájar sería la única que podría complicar el abastecimiento humano en Córdoba. Está previsto que el embalse baje durante este verano a niveles históricos de la sequía y que antes del inicio del año hidrológico apenas supere el 20 por ciento. Esto obligaría a los responsables de la cuenca a mirar al cielo porque en el caso de encadenar un cuarto año de sequía el suministro de cerca de 200.000 personas sería bastante complicado.
Además, los riegos también sufren restricciones en otra comarca que ha sufrido especialmente la falta de lluvia, la Campiña Este cordobesa. En la zona, el embalse de referencia es el de Vadomojón, que dista mucho de estar en una situación óptima. El pantano, que tiene su cabecera en la provincia de Jaén pero que abastece a tres municipios de Córdoba, apenas supera el 26 por ciento de su nivel, una cifra muy similar a la del año pasado y a la del inicio del año hidrológico.
Todo lo contrario ocurre en la Vega del Guadalquivir, donde sus agricultores están disfrutando del regadío. Los dos grandes embalses que abastecen la comarca han recuperado sus niveles de una forma espectacular. En invierno, la lluvia fue muy abundante, por lo que las precipitaciones de primavera facilitaron la creación de copiosas escorrentías que llenaron los pantanos. Así, el Bembézar retiene ya 301 hectómetros cúbicos, una cantidad suficiente para garantizar el riego en toda la Vega. Esto supone que está al 88 por ciento de su capacidad, es decir, justo el doble del dato que manejaba la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir al inicio del año hidrológico, que es cuando los pantanos están más vacíos. Además, La Breña disfruta también de una situación casi excelente. La presa está al 71 por ciento de su capacidad, cuando hace 12 meses lo estaba al 38. Esto permitirá que una vez concluyan las obras de construcción de la faraónica presa de La Breña II se facilite el llenado del embalse, que será el segundo más grande de Andalucía. Actualmente, las previsiones auguran que la construcción estará finalizada durante el año 2008.
Sin embargo, donde la situación es ya crítica es en Puente Nuevo. A pesar de las lluvias, la presa ha seguido perdiendo agua a un ritmo exasperante y su nivel tan sólo alcanza un 16 por ciento del total, lejos todavía del 12 por ciento del inicio del año hidrológico. Por contra el abastecimiento está garantizado en la zona porque Sierra Boyera ha abandonado la alerta y está a más del 83 por ciento.