The CHS digs the Riquelme foxhole and injects 90 liters per second of ecological volume to the river Segura
Thu, 05/07/2007
El tercer año de sequía consecutivo ya ha empezado a encender bombillas rojas a lo largo del maltrecho cauce del río Segura. Por si acaso y antes de que se activen también las sirenas entre los ciudadanos, la Confederación Hidrográfica del Segura se ha curado en salud y ayer abrió el grifo a un sondeo realizado junto al Molino de Riquelme, en Orihuela muy cerca de la depuradora, desde el que ha empezado a inyectar más de 90 litros por segundo al cauce del río. El objetivo de esta extracción es, según manifestó ayer el presidente del organismo fluvial, José Salvador Fuentes Zorita, «dotar a la mitad del tramo urbano del Segura, a su paso por Orihuela, de una mayor cantidad de agua y por tanto de un mayor caudal ecológico o ambiental», que tanto se ha reclamado desde las diferentes asociaciones ecologistas y la administración municipal. Y añadió que «si el Ayuntamiento lo tiene a bien, impulsará el agua extraída igual que lo hace con las aguas depuradas y mejorará el estado actual del cauce en la segunda mitad del tramo urbano», explicó Zorita, que aseguró que «la bondad de la actuación se multiplicará si el Ayuntamiento decide bombear el agua». En este mismo sentido, el máximo responsable de la cuenca aclaró también que río abajo «los agricultores podrán aprovechar el aumento de caudal procedente de la extracción del pozo Riquelme, una vez que el sondeo cumple con su papel ambiental». Respecto a la apertura del pozo, Fuentes Zorita defendió el interés de la Confederación en «seguir realizando obras para los ciudadanos, y para que estos, además puedan ser los verdaderos protagonistas del disfrute de las mejoras en el río Segura. Incluso, incidió en que la mezcla del agua extraída con la que aporta la propia depuradora «mejorará la calidad media del caudal». Garantías Según los técnicos de la Confederación Hidrográfica, lo que ratificó luego Zorita, la excavación del sondeo «se ha hecho con todas las garantías», con el objetivo de no afectar al nivel freático superficial de la zona. Los geólogos explicaron también que el agua del pozo Riquelme se obtiene a 30 metros por debajo del nivel del mar, lo que significa que la bolsa se encuentra a unos 66 metros de profundidad «y siempre de la zona de gravas entre los estratos separados por arcillas, lo que convierte a cada bolsa en una zona estanca, con lo que la extracción no afecta a las demás», indicaron. En este aspecto, el sondeo alcanza hasta los 185 metros de profundidad, de ahí que el agua obtenida registre «magníficos parámetros de potabilidad, al ser su conductividad muy inferior a los límites establecidos por ley, y porque registra una salinidad de 1,4 gramos por litro, lo que casi la convierte en apta para beber», indicó Zorita y los técnicos. La actuación que la CHS mostró ayer cerca del Molino de Riquelme, en Orihuela, es el principio de una obra más importante, puesto que la instalación es aún provisional. En el mismo lugar, la empresa encargada de la ejecución del sondeo y puesta en marcha del pozo indicó que los trabajos quedarán culminados con la ejecución de una caseta que acogerá las instalaciones necesarias para mantener el pozo, así como para pararlo o ponerlo en marcha cuando haga falta. Respecto a la recuperación del Molino Riquelme, Fuentes Zorita avanzó su intención de hablar con los propietarios y las administraciones con el ánimo de valorar la viabilidad de recuperar la instalación igual que se hizo antes con el Molino de la Ciudad.